Muchos sucesos que parecen a primera vista misteriosos e inexplicables, suelen tener respuestas naturales. Con motivo de mostrar a nuestros lectores, alguno de éstos casos a lo largo de la historia, es que decidimos crear una nueva categoría denominada: Misterios develados. A continuación, se relata el conocido caso del «Monstruo del Mar Caspio», obtenido del blog de Asombros diarios; Fogonazos
A finales de los años 60 un satélite de la CIA detectó la presencia de un extraño objeto que se desplazaba a toda velocidad sobre superficie del mar Caspio. En las aldeas del lugar, algunos pescadores kazajos decían haber visto una espantosa criatura que volaba sobre las aguas. El satélite mostraba una sombra de dimensiones descomunales, que se movía con enorme facilidad en todo tipo de superficies; tan pronto se encontraba sobre la costa como cruzaba el mar a una velocidad endiablada. Sin saber aún de qué se trataba, los americanos empezaron a hablar del “monstruo del Mar Caspio”.
Años después, los servicios de inteligencia descubrirían que se trataba de un gigantesco aerodeslizador diseñado por los científicos soviéticos. Un híbrido entre el avión y el barco con 92 metros de eslora, 36 de envergadura y un peso aproximado de 450 toneladas.
El aparato había sido construido para aprovechar el denominado “efecto suelo”, el mismo que aprovechan las aves para planear sobre el agua. Se desplazaba a una altura indetectable para los radares a velocidades superiores a los 500 km/h. También era capaz de desplazarse sobre tierra, en superficies relativamente planas. Le bastaba aumentar ligeramente la potencia de sus motores para elevarse unos 300 metros, sortear todos tipo de obstáculos y lanzar sus misiles contra el objetivo.
El verdadero nombre de aquellos prototipos era el de «ekranoplanos», vehículos revolucionarios que combinaban las mejores cualidades de los hovercrafts y los aviones. En los siguientes años los soviéticos diseñaron diferentes modelos que les permitirían desplazar a largas distancias a centenares de soldados y carros de combate en un tiempo récord.
Finalmente, fue la falta de medios y la caída de la Unión Soviética lo que abocó a estos dinosaurios a la desaparición.
El lago Ness es un alargado canal de agua que se extiende por 40 kilómetros. Sus aguas son ligeramente cálidas en la superficie y muy frías a medida en que se desciende. Las montañas le bordean con acantilados que proyectan una imponente sombra sobre las aguas. Hay sitios en que a pocos metros de la orilla la profundidad llega a los 200 metros, lo que hace de difícil la investigación.
Una teoría que defienden los creyentes de Nessie, es que el lago tiene profundos canales subterráneos que lo comunican con el mar, por los que los supuestos monstruos entran y salen a su antojo, justificando así las largas ausencias entre sus apariciones.
La superficie del lago está casi siempre tranquila, por lo que esta ausencia de olas hace más fácil la observación, y también la confusión, pues un pequeño tronco de árbol movido por una ligera brisa, puede crear una ola con su consecuente efecto óptico para que todo el mundo piense que ha visto a Nessie «echando un vistazo».
¿Como surgió Nessie?
Una vieja leyenda cuenta que un misionero fue el primero en dar fe de un encuentro con el monstruo. Desde ese momento y hasta la fecha, miles de personas comentan sorprendidos sus encuentros con Nessie.
Unos, lo han divisado mientras transitaban por la carretera que bordea el lago, otros, desde el castillo de Urquhart situado en una de sus orillas. En algunos avistamientos los curiosos han tomado fotos, algunas de ellas reveladoras de siluetas extrañas en la superficie, mientras que otras no muestran nada importante.
A pesar de que existen varias imágenes, ninguna es lo suficientemente clara y concluyente sobre la bestia marina, y aunque hay muchos encuentros reportados, no se tiene noticias de ataques a seres humanos.
Las dudas de la ciencia
La psicóloga Susan Blackmore, quien recorrió las orillas del lago, lo percibió a primera vista como amenazante, con aguas tan negras capaces de infundir temor. Para ella está claro que la gente maneja la posibilidad y la esperanza de poder ver algo en la superficie, por lo que cualquier movimiento de olas es achacado a la presencia del monstruo. La tensión y los deseos de un ser testigo excepcional de avistamiento, pueden conducir a confundir una realidad con la ficción, asegura la psicóloga.
Pero la lógica de otros científicos funciona sobre la base de la alimentación. Por lo que plantean preguntas claves.
Si Nessie pertenece a la época de los dinosaurios, entonces ha tenido que reproducirse por miles de años, por lo que existiría más de uno.
Para mantenerse vivos, la supuesta manada tendría que devorar grandes toneladas de peces que no existen en el lago
En las grandes profundidades, es un misterio el tipo de pez que le sirve de alimento. Pues se cree que los organismos microscópicos que habitan en una oscuridad total en el fondo del lago, no serían suficientes para alimentar un cuerpo que pesaría cientos de kilogramos.
Los testigos oculares relatan que el monstruo tiene un color rojo oscuro, piel lisa y que mide entre ocho y nueve metros de longitud. Con estas descripciones algunos científicos piensan que puede tratarse de un plesiosaurio, una especie de dinosaurio marino.
La foto más famosa de Nessie se afirma fue tomada en 1934, y por mucho tiempo se consideró la prueba más contundente de la existencia del monstruo. Sin embargo, en 1994 poco antes de fallecer una de las personas involucradas en la histórica foto, confesó que se trataba de un fraude. El supuesto monstruo no era más que un muñeco bien confeccionado situado encima de un flotador. Al parecer la burla se inició por la venganza de un periodista a sus colegas por haber sido despedido de su trabajo.
Sesenta años después de conocerse el truco, la credibilidad de Nessie sufrió un duro golpe. Aun así, para los escoceses, quienes reciben una entrada considerable de dinero por concepto de turismo, la presencia de las aguas negras en el misterioso lago sigue siendo su principal aliada para que la gente, crédula o no, siga llevando a través del tiempo la leyenda del monstruo más famoso de Escocia.