Ovnis en la luna

Hace cuatro décadas, cuando el hombre llegaba a la luna se encontró con un testigo inesperado» – La presencia de una nave extraterrestre. Es lo que relata Edwin Eugene Aldrin, más conocido como «Buzz» Aldrin, uno de los astronautas estadounidenses, que protagonizaron la hazaña, en un libro escrito por Eduardo Ascarrunz, de próxima aparición en Bolivia.

Segun la propias palabras del periodista, «Es el secreto mejor guardado por la NASA en medio siglo de carrera, el libro contiene el relato de «Buzz» sobre supuesto encuentro con un OVNI.»

Ascarrunz, dijo que Aldrin le confió éste secreto hace diez largos años, pero que recientemente recibió la autorización para publicarlo, ya que la conciencia de la gente está cambiando, en relación a éstos temas y éste sería el momento indicado para hacer pública una noticia de semejante envergadura.

Según la obra mencionada, los astronautas informaron al Centro de Control de la NASA en Houstong que una nave «semiesférica» los escoltaba al llegar a la Luna. «Aquí estamos los tres…ellos están aquí, debajo de nuestra nave…hemos encontrado unos visitantes» dijo Armstromg a Houston.

El primer vuelo tripulado a Marte

La agencia EFE informó que La NASA estadounidense ha propuesto a su homónima rusa, Roscosmos, emprender una expedición tripulada conjunta a Marte aprovechando la experiencia acumulada en la Estación Espacial Internacional (EEI).

El vuelo a Marte debe estar a cargo de una tripulación internacional, con empleo de los logros científicos alcanzados en el marco del proyecto de la EEI», declaró el representante de la NASA en Rusia, Mark Bowman, citado por la agencia oficial RIA-Nóvosti.

Bowman indicó que tal expedición conjunta estaría dirigida por la NASA y Roscosmos, pero contaría además con una más activa participación de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de otros países que colaboran en el proyecto multilateral de la EEI.

«Estoy convencido de que la tripulación debe estar integrada por representantes de muchos países», dijo Bowman, quien insistió en que un viaje a Marte, que la NASA cree imposible antes de 2035, requiere unir los esfuerzos de numerosos estados para coronarse con éxito. Al tiempo, el representante de la NASA subrayó que, antes de emprender un periplo al Planeta Rojo, es preciso completar el proyecto de la EEI y efectuar nuevos vuelos tripulados a la Luna, para acumular más experiencia y material científico y técnico.

Hasta ahora, Rusia planeaba efectuar por su cuenta vuelos a Marte, con el objetivo de enviar naves automáticas en 2015 y tripuladas varios años más tarde, aunque la crisis mundial parece aplazar estos proyectos. Sin embargo, directivos de Roscosmos admiten últimamente que un país no puede afrontar a solas el ambicioso proyecto de un vuelo interplanetario, que requiere aunar experiencia, tecnologías y finanzas de muchos estados.

Rusia, que posee la mejor experiencia de vuelos tripulados de larga duración, ya realiza junto con la ESA simulacros de viajes a Marte para poner a prueba la compatibilidad psicológica y tolerancia de los expedicionarios en condiciones de tan largo aislamiento.

Hace una semana, Roscosmos y la ESA firmaron un acuerdo para emplear los centros europeos de seguimiento para dirigir la nave automática «Fobos-Grunt», que Rusia lanzará hacia Marte en octubre para instalar una estación automática en su satélite Fobos y traer a la Tierra pruebas de su terreno.

Por su parte, Bowman recordó que la NASA ha aprobado su programa «Exploration», que prevé completar para 2015 los vuelos de sus transbordadores hacia la EEI, lanzar ese mismo año una nueva nave tripulada Orion y efectuar en 2020 otro periplo a la Luna, con participación de otros países y organismos en esos proyectos.

En otra prueba de su disposición de juntar esfuerzos en la conquista del cosmos, dirigentes de la NASA declararon hace poco que recibirían de buena gana y estudiarían con toda seriedad una eventual propuesta rusa de emprender juntos un desembarco de astronautas en la Luna. EFE

La misteriosa trayectoria de las sondas Pioneer 10 y 11

Esta es la historia paralela de dos sondas espaciales. Una, la Pioneer 10, fue lanzada en 1972; la Pioneer 11 un año después. Ahora mismo, ambas deben estar en el espacio profundo, alejadas de la vista de cualquier ingenio humano, aunque sus trayectorias son demasiado fascinantes como para ignorarlas.

Y es que hay algo que ha estado ‘empujando’ a las dos naves, provocando que aumenten su velocidad. La aceleración es pequeña, menos de un nanometro por segundo, pero es lo suficiente para hacer sacado a la Pioneer 400.000 kilómetros de su trayectoria inicial. La NASa perdió contacto con la Pioneer 11 en 1995, pero todo hace indicar que podría estar ‘sufriendo’ el mismo proceso que su hermana gemela, y estaría muy fuera de su rumbo en algún lugar del espacio. ¿Y qué causa este desvío? Por el momento, nadie lo sabe.