En 1969 John Rendall y Ace Berg vieron a un león en venta, encerrado en una pequeña jaula y decidieron comprarlo y llevarlo a vivir con ellos a Inglaterra. Lo bautizaron con el nombre de Christian.
El león creció rapidamente y llegó un momento en que el tamaño representó un obstáculo que impedía mantenerlo en las condiciones adecuadas, por lo que tuvieron que llevarlo a una reserva natural africana.
Un año más tarde, viajaron nuevamente a Africa para visitar a Christian, pero les advirtieron que el león ahora era un animal salvaje y que era la cabeza de una familia de leones por lo que seguramente no los reconocería.