Los OVNIS del III Reich

Poco antes de que finalizara la II Gran Guerra, el ministro de propaganda alemán, Goebbels, anuncio al mundo que Alemania iba a estar en posesión de una «sorprendente y poderosa arma, que cambiaría el signo de la contienda dando la victoria final a Alemania».

En Mayo de 1945, en el océano pacifico, los americanos capturan un U-boot (el submarino nazi U-234). Con un diseño revolucionario, de tamaño tres veces al normal y con rumbo a Japón, en sus bodegas descubren un sorprendente botín: planos y piezas para construir cohetes parecidas a las V-2 (las famosas bombas volantes), cazas a reacción y lo más sorprendente… piezas para la construcción de gran parte de una bomba atómica de diseño nazi.

Pero no acababa ahí el descubrimiento, ya que en varios de los tubos para los torpedos se encontraron unos envases metalicos que contenían varios kilos de uranio enriquecido (U-235).

Actualmente se sabe que existía, además de la oficial, otra línea de investigación en la que se elaboró un exitoso método, por el que se conseguía uranio enriquecido, plutonio y agua pesada a mayor velocidad.
El destino de esa carga, era que Japón construyera la bomba para así poder derrotar a los americanos. Pero eso nunca sucedió, ya que el 23 de mayo se transmitió el descubrimiento a la base naval de Portsmuth, en donde decidieron que todo el material fuese llevado a Los Alamos (Nuevo Méjico), donde se probaría varias semanas más tarde la primera bomba atómica y a partir de ahí el desenlace final de la guerra.

La Tecnología Alemana

Se dice que los alemanes contactaron en 1941 con los Ugha Mongulala, una tribu de América del Sur que les pidió protección contra un pueblo vecino invasor.

Según dice la crónica (explicada por Tatunca Nara, el jefe de la tribu), hace 15.000 años bajaron los dioses a la Tierra y hace 12.000 años volvieron a marcharse, pero dejaron un platillo volante bajo la ciudad de Akakor. Continuar leyendo «Los OVNIS del III Reich»

El ovni de Shag Harbour

El 4 de octubre de 1967, varios testigos describieron ver algo que se estrelló en el mar. Pronto se reportó que «algo» se había estrellado en el puerto de Shag Harbour de Nueva Escocia. El objeto destruyó varias embarcaciones. A pesar de los meses de investigación realizadas por varias agencias gubernamentales el misterio no se pudo esclarecer.

Los funcionarios del gobierno admitieron oficialmente que se trataba de un objeto volador no identificado ya que no se trataba de un avión ni de un meteorito. Aunque nunca se encontraron restos de ningún tipo en el lugar.

Entre los testigos del choque, declararó el personal militar quienes dijeron que se trataba de una nave alienígena como nunca habían visto antes. Un conductor involucrado en el intento de recuperación llegó a identificar a las fuerzas militarse estadounidenses como responsables por toda la misión de rescate, porque estaban interesados en aprender sobre vida alienígena. Oficialmente el caso fue solo investigado por el gobierno canadiense con la ayuda del estudio U.S. Condon Committee UFO, quienes no ofrecieron ninguna explicación aparte de la declaración oficial.

OVNIS: Desde la antiguedad

La historia de los avistamientos de objetos voladores no identificados y de la variada fenomenología que los acompaña, puede dividirse en dos grandes etapas: una que engloba los avistamientos habidos desde épocas prehistóricas hasta nuestro siglo XX, y otra que recoge los avistamientos contabilizados en la época tecnológica, desde aquellos nueve discos volantes que avistara Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 junto al monte Rainier, en Washington, hasta hoy. En el artículo que sigue voy a resumir la fenomenología de la primera de estas dos etapas. Aquella en que ninguno de los objetos avistados podía proceder de la humanidad terrestre conocida

Siempre han estado

Desde los albores de la humanidad como tal, el hombre acepta como lógica la existencia de fuerzas inteligentes de seres supuestamente no humanos —dioses, ángeles, demonios y un sinfín de intermediarios— que intervienen directamente en el curso de nuestra vida sobre este planeta. Los textos y legados que en el curso de los tiempos han ido reflejando el acontecer de la historia de la humanidad están salpicados de testimonios que ilustran la presencia permanente de objetos volantes que evolucionan de forma inteligente a baja altura sobre la superficie terrestre. La lista de tales avistamientos en todo el mundo y en todas las épocas prueba que la actuación y la intervención de una o de varias inteligencias distintas de la nuestra forman parte integrante y continuada de la historia de la humanidad. Si prestamos oidos al bioquímico inglés Francis Crick – Premio Nobel en 1962 por haber descubierto la estructura del ADN -, habríamos sido creados por una supercivilización del espacio que en una época remota infectó al Planeta Tierra con un microorganismo destinado a desarrollarse en el tiempo hasta llegar a ser lo que hoy somos los seres humanos. Otros científicos secundan este supuesto, como por ejemplo Vsevolod Troitsky, de la Academia de Ciencias de la URSS, para quien la Tierra es un campo de experimentación de nuevas formas de vida, controlado por seres superiores y desconocidos para nosotros. Los más antiguos legados de la humanidad parecen refrendar estos supuestos. Aportaré solamente dos ejemplos. Continuar leyendo «OVNIS: Desde la antiguedad»