Los fantasmas, palabra que proviene del griego y cuya traducción literal es «aparición», en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas desencarnadas de seres muertos.
Según distintas suposiciones se manifiestan entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo, tomando una apariencia visible, produciendo sonidos o aromas o desplazando objetos), principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas.
Constituye uno de los tipos más conocidos de superstición.
Quienes dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras oscuras o blanquecinas, más bien difuminadas o nebulosas, antropomórficas, de carácter inmaterial y trasparentes a veces, que flotan y pueden no tener contorno definido a sus pies. Su aparición no suele sobrepasar el espacio de un minuto, muy raramente más de diez, y cuando ocurre la temperatura baja sensiblemente, a veces junto a olores penetrantes, ruidos, golpes, música o voces. Su aparición provoca ulteriormente en los seres humanos de su entorno una cierta fatiga, y poseen una carga electromagnética que puede ser medida.
Como las leyendas etiológicas, están ligados a un lugar, una leyenda o un mito; realizan siempre los mismos actos repetitivamente; su actitud no suele ser comunicativa, pero es a veces consciente y termina siendo esquiva y huidiza, hasta el punto de que podría decirse que parecen tener miedo de los seres vivos; sólo unos pocos de ellos son abiertamente hostiles o benéficos. Algunas veces han sido vistos y grabados traspasando muros sólidos; algunos pueden mover leves pesos. Obedecen a las leyes de la perspectiva, según el punto del espacio desde el que se los contempla; muchos parecen sólidos y opacos, por lo que pueden ser filmados; se reflejan en los espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos (pasos, etc). Generalmente dan la impresión de ser tan reales como las personas vivientes, aunque sólo durante un período limitado. Continuar leyendo «Todo sobre los fantasmas»