Existen los Poderes Psíquicos?

El siglo XIX, su ímpetu innovador, descubridor de nuevas del saber, creó a mediados del siglo la época de la metapsíquica, que constituyó el embrión de la parapsicología moderna. Esta última se considera que comenzó a principios de los años 30 con las experiencias del laboratorio sobre percepción extrasensorial, en la Universidad de Duke.

Unos años más tarde, comenzaría la investigación; también con el método estadístico, de otro fenómeno denominado psicoquinesis o acción de la mente sobre la materia.

Así llegamos al punto en que nos preguntamos ¿qué es la parapsicología?. La definimos como la ciencia que estudia los fenómenos paranormales. Pero…. ¿qué son estos fenómenos? Son aquellos fenómenos producidos por la mente humana que se consideran al margen de las facultades calificadas como normales por la ciencia de hoy.

Clasificación de los fenómenos parapsicológicos

Los fenómenos parapsicológicos, se encuadran dentro de dos grandes clasificaciones:

  • Fenómenos psigamma – o de conocimientos de percepción extrasensorial (Pg)
  • Fenómenos psi-kappa – o de acción de la mente sobre la materia (P.K)

A su vez, los fenómenos psigamma comprenden la telepatía o conocimiento del pensamiento de otras personas, la clarividencia o conocimiento de objetos y hechos a distancia y la precognición (conocimiento de hechos futuros). Naturalmente este conocimiento no es realizado mediante los medios sensoriales conocidos.

Y los fenómenos psi-kappa, por su parte, pueden ser clasificados en: psicoquinesia, que, a su vez, comprende en su sentido más amplio diversas manifestaciones de como la fotografía psíquica, los poltergeist y los encantamientos.

En ambos casos se trata de una acción mental directa sobre la materia, distinta de la que realizamos habitualmente con nuestros órganos periféricos. Dicho de otra manera, la mente, por medios desconocidos, podría alterar la materia e influir sobre su posición, estructura, etc; unas veces consciente y otras inconscientemente. Es importante esta última distinción, ya que el sujeto no siempre conoce el objetivo sobre el que tiene que influir y sin embargo, lo logra.