Misterioso haz de luz sobre la pirámide Bosnia del Sol

Un equipo de físicos detectó un haz de energía saliendo de la parte superior de la pirámide Bosnia del Sol. El radio del haz de luz fotografiado es de unos 4 metros y medio y se extiende hacia arriba a una gran distancia.

Este fenómeno contradice las leyes conocidas de la física y la tecnología. Esta es la primera prueba de tecnología no hertziana en el planeta. Parece que los constructores de pirámides, crearon una máquina de movimiento perpetuo desde tiempos remotos y que esta «máquina de energía» no dejara de trabajar.

En el año 2010 se descubrieron tres cámaras en el laberinto subterráneo de ésta pirámide y en una de ellas un lago interno de color azul. La detección de la energía muestra que el nivel de ionización es 43 veces mayor que el promedio de concentración afuera de ellas lo que hace que las cámaras subterráneas sean una especie de «salas de curación».

La detección electromagnética en 2011 confirmó que los niveles de radiación a través de la negativa Hartman, Curry y las redes de Schneider son iguales a cero en los túneles. No existe ninguna radiación técnica (de las líneas eléctricas y/o de otras tecnologías) que se encuentran en los túneles y hay radiactividad cósmica. Esculturas de cerámica se colocan sobre los flujos de agua subterránea y la energía negativa se transforma en positiva. Continuar leyendo «Misterioso haz de luz sobre la pirámide Bosnia del Sol»

El enigma de las Pirámides de Bosnia

Sarajevo es la capital y ciudad más poblada de Bosnia-Herzegovina. Es conocida por su tradicional diversidad religiosa, que la han llevado a ser conocida como la «Jerusalén de Europa».

Desde hace cinco años, su pluralidad religiosa y sus múltiplos museos dejaron de ser el principal atractivo de la zona, pues varios montículos de forma piramidal fueron descubiertos cerca de la ciudad de Visoko, la cual se encuentra en la parte central de Bosnia- Herzegovina, desatando toda una fiebre por parte de turistas, arqueólogos y fotógrafos de todo el mundo.

Estas estructuras geológicas de grandes dimensiones presentan varios túneles subterráneos en su interior; además, se encuentran perfectamente orientadas según los cuatro puntos cardinales.

Tras múltiples estudios, las pirámides recibieron los nombres de: «Pirámide del Sol» (con 220 metros de altura), la «Pirámide de la Luna» (con 190 metros de altura) y la «Pirámide del Dragón». Denominaciones que hacían referencia, según sus descubridores, a las supuestas primeras pirámides de Europa.

Ante la aparición de estas obras surgieron un sin fin de dudas, resaltando la pregunta: ¿las pirámides de Bosnia son construcciones artificiales o caprichos de la naturaleza?

Al respecto, expertos investigadores de todo el mundo como el egiptólogo Nabil A. Swelim analizaron las características geométricas de este tipo de construcciones y confirmaron la gran importancia que tenía el hallazgo para el desarrollo de la arqueología.

La Pirámide sumergida en el triuángulo de las Bermudas

En el año 1970, el Ray Brown, dedicado a la medicina naturista y aficionado al buceo, realizó una expedición submarina con algunos amigos cerca de las Bahamas, en un área próxima a una gran fosa denominada La Lengua del Océano.

Durante una de las inmersiones, Brown se separó de sus compañeros, y al tratar de reunirse con ellos, vio de pronto una extraña pirámide que se divisaba contra la luz aguamarina. La pirámide estaba situada a unos 40 metros de profundidad, y medía unos 6 metros de altura, de los cuales solo 2 metros sobresalían de las arenas del lecho marino. Brown quedó sorprendido por éste espectáculo, particularmente porque la magestuosa arquitectura parecía estar recubierta de cristales, con apariencia de espejos en su superficie.

Al nadar alrededor de ésta inexplicable extructura descubrió un camino de entrada y decidió adentrarse a explorar. Al pasar a lo largo de un estrecho pasillo, Brown finalmente se encontró en una pequeña habitación rectangular con un techo interior en forma piramidal y a pesar de que no llevaba con sigo ninguna linterna pudo contemplar aquella la habitación por la iluminación propia de los reflejos del agua contra los cristales.

La atención de Brown se centró en una varilla metálica bronceada de unos seis o siete centímetros que colgaba hacia abajo del ápice del centro, estando su extremo sujeto a una gema roja de numerosas caras y que terminaba en punta. Directamente debajo de la varilla y de la gema, colocado en el medio de la habitación había un estrado de piedra tallada coronado por una placa de piedra con los extremos enrollados.

Sobre la placa descansaba un par de manos talladas de metal de color bronceado, de tamaño natural, que se veían ennegrecidas y quemadas, como si hubieran estado expuestas a un calor extremo. Acomodada entre las manos, y situada a unos quince centímetros directamente debajo de la gema de la varilla del techo, había una esfera de cristal de unos nueve centímetros de diámetro. Continuar leyendo «La Pirámide sumergida en el triuángulo de las Bermudas»