Titanoboa: La historia de la serpiente Titánica

La sangre caliente de otros animales de la selva debió enfriarse drásticamente cuando veían deslizarse a estas enormes serpientes, 58 millones de años antes de que unos paleontólogos las descubrieran y las bautizaran Titanoboa. Habitaron los tórridos paisajes selváticos colombianos del Paleoceno y hace pocos días revivieron en el canal Smithsoniano, que ha presentado un fascinante documental dedicado a sus costumbres y entorno.

El año pasado, el Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano ya había construido una monumental réplica del animal prehistórico.

También hace un año, otro equipo técnico canadiense, esta vez con intenciones más artísticas que científicas, había creado una versión electromecánica de 10 metros de largo.

Titanoboa; El Monstruo de la laguna

La historia contemporánea de estas serpientes titánicas de la familia de las boas comenzó en 2002, cuando el entonces estudiante de Geología, Fabiany Herrera, visitó Cerrejón, la mina de carbón al aire libre más grande del mundo, ubicada en el departamento de La Guajira, al norte de Colombia. «Acababa de bajar del autobús, encontré una roca, la levanté y vi una hoja fósil», contó. Esa hoja correspondía a una planta que remitía a una antigua selva tropical del Paleoceno.

El hallazgo de Herrera dio paso a otro mayor. En 2004, el estudiante Edwin Cadena tropezó con los restos de lo que creyó eran cocodrilos prehistóricos. En esta región del norte de Colombia solían hallarse fósiles de tortugas, y eso buscaba Cadena. Pero encontró otra cosa.

Esos vestigios óseos eran parte de un monstruo enorme. Su tamaño promedio fue establecido por Carlos Jaramillo, paleontólogo del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales. Su equipo reunió los restos de varias decenas de Titanoboas que habitaron la zona. «Es la serpiente más grande que ha existido, vivía en lagos y mataba a sus víctimas estrangulándolas y comiéndolas enteras», explicó. De hecho, entre los restos hallados había esqueletos de tortugas gigantes (Cerrejonemys) y de cocodrilos (Cerrejonisuchus), acaso presas del enorme ofidio. Continuar leyendo «Titanoboa: La historia de la serpiente Titánica»

Descubren nueva especie humana : El Hombre Ciervo Rojo

Un grupo de científicos australianos y chinos ha descubierto unos restos humanos que podrían sugerir la existencia de una nueva especie. Los cráneos parciales y otros fragmentos de huesos, hallados en dos cuevas del suroeste de China, pertenecen al menos a cuatro personas y se estima que tienen “sólo” entre 14.300 y 11.500 años de antigüedad.

Lo que sorprendió a los científicos fue la extraordinaria mezcla de rasgos anatómicos primitivos y modernos. Sus fósiles han sido presentados en lapublicación científica PLoS ONE. Bautizados como ‘hombre del ciervo rojo’(red deer, en inglés) por alimentarse de ese animal son los restos de seres humanos “modernos” que menos se parecen al hombre moderno.

Estos individuos se diferencian de los humanos modernos en sus mandíbulas salientes, grandes molares, cejas prominentes, cráneos gruesos, caras planas y narices anchas. “Estos nuevos fósiles podrían ser de una especie previamente desconocida, una que sobrevivió hasta el final de la Edad de Hielo, hace unos 11.000 años”, explica el profesor Darren Curnoe, de la Universidad de Nueva Gales del Sur. Pero, añade, “también podrían representar una migración muy temprana y desconocida hasta ahora de los humanos modernos fuera de África, una población que pudo no haber contribuido genéticamente a la evolución de la gente que vive en la actualidad”.

Fuente : Esencia21

Descubren fósil marino con alas y tentáculos

Un grupo de investigadores ingleses de la Universidad de Leicester han descubierto un fósil de 525 millones de años de antiguedad que arroja nueva luz sobre un importante grupo de criaturas marinas primitivas.

El descubrimiento se publica en la revista ‘Current Biology’ – Foto: DEREK SIVETER, OXFORD UNIVERSITY

El fósil pertenece a un grupo de criaturas con tentáculos que vivían dentro de tubos duros. Hasta el momento sólo los tubos habían sido observados en detalle pero el nuevo espécimen muestra con claridad las partes blandas del organismo que incluyen tentáculos para alimentarse.

La especie pertenece a un grupo denominado pterobranquios hemicordados que están emparentados con las estrellas y los erizos de mar y la importancia del hallazgo radica en que aporta pistas sobre la evolución de los primeros vertebrados. Se conocen en la actualidad alrededor de 30 especies de pterobranquios aunque hace entre 380 y 490 millones de años un grupo de estos animales llamados graptolitos eran comunes en los océanos prehistóricos.

Los pterobranquios son criaturas que segregan una sustancia que se acumula en un tubo duro alrededor de su cuerpo blando. Los tentáculos se extienden desde la parte superior del tubo para capturas plancton. Aunque tiene una longitud de menos de 4 centímetros de largo, el nuevo fósil está muy bien conservado y se pueden observar detalles minúsculos incluyendo 36 tentáculos diminutos a lo largo de un brazo cubierto de plumas.

La Universidad de Yunnan en China colaboró con el aquipo de investigación de Leicester y Oxford del Reino Unido para identificar y describir el hallazgo que se realizó en la provincia china de Yunnan.

La especie, desconocida hasta ese momento pasó a llamarse «Galeaplumosus abilus», que significa «casco alado de más allá de las nubes», por el lugar en donde fue encontrado.