La escalaofriante «Zona del Silencio»

Se trata de un enorme desierto en México que popularmente se conoce como «La zona del silencio». El lugar se ubica a dos mil metros sobre el nivel del mar, y curiosamente queda sobre el paralelo 27 de latitud norte, sobre el que también está el Triángulo de las Bermudas, la cordillera del Himalaya y las Pirámides de Egipto. Se identifica por un obelisco de hierro oxidado de 2.5 metros de altura, que sirve también para marcar la unión de las tres entidades.

Los que tuvieron la oportunida de visitarla, aseguran que la Zona del Silencio es impresionante. Se registran allí frecuentes caídas de meteoritos, al mismo tiempo que se suceden otros fenómenos sin explicación alguna y eso la cubre de misterio.

El lugar donde se detienen los relojes y no funcionan las radios.

Según especialistas y testigos, se produce en algunas regiones alteración en el movimiento de las manecillas de los relojes, perturbación en las brújulas, los radios dejan de funcionar, y la fauna raquítica se alterna con tramos desérticos.

Se llama Zona del Silencio no porque no haya ruido alguno, sino porque las ondas hertzianas de radio no pueden ser transmitidas en forma común. Hay que localizar algunas franjas donde se puede establecer comunicación, aunque siempre en forma deficiente. Esta falta de comunicación con el exterior, precisamente, le dio su nombre.

Hay también piedras magnéticas que, sin contener hierro alguno ni otro mineral metálico, atraen a los imanes y perturban las brújulas. El área está habitada por grupos de tres y cuatro casuchas, separadas por largas distancias de otro grupo igual, donde viven algunas personas que se dedican a la quema de candelilla para obtener cera. La agricultura es raquítica, el suelo pobre y seco, y no hay ganado de ninguna clase.

El camino para llegar a la Zona del Silencio sigue una desviación del camino principal y continúa por una senda de terracería de 70 kilómetros de extensión. Hay pocos vehículos en circulación, y la gente que se encuentra se saluda con unas palabras ininteligibles, que más parecen un gruñido.

Hay en esa región roedores y reptiles que parecen fósiles petrificados, abundan las tarántulas, y se han encontrado sedimentos marinos y esqueletos de peces y rumiantes muy antiguos. Existe la creencia de que esta zona fue antes un gran océano por las características que presenta, que se secó hace mucho tiempo y quedó como la zona árida e inhóspita que es hoy. Lo que ocurre allí dentro, hasta el momento sigue siendo un misterio.

Misteriosa cabeza maya descubierta por Google Earth

Recientemente se encontró gracias a la herramienta de Google Inc. llamada Google Earth, una forma que parece ser una enorme cabeza maya, el perfil de un rostro que se ajusta con increíble precisión a los rasgos que podemos observar en los frescos legados por esta emblemática civilización mesoamericana, sin duda una de las más interesantes y misteriosas del continente.

Sin embargo, la localización geográfica de esta coincidencia no podía ser más opuesta: las montañas de Alberta, 50° 0’36.67?N 110° 6’51.38?W, en las regiones boreales de Canadá. ¿Acaso una secreta conexión entre los mayas y el legendario pueblo de los hiperbóreos?

Sirenas… Una especie humana que evoluciono en el Mar?

En la mente de la gran mayoría de las personas, las sirenas son criaturas totalmente fantásticas de los cuentos de hadas y la mitología.

Sin embargo, las nuevas evidencias recogidas por investigaciones científicas desafían esta creencia popular, planteando la posibilidad de que las sirenas sean tan reales como cualquiera de nosotros.

La teoría científica detrás de la leyenda

Para ello, el programa Sirenas, Realidad o Mito? producido por Discovery, examina la teoría científica (teoría del primate acuático) que respalda la posible existencia de las sirenas y su posterior evolución a partir de los simios.

Combinando narración, ciencia e historia humana, SIRENAS nos obliga a abrir nuestras mentes hasta cuestionar los límites de nuestras creencias y la posibilidad de que algo hipotético pudiera ser verdad.

Existen ya ciertos hechos probados que podrían ayudarnos a creer en algo inimaginable: la posibilidad de que las sirenas realmente existan.

Si. Es cierto que los osos polares, categorizados actualmente como mamíferos marinos, evolucionaron del oso pardo… Entonces… ¿Es posible que algunos monos se separaran de los simios terrestres hace millones de años (debido a las inundaciones costeras) y que evolucionaran hasta convertirse en criaturas acuáticas de alguna forma emparentadas con los seres humanos? – Parece ser que Sí!

Los bebés humanos instintivamente aguantan la respiración cuando son sumergidos bajo el agua antes incluso de haber comenzado a caminar (algo que los bebés primates no pueden hacer).

¿Fuimos los humanos alguna vez capaces de gozar de un estado acuático? Evidentemente Sí. Los delfines parecen establecer una conexión única con los seres humanos y poseen una habilidad adquirida para cazar cooperativamente con éstos. ¿Es posible que los delfines aprendieran a cazar con los humanos porque todavía recuerdan el haber cazado en cooperación con las sirenas, una especie sumamente parecida a la nuestra?

Algunas especies nuevas de ballenas (los mamíferos marinos más grandes) se han descubierto durante el transcurso de las dos últimas décadas. ¿Es posible que no hayamos descubierto a todas las criaturas de los océanos? ¿Respondería esto a la pregunta de por qué no hemos descubierto todavía a las sirenas?

Antiguas y dispares civilizaciones describían a las sirenas como seres que no mantenían comunicación alguna con otras culturas…

¿No sería éste un dato real detrás de la leyenda? Recuerda estos datos y posibilidades y no te pierdas el desarrollo completo de esta historia en el especial SIRENAS.