Shanya A. Isom es una chica de 28 años que sufre una rara afección en la piel: donde debería nacerle vello, le crecen uñas humanas.
Según explica la exestudiante de Justicia penal, los primeros síntomas de la rara patología le aparecieron en el 2009 tras sufrir una reacción alérgica a los esteroides con los fue tratada por un ataque de asma.
Además de desatar esta extraña condición en los folículos de su piel, que producen 12 veces más células de lo normal, quedó incapacitada por un buen tiempo y se le cayó el cabello. «Me sometieron a todo tipo de análisis, de la A a la Z, y todo daba negativo. Hasta ahora, soy la única en el mundo con esta enfermedad», comentó la joven estadounidense a WLBT in Jackson, Mississippi.
El tratamiento ha dejado a la familia en una difícil situación económica. En este momento sus gastos médicos asciende a 250.000 dólares y el seguro de salud apenas cubre cinco de los 17 medicamentos que necesita.
En espera de que los especialistas hallen una cura para la misteriosa enfermedad, Isom ha creado una fundación para recaudar fondos que la ayuden a pagar su factura médica y la de otros pacientes que puedan presentar síntomas similares.