En 1929, entre las localidades de Bremen y Bremerhaven en Alemania, fue inaugurada una nueva carretera. En el transcurso de un año, más de cien automovilistas se habían accidentado de manera misteriosa en ella. Los accidentes se sucedían, unos tras otros, como por casualidad, en el kilómetro 239. Sorpresivamente, éste era un tramo del camino totalmente recto. Al ser interrogados por la policía, los sobrevivientes declaraban que al acercarse a ese lugar una extraña sensación les había invadido y que una fuerza misteriosa se había posesionado de sus vehículos arrojándolos fuera de la carretera, sin poder impedirlo.