La Abducción de Claudia

Hace un tiempo, oí por radio que en Golgney, localidad cercana a Gowland, un matrimonio tuvo una experiencia de abducción muy parecida a la que sufrimos nosotros (mi mujer y yo).

He recibido este mail, ayer, donde para esas fechas, también una familia vió un Ovni, cerca de Jáuregui, otra localidad cercana y por lo que comenta, pudo ser también abducida. Continuar leyendo «La Abducción de Claudia»

Un tunel del tiempo en la Antartida

Existe un misterioso remolino giratorio en la Antártida que permite penetrar en otros tiempos?.

La fantasía de los viajes en el Tiempo ha sido siempre un tema de discución complicado en el ámbito científico.

El relato que sigue a continuación fue relatado por una doctora en física llamada Mariann McLein. Se trata de un grupo de científicos estadounidenses y británicos que dirigieron investigaciones en la Antártida e hicieron un descubrimiento sensacional.

Durante una de las expediciones programadas del día 27 de enero de 2005, dicho equipo de exploradores notaron algo de niebla gris girando en el cielo sobre el polo, suceso que adjudicaron en principio a una tormenta de arena ordinaria. Sin embargo, la niebla gris no cambió en forma y no se movió en el curso del tiempo.

Los investigadores decidieron investigar el fenómeno y lanzaron un globo
meteorológico provisto de una soga para su retorno y un equipo capaz de registrar la velocidad del viento, la temperatura y la humedad del aire. Pero el globo meteorológico se elevó y desapareció inmediatamente. En poco tiempo, los investigadores trajeron el globo meteorológico de nuevo a tierra.

La gran sorpresa fue al descubrir en uno cronómetro colocado en el globo la fecha del 27 de enero de 1965, la misma fecha de aquel día aunque con cuarenta años de diferencia. El resto del equipo se encontraba en buen estado.

El experimento se volvió a repetir algunas veces más obteniendo en el cronómetro siempre un tiempo pasado. Dicho fenómeno fue bautizado por los científicos como «la puerta del tiempo» y se informó sobre lo ocurrido a la Casa Blanca.

Historias de viajeros del tiempo

El famoso científico ruso Nikolay Kozyrev dirigió un experimento intentando demostrar que era posible viajar del futuro al pasado. Kozyrev supuso que «el tiempo podría ejecutar trabajo y producir energía.»

Un teórico estadounidense de la física ha llegado a la conclusión de que el tiempo es lo que existió antes de la existencia del mundo.

Se sabe que cada uno de nosotros siente un curso diferente del tiempo bajo condiciones diferentes.

Una vez un relámpago golpeó a un escalador de montañas; el hombre dijo más adelante que vio el relámpago alcanzar su brazo, que se movió lentamente a lo largo de él, separó la piel de los tejidos y carbonizó sus células. Sintió como si hubiera miles de púas encerradas bajo de su piel.

El investigador ruso de fenómenos anómalos, filósofo y autor de numerosos libros, Gennady Belimov, publicó su artículo bajo el título de «Máquina del Tiempo: Primera velocidad conectada» en el periódico «Al Filo de lo Imposible». En su trabajo, describió experimentos únicos conducidos por un grupo de entusiastas dirigidos por Vadim Chernobrov – el hombre que comenzó la creación de máquinas del tiempo en 1987 –  que son dispositivos con bombeo electromagnético.

Hoy el grupo de entusiastas puede retrasar o acelerar el curso del tiempo utilizando un impacto especial del campo magnético. El retraso más grande del tiempo fue de un segundo y medio dentro de una hora de operación del equipo en laboratorios.

En agosto del año 2001, un nuevo modelo de máquina del tiempo creada para un ser humano se construyó en un bosque alejado en la región de Volgogrado de Rusia. Aunque la máquina sólo funcionaba con baterías de coche y tenía baja capacidad, todavía se las arreglaba para cambiar el tiempo un tres por ciento; el cambio se registraba con osciladores de cristales simétricos.

Al principio, los investigadores pasaron cinco, diez y veinte minutos en el funcionamiento de la máquina; la estancia más larga duró media hora. Vadim Chernobrov dijo que la gente sentía como si se trasladara a un mundo diferente; sentían vida aquí y «allí» al mismo tiempo como si se desplegara algún espacio. Continuar leyendo «Un tunel del tiempo en la Antartida»

El misterio de Madame V

El parapsicólogo francés Robert Tocquet, profesor de la Escuela de Antropología y miembro del Consejo Directivo del Instituto Metapsíquico Internacional de París investigó un caso muy curioso que hasta nuestros días deja perplejo a quienes intentan encontrar explicación racional a los fenómenos ocurridos en julio de 1955 en la cual se consiguieron fotografías de fantasmas.

La principal testigo de los acontecimientos paranormales es una mujer que quiso reservar su identidad, por la cual se la conoce con el nombre de «Madame V». Y de esa manera nos referiremos a ella en éste artículo. Madame v fue quien se contactó con Tocquet para que él investigara su experiencia a continuación detallada.

El día 6 de julio de 1955 El día Madame V se hospedaría con sus dos hijos de veinte y treinta años cuyos nombres eran Jean y Gastón, respectivamente, en un gran caserón del siglo XVII, Le Prieuré (El Priorato). Aquel lugar habría sido residencia de una comunidad de frailes hasta su disolución durante el apogeo de la Revolución Francesa; Momento en el cual el prior hanría sido torturado y muerto.

A los cuatro días de su estancia en el lugar el fantasma de un monje encapuchado y sin manos se apareció en la habitación de Madame V. Ocurrió exáctamente el día 10 de julio. Madame vió por primera vez vagar en su habitación una sombra oscura, formada por una niebla opaca, detrás de la cual parecía haber una luz. Aquella sombra, de forma humana, llevaba una larga vestimenta, un manteo, y parecía tener la cabeza cubierta por una capucha. La sombra avanzó lentamente hacia ella y presa del espanto, solo atinó a sentarse en la cama, con la espalda contra la pared y la garganta seca. Aunque quiso levantarse y gritar, segun ella misma relata en su testimonio, no pudo profesar sonido alguno y un terror indescriptible la mantuvo clavada en el citado lugar.

La sombra avanzó hasta situarse ante la chimenea, entonces se arrodilló. Se prosternó tres veces, con las mangas juntas, en un gesto de súplica. Después de mantenerse mucho tiempo arrodillada, se prosternó de nuevo tres veces más, se alzó poco a poco y se encaminó hacia la puerta de una pequeña habitación que se encuentra al lado de una alcoba. Pocos segundos después Madame escuchó un sonido proveniente de esa habitación, como si el cuerpo hubiese caido al piso.

La pobre señora pasó el resto de la noche despierta, mientras su corazón latía desordenadamente. La luz del día entró en la habitación y la señora se levantó para ir al jardín, donde lucía un sol radiante. Pasaron unas cuantas semanas sin que nada sucediera. “Madame V.”, interiormente, deseaba el retorno de la aparición, puesto que lamentaba no haber trabado conversación con ella.

Y el deseo de Madame no tardó en cumplirse. Algunas tardes después, en el momento que ya se había acostado, la puerta de la habitación se abrió lentamente y el espectro del viejo monje entró. Traía consigo un fuerte olor a moho, a tumba. Muy espantada, la señora vio que la aparición lloraba; sus espaldas se sacudían como si sollozase, y por tres veces, dio golpes en el suelo con la cabeza. Cada vez, una voz extraña, indescriptible, que parecía venir de lejos, decía: «Dios mío, misericordia, tened piedad de mí; tened piedad, Dios mío, perdonadme, Jesús.»

Esta vez, Madame, en detrimento del temor que la invadía, logró entablar un increible diálogo con la misteriosa aparición: EL Fantasma le recriminó el haberse alojado en un sitio que le pertenecía a los religiosos; después le realizó una serie de profecías. Dijo que el globo terrestre estallaría por la locura de los hombres; Europa, Asia y África se sumergirían y no quedaría emergida más que la parte sur de América.

Luego el fantasma habló de un cautivo al que había dejado morir en un calabozo. En otras entrevistas con la señora, le habló de una imagen de la Virgen que estaba rota y enterrada en un sitio del jardín -donde, efectivamente, fue encontrada- y dijo que a él lo habían matado los revolucionarios, que le cortaron las manos y lo emparedaron. Rogó que rezasen por él.

Por su parte, los hijos de «Madame V.» no habrían tenido ninguna experiencia fuera de lo normal, aunque sospechaban que a su madre le pasaba algo: adelgazaba, estaba pálida y mostraba un gran desasosiego. Aconsejada por Tocquet, la Madame V le relató a sus hijos la experiencia vivida con el fantasma del Monge, pero ellos no le creyeron.

Sin embargo algunos días después Jean también lo vio. Tocquet les dijo entonces que trataran de fotografiar al fantasma e incluso que trataran de tocarlo. Ambas cosas se realizaron: el fantasma fue fotografiado dos veces por Jean el 26 de octubre de 1959, y a finales de noviembre, la señora se tropezó con el monje espectral en un relleno de la escalera y, sin pensarlo dos veces, logró tomarse de la cintura del monge. Inmediatamente sintió un violento golpe en el mismo sitio de su propio cuerpo, y después un frío glacial, que casi la ahogaba, mientras la forma se disgregaba ante ella y ante Jean, que había asistido a la escena desde el pie de la escalera. Casi inmediatamente las manos de la señora se hincharon y notó un dolor intenso, como de quemaduras producidas por el frío. La hinchazón y las pequeñas quemaduras duraron un par de meses y tuvieron ocasión de ser examinadas por Robert Tocquet. «El fantasma estaba formado por una especie de vapor glacial, ligeramente viscoso. Por debajo no había nada; ningún esqueleto, que era lo que yo pensaba encontrar», describió la señora al parapsicólogo.

Las apariciones del monge se sucedieron en menor frecuencia pero sin terminar comletamente. La familia decidió abandonar el caserón definitivamente en el año 1957 a poco más de un año de haberse mudado a aquel lugar. Desde ese momento no se conoce si el fantasma del monge ha seguido habitando aquel enigmático lugar.