El misterioso triángulo de las desapariciones

Cada tanto vuelven a desaparecer barcos y aviones en este particular sitio del Océano Atlántico. ¡Más de 320 siniestros! – (Aqui una lista de algunas de las desapariciones en el Triángulo de las Bermudas) Esta zona que abarca desde las Islas Bermudas, llega a Puerto Rico y toca la localidad de Melbourne en la Florida ha producido pérdidas humanas y de navíos, en forma inexplicable para la mayoría.

Se ensayaron, sin embargo, explicaciones para las desapariciones en el mar y sobre él. Todos los casos, generalmente debido a comunicaciones radiales, sabemos que estas se entrecortan, que las brújulas magnéticas dejan de marcar correctamente y los compases giroscópicos, fallan al no tener la asistencia de los motores eléctricos que le dan su rápido movimiento.

En el mar, se desatan terribles olas gigantes, asociadas hoy, a fenómenos metereológicos y vibraciones vinculadas al magnetismo de una fuente oculta. Se han tratado de explicar estos fenómenos por la corriente del Golfo, por el desfiladero del fondo oceánico, por el óxido silícico que crea anomalías magnéticas, por las burbujas del metano de descomposición abisal, por vientos poderosos que provocan inusitadas olas gigantes, pero ni esto último, remotamente puede explicar las pérdidas de las aeronaves.

En el aire aparecen tormentas envolventes de gran desarrollo vertical. Su aparición es súbita y siempre la acompaña una neblina entre gris a algo amarillenta o violácea según las referencias.

Relato revelador de un piloto

Es notable el relato del hasta ahora único aviador que atravesó una tormenta así y pudo contar que le sucedió, amen de poder probar su relato por su plan de vuelo y los lugares por donde pasó y la hora de los mismos.

El aviador Bruce Gernon, salió manejando su monomotor de las Islas Bermudas. Pasó sobre Bímini, sin novedad, aparecen nubes enormes pese al pronóstico de buen tiempo, trata de evadirse, pero se encuentra rodeado por las nubes, ve un claro, como una caverna dentro de la nube, penetra por esta y observa una salida al fondo, enfila hacia allí y sale de entre las nubes, volando arriba de Miami.

Lo sorprendente para él es que en tres minutos, por su reloj hizo casi 200Kmts., con su avión que solo puede alcanzar los 320 Kmts. por hora. La velocidad para este recorrido sería de más de 3000 Kmts por hora!

Sigue relatando que todo el fuselaje tenía una capa de neblina grisácea, pegada al mismo como una burbuja. El túnel dentro de las nubes estaba demarcado con curvas, haciendo un trazo tórico (como las que marcarían las aletas de un enorme tornillo.)

Las dos brújulas del avión, no funcionaban, la electricidad fallaba, como el motor. Por momentos, todo se veía gris desde las ventanillas, del color de la extraña y pegajosa niebla.

Sintió un empujón leve al penetrar por el túnel y durante esos minutos se sintió flotar sobre el asiento del avión, pese a estar atado con el cinturón de seguridad.

Al salir de estas nubes, el avión funcionaba perfectamente y al aterrizar se encontró con la sorpresa que el tanque de combustible todavía tenía mucha nafta y que luego calculó que, durante ese rápido recorrido, casi no gastó combustible.

La explicación en un programa emitido por el Canal Discovery, sería que el avión se encontró dentro de un plegamiento espacio- temporal. Se calculó que la fuerza magnética necesaria para impulsar cosas en un “tubo” de tal envergadura, estaría en el orden de varias bombas atómicas.

Los que han sido abducidos, dicen que al acelerar y desacelerar, por las ventanillas de los ovnis se ve esta neblina gris. Muchas naves extraterrestres tienen estas neblinas, a veces rodeándolas, en forma de estelas tóricas.

La pregunta ¿es quién maneja estas fuerzas, desde donde y para qué? – Si supiéramos volar así, el viaje estelar sería algo común.

El Mar del Diablo

El Mar del Diablo, también llamado el Triángulo de Formosa, se encuentra frente a las costas de Japón en una región del Pacífico alrededor de la isla Miyake, unos 110 kilómetros al sur de Tokio. Al igual que el Triángulo de las Bermudas, el Mar del Diablo no aparece en ningún mapa oficial, pero el nombre es utilizado por pescadores japoneses. La zona es conocida por extrañas desapariciones de barcos y aviones – al menos por las de los Estados Unidos.

Otro mito es que, como el Triángulo de las Bermudas, el Mar del Diablo es la única área donde la brújula apunta hacia el norte verdadero y no hacia el norte magnético.

Una teoría popular es que la actividad volcánica en todo el ámbito, en particular un volcán bajo el agua, podría ser responsable de las desapariciones.

Leyendas del transporte urbano

Existen numerosas historias de terror y leyendas urbanas a lo largo y ancho del País, que giran en torno a los medios de transporte, los que por su naturaleza móvil y por la extensión de sus recorridos, constituyen escenarios propicios para la construcción de éste tipo de relatos.

Muerta por Amor

Este mito tiene raíces en la historia del país. Cuenta la tradición que cuando la joven Felicitas Guerrero se casó en 1862 con Martín de Álzaga, un hombre mayor y acaudalado, era una de las mujeres más bellas de la sociedad porteña. Al año siguiente de la boda y tras perder a su único hijo, Felicitas quedó viuda con apenas 26 años. A su hermosura sumaba el hecho de ser una de las fortunas más grandes de la Ciudad de Buenos Aires, lo que la convirtió en objeto de admiración y requerimiento de muchos pretendientes. Entre ellos estaba el celoso Enrique Ocampo, a quien la viuda rechazó sin miramientos. Quiso el destino que el enamorado descubriera que la causa de tal rechazo era la preferencia de Felicitas por el estanciero Samuel Sáenz Valiente. Enfermo de rabia, Ocampo mató a la muchacha con un disparo en la espalda y al instante se suicidó. Los Guerrero mandaron construir, en homenaje a su hija, una capilla ubicada en la calle Isabel La Católica, entre Brandsen y Pinzón. Los vecinos del lugar sostienen que cada 30 de enero, fecha de la muerte de Felicitas, aparece su fantasma con el torso ensangrentado, vagando errante durante toda la noche hasta el amanecer. Es frecuente –agregan– que muchas mujeres se encomienden a ella para encontrar un gran amor o para conservar el que ya tienen.

La Criatura Acechante

Cuentan los vecinos de Ciudadela, Provincia de Buenos Aires, que cierta noche un colectivo de la –por entonces– línea 237 pasaba en su habitual recorrido por la Avenida Alvear. Al llegar a la altura del Cementerio Israelita, uno de los pocos pasajeros que viajaban a esas horas, vio una nube blanca que provenía del camposanto y que se acercaba hacia el vehículo. Cuanto más se aproximaba, se definían y perfilaban nítidamente sus rasgos de mujer. Durante un breve lapso, la extraña criatura acompañó el paso del transporte, flotando a la par, hasta que finalmente se desvaneció ni bien el colectivo abandonó la zona del cementerio.

El Accidente del Chofer

Cuenta el relato que una noche en Rosario, Provincia de Santa Fe, frente al cementerio «El Salvador», un chofer de colectivo de la línea 114 iba conduciendo el vehículo medio dormido, luego de una jornada de intensa labor. De pronto, una chica se le atravesó en la calle, cruzando de manera imprudente. El hombre intentó clavar los frenos, pero fue inútil: la muchacha fue arrollada. Asustado por lo sucedido y presa de la desesperación, el conductor decidió huir. Luego de varios minutos de escape a toda velocidad y sin detenerse en las paradas establecidas, vio por el gran espejo retrovisor que la víctima estaba sentada en el ultimo asiento del colectivo, mirándolo fijamente y llorando.

Los Fantasmas del Subte

Varias historias circulan en torno a los subterráneos de la ciudad de Buenos Aires, que tienen como escenario principal las estaciones de la línea A, la primera de la red inaugurada en 1913, que actualmente une Plaza de Mayo con Primera Junta. Una de ellas cuenta que un antiguo operario de la estación Sáenz Peña concurrió a los sanitarios en horas de servicio y encontró en ellos a un hombre degollado sobre un charco de sangre. De inmediato el atribulado empleado dio el alerta al personal de seguridad de la estación, quien acudió rápidamente a inspeccionar el lugar, encontrando el sitio en perfectas condiciones y sin ningún rastro de violencia. El veredicto fue unánime: se trataba de una alucinación.

Al día siguiente, volvió a repetirse la situación, aunque el protagonista fue esta vez otro empleado. Durante largo tiempo, muchos fueron los trabajadores que afirmaban haber visto al degollado en el baño de esa estación.

Otra historia de aparecidos tiene como escenario el tramo comprendido entre las estaciones Alberti y Pasco, aunque su figura central esta vez es una extraña mujer en traje de novia. Cuentan los dichos que se trata del fantasma de una joven a la que su prometido abandonó ante el altar, circunstancia por la cual la muchacha habría salido intempestivamente de la iglesia y se habría arrojado a las vías del tren. Otra versión, más romántica aún, señala que la ceremonia del casamiento se realizó pero al tratarse de una unión concertada por los padres de los novios, la muchacha prefirió suicidarse al salir de la iglesia antes de contrariar su propia voluntad.

El Hombre sin Ojos

Relatan algunos habitantes que hace tiempo solía verse a un hombre sin párpados deambular por los vagones de la línea de ferrocarril Mitre. Numerosos testimonios daban cuenta de que siempre subía o bajaba del tren en la Estación Coghlan. Sobre su aspecto circulaban distintas explicaciones. Según algunos, se trataba del alma de un muerto que se había suicidado arrojándose a las vías. Según otros, era un hombre de la zona que al momento de morir padecía una terrible infección ocular. Más allá de estas discrepancias, todavía muchos vecinos del lugar buscan en el andén los ojos del hombre sin párpados, a los que se le atribuyen poderes mágicos.

Premoniciones: Adivinando el Futuro

La idea de predecir el futuro puede parecer de los más descabellada para la mayoría de los científicos y en general, para el hombre, cuya percepción del mundo se manifiesta a través de la razón. El futuro, se presenta ante la mirada de los hombres como una suceción de sucesos inciertos y desconocidos, imposibles de preveer con aticipación; Sin embargo, existen datos históricos que parecen contradecir éste supuesto y que por la ley del contraejemplo nos demuestran que a menudo, aunque parezca increible, es posible Adivinar el Futuro

El Primer Viaje a la Luna

El escritor de novelas de ciencia ficción Lester del Rey, comenzó en 1954 una de ellas del siguiente modo: «La primera nave espacial aterrizó en la Luna y el comandante Armstrong salió de ella…» – Quince años después en 1969, el astronauta Neil A. Armstrong pisaba por primera vez la Luna.

Las Lunas de Marte

El escritor irlandés Jonathan Swift en (1667-1745) en su conocidísima obra Los viajes de Gulliver (1726), hacía mención de dos estrellas menores o satélites que giraban alrededor de Marte. Las dos lunas de Marte fueron descubiertas oficialmente en 1877, por el astrónomo estadounidense Asaph Hall (1829-1907) que las denominaría Fobos y Deimos. Jonathan Swift las describió en su libro con total precisión en cuanto a sus proporciones y sus órbitas.

Predijo el día de su muerte

David Janssen, el actor protagonista de la serie de televisión El fugitivo, que después protagonizaría Harrison Ford en el film del mismo nombre; se vio en uno de sus sueños dentro de un ataúd muerto de un ataque al corazón. Dos días después su sueño se cumplió.

Un Sueño Apocaliptico

Ed Sampson, redactor jefe del periódico estadounidense Boston Globe, soñó en agosto de 1883, que la isla indonesia de Pralape era devastada por la erupción de un volcán y que en el siniestro morían unas 36.000 personas. El sueño le pareció tan real que al día siguiente publicó la noticia. Tras comprobarse que tal isla no existía fue despedido. Sin embargo, un día después se conoció la noticia de que un volcán había destruido la isla de Krakatoa, con un número de víctimas muy parecido al que había dado Ed Sampson en su noticia. Investigaciones posteriores dieron como resultado, que Krakatoa se había llamado Pralape hasta el siglo XVII.

La víctima de su asesino

El 24 de septiembre de 1504, Bartolomé Coclés, médico y quiromántico boloñés, murió a manos de un hombre, al que había vaticinado que en esa misma fecha, cometería un crimen. Desgraciadamente fue una cruel coincidencia y una lástima, que su acierto no le llevara a ver que la víctima era él mismo.

El Diluvio

Johannes Stoeffler, astrólogo alemán y profesor de la Universidad de Tubingia, vaticinó un diluvio universal para el 20 de febrero de 1524. Sorprendentemente el día previsto se desató una gran tormenta en el valle de Rhin, que provocó multitud de víctimas, además de los consiguientes daños materiales.

Más adelante, Stoeffler volvió a hacer una predicción, vaticinando el fin del mundo para el año 1528, pero esta vez no tuvo tanta suerte y nada ocurrió, perdiendo pronto su credibilidad.

Un Sueño Premonitorio

En mayo de 1979, David Bocth, un oficinista de Cincinnati, Ohio, es atormentado por una pesadilla durante la cual asiste, impotente, a una catástrofe aérea en un gran aeropuerto del país.

El «ve» cómo un gran jet con los colores de los Estados Unidos levanta penosamente el vuelo, se inclina súbitamente y se estrella en la pista, estallando en una enorme explosión de fuego y humo negro. Cada vez el sueño es más preciso.

Después de consultar con su siquiatra, Booth decide advertir al aeropuerto de Cincinnati. Allí, los expertos tratan, sin éxito, de «adivinar», gracias a los detalles entregados, de qué aeropuerto se trata. Además, la compañía American Airlines refuerza las medidas de seguridad en sus grandes aviones. A pesar de todo, el 26 de mayo, en el aeropuerto de Chicago, un DC-10 de la American Airlines se estrella brutalmente al despegar, siguiendo el desarrollo exacto del drama soñado por David Booth. 237 personas encuentran la muerte

Desastre Predicho

Gales en 1966. El 21 de octubre de ese año, a raíz de un deslizamiento de tierra, la escuela de la pequeña aldea minera de Abergan es sepultada por medio millón de toneladas de polvo de carbón. El accidente provoca la muerte de 144 personas, entre ellas 122 niños. Un siquiatra, el Dr. Juan Barker, realiza una investigación con la ayuda de un amigo periodista y recoge sesenta relatos de personas que dicen haber presentido la catástrofe 24 de ellos son confirmados por testigos. El caso más emocionante es el de la pequeña Ery Mai jones, de diez años, una de las víctimas del terrible accidente. Dos días antes, la niña le dice inesperadamente a su madre que no tiene miedo de morir puesto que así «se reuniría con jesús», que todo se ve negro en torno a ella y que estará con sus compañeros Pedro y june. El día anterior, la niña le cuenta también a su madre que ha soñado que la escuela había desaparecido y que «algo negro se la había tragado». En el cementerio, la pequeña está efectivamente enterrada entre Pedro y june. La investigación del Dr. Barker muestra igualmente que muchos de los testimonios corroborados provienen de personas ajenas a la región.

Coincidencia Asombrosa con el Titanic

Morgan Robertson quien nacio en 1861 fue un escritor que se especializo en historias del mar, uno de sus libros, Futilidad, escrito en 1898, lejos de ser el mejor que escribiera, le ha valido, sin embargo, cierta fama póstuma.
Esta novela corta sobre la debilidad del hombre frente a la fuerza del destino relata el naufragio del «transatlántico más grande construido por el hombre, el Titán. Este se despanzurra contra un témpano y se hunde, llevando a la muerte a la mayoría de sus pasajeros por falta de suficientes botes salvavidas.

Pero las coincidencias no se detienen allí: el conjunto de concordancias es, en efecto, sorprendente. He aquí algunas de ellas, y entre paréntesis, los hechos equivalentes relacionados con el Titanic: travesía en el mes de abril (10 de abril de 1912), 70.000 toneladas de desplazamiento (60.000), eslora 800 pies (882,5), tres hélices (3 también), velocidad máxima 24 a 25 nudos (idéntica), capacidad máxima 3.000 pasajeros (la misma), 2.000 pasajeros a bordo (2.230), 24 botes salvavidas (20), 19 compartimentos estancos (15), tres motores (3 también), rotura del casco a estribor (idéntica).

Ahora bien, la novela Futílidad fue escrita nueve años antes de la construcción del Titanic.

Increible Coincidencia

Allen Falby un patrullero de carreteras, del Paso Texas perseguía un camión que iba a excesiva velocidad. El infortunado policía no se percato que el vehículo perdía velocidad y termino por estrellarse contra la parte trasera. En el accidente este hombre casi se cercenó la pierna. La sangre corría por la manga de pantalón. Alfred Smith un hombre de negocios acertó a pasar por el lugar y sin saber mucho de medicina se quitó la corbata y puso un torniquete en la pierna de Allen. Cuando llegaron los paramédicos al lugar de incidente le dijeron a Smith que el asunto era grave y que llevarían al patrullero al hospital. Dos días después el hombre de negocios, antes de salid de la ciudad, pregunto por el estado de salud del agente y la información fue: “Esta bien, pero de no haber sido por el torniquete habría muerto”.

Cinco años después, siendo Navidad, Falby recibió un llamado de sus jefes donde le ordenaban investigar un accidente grave donde un hombre se había estrellado contra un árbol. El policía llego antes que la ambulancia y despejando a los curiosos, se acerco al involucrado el cual estaba inconsciente. Aquel hombre se estaba muriendo, de su pierna manaba intensa cantidad de sangre.

Penso emplear su cincho, pero le resulto mejor su corbata para aplicar un torniquete. Así lo hizo y acomodo en un lugar hasta que llego la asistencia médica. Ellos lo llevaron al hospital y como era su deber lo acompaño para certificar lo ocurrido.

Al ingreso , como es natural fue indagada su identidad. Aquel infortunado se llamaba Alfred Smith ¡El mismo que hacia cinco años le había salvado la vida en iguales circunstancias!