Un bálsamo antiguo capaz de destruir las superbacterias

Un remedio inventado en el Medioevo contra las infecciones oculares sería clave para derrotar a superbacterias como el estafilococo dorado, que cobran miles de vidas en la actualidad.

Expertos de la Universidad de Nottingham reconstruyeron un remedio anglosajón del siglo X que contiene cebolla, ajo, vino y hiel de vaca y que aparece incluido en el Bald’s Leechbook, un antiguo manuscrito sobre tratamientos y bálsamos celosamente guardado en la Biblioteca Británica.

Para su asombro, la poción mató casi por completo el estafilococo dorado resistente a la meticilina (SARM, por sus siglas en español), en un hallazgo que sería clave para derrotar la temida superbacteria.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos estiman que esa bacteria resistente a los antibióticos contribuyó a la muerte de más de 5.000 personas en el país en 2013 y se cree que podría llegar a matar a más personas que el cáncer, según The Washington Post. Hasta ahora los científicos consideraban que sólo el progreso tecnológico podría ayudar acabar con el SARM.

Fue la doctora británica Christina Lee quien tuvo la idea de transcribir la receta hallada en el Bald’s Leechbook para un «colirio”. Luego expertos del equipo de microbiología de la universidad de Nottingham recrearon el remedio y lo aplicaron en grandes cultivos de la temida bacteria, tanto en heridas reales en ratones como en infecciones sintéticas creadas con fines investigativos.

Sólo una célula del estafilococo dorado entre 1.000 sobrevivió tras ser aplicado el remedio, incluso cuando este había sido diluido.

«Elegimos esta receta porque contiene ingredientes, como el ajo, que está siendo investigado por científicos en la actualidad por su potencial efectividad en el tratamiento antibiótico», explicó Lee en declaraciones a la BBC.

Freya Harrison, investigadora de la Escuela de Ciencias de la Vida de la misma universidad, precisó que en el manuscrito medieval algunas palabras eran ambiguas y trataron de reconstruirla lo más fielmente posible.

El equipo sólo esperaba que el bálsamo mostrara cierta eficacia antibiótica. «Pero nos quedamos pasmados al ver la efectividad de la combinación de ingredientes», señaló.

El remedio original describe una forma muy específica de obtener la poción, e incluye usar una vasija de metal para la mezcla, que hay que dejar reposar durante nueve días.

Los investigadores británicos probaron todos los ingredientes frescos de forma individual, así como el remedio en su conjunto y un placebo sin los vegetales.

«Parece que los médicos anglosajones pusieron en práctica algo bastante cercano a los métodos científicos modernos, con su énfasis en la observación y en la experimentación», opinó Tom Feilden, editor científico del programa Today de la BBC.

La poción recreada consistió en una mezcla a partes iguales de ajo y otra de cebolla o puerro, finamente picadas y trituradas en un mortero durante dos minutos. A esto le añadieron 25 ml (0,87 onzas líquidas) de vino inglés de un viñedo histórico cerca de Glastonbury. La bilis bovina se disolvió en agua destilada y se agregó a la mezcla, que se mantuvo refrigerada durante nueve días a cuatro grados centígrados.

Las conclusiones del equipo científico se presentarán en la próxima Conferencia Anual de la Sociedad de Microbiología General, en Birmingham, Inglaterra.

Afrodisíacos en el reino animal

La utilidad de los animales” es el título de un viejo tratado del año 1340, escrito por el iraki Ibn al-Durayhim.  El códice es un asombroso libro ilustrado que trata sobre medicina y farmacia. Aunque existen infinidad de recetas para todo tipo de dolencias y males, tambien posee aplicaciones atrayentes, entre las que se destacan el uso de extremidades de vaca y orina como afrodisíaco para incrementar el deseo sexual, y el cuajo del conejo o sus testículos sazonados con sal y alcanfor como receta ideal para quedar embarazada. Este sorprendente libro, que recoge la tradición médica y curativa heredada de Grecia e influenciada por la India y otros imperios orientales, se guarda en la biblioteca del Escorial en Madrid y es considerado como uno de los más valiosos legados de la literatura musulmana.