Un albañil mexicano de 22 años llamado José Maldonado, encontró una supuesta hada en uno de los árboles próximos a su domicilio, en la localidad de Guadalajara, México, el pasado fin de semana. El misterioso hallazgo, ha causado revuelo y conmoción entre miles de personas que forman largas filas solo para admirar éste ser mágico que a primera vista, parece un muñeco de plástico.
«Estaba arrancando guayabas y vi una luz que parpadeaba; Creí que se trataba de una luciérnaga, la tomé y sentí que se movía; cuando la vi supe que era un hada madrina», dijo el «descubridor» del hada.
El muchacho, asegura a demás que cuando llegó con su descubrimiento a casa el ser mitológico todavía estaba vivo, pero que murió poco tiempo después.
Maldonado, decidió conservar la mítica criatura en un vaso con formol, el cual exhibe en una pequeña sala de la vivienda y cobra a los visitantes un pequeño «donativo».
La figura mide unos dos centímetros de altura, tiene dos alas transparentes y es de consistencia gelatinosa. Sus extremidades y su cabeza son de color rojo y en su cuerpo está pintado de modo pedestre una blusa y pantalones cortos de color amarillo, aunque la pintura se ha desteñido en varios lugares.
A la publicación de éste artículo, habrían acudido al lugar más de 3.000 personas para presenciar el fenómeno que ya se conoce con el nombre de «el hada de José».
El Dragón es un ser mitológico que todos conocemos muy bien y que forma parte del ideario colectivo desde siempre. Realizar una búsqueda por distintas fuentes de internet, bastará para demostrar que nadie sabe exactamente el verdadero origen de éstos increibles reptiles voladores. Aún siendo simplemente un mito, nadie puede explicar porqué dragones de similares características están presentes en la mayoría de las culturas de la humanidad, en tiempos bien discímiles y en geografías separadas por miles de kilómetros.
Luego, y aunque más de uno se enoje con quien escribe éste artículo, si nadie encuentra una explicación racional o convincente sobre el origen ficticio de los dragones, tendré que suponer que existen o que al menos existieron en un determinado momento histórico y un lugar geográfico específico.
El Origen de los Dragones
Historiadores y mitólogos, sostienen que el Dragón tiene su origen en la Mitología China. La Diosa Nü-kua, encargada de la reproducción de todos los seres vivos habría creado primero a los Dragones y posteriormente a los humanos chinos. En éste contexto, es de suponer que finalmente el ideario de Dragón persistiera hasta nuestros días gracias al legado de la cultura oriental y por el simple mecanismo de la reproducción oral, libros, cuentos y cualquier otro medio de transporte del conocimiento.
Por otra parte, de haber existido dragones en algún momento de la historia, los paleontólogos tendrían que haber encontrado restos fósiles que demostraran su existencia. Esto representa un obstáculo, hasta el momento determinante, para probar que los dragones pertenecen al plano de la relidad.
Existieron los Dragones?
Hasta aquí, parecería estar solucionado el asunto. Sin embargo, cabe destacar que en la actualidad, la paleontología sigue descubriendo nuevos fósiles que desacreditan teorías contundentes y que la biología marina sigue descubriendo año tras año cientos de especies nuevas, no clasificadas por la ciencia y totalmente desconocidas por el hombre.
Es preciso mostrar algunas evidencias de que los dragones, con su forma y sus características representativas, existían en el ideario de de distintas culturas de la historia, en distintos momentos históricos y separadas entre si por miles de kilometros de distancia.
Los Dragones de la cultura Precolombina:
En la Mesoamérica precolombina existe una gran tradición de veneración a la serpiente «cóat», como animal sagrado. Pero ésta serpiente de la que los autores hablan al referirse a las culturas de la américa precolombina, tiene numerosas similitudes con los dragones de occidente, además de que etimológicamente dragón significa serpiente. [Leer más sobre los dragones en nuestro artículo : Todo sobre los Dragones] Un ejemplo de ésto es el Quetzalcóatl de los toltecas.
Quetzalcóatl – Serpiente preciosa. La traducción literal anteriormente usada de «serpiente emplumada» ha ido cambiando conforme a nuevos hallazgos e interpretaciones de las culturas nahuas. El término «quetzalli» en el caso de Quetzalcoatl significa precioso debido al plumaje reluciente del dragón, ya que las plumas eran utilizadas por los pueblos americanos en forma de joyas y las plumas del quetzal eran las más preciosas de todas, de ahí que el término haya pasado de «serpiente emplumada» a «serpiente preciosa» o «hermosa serpiente voladora» que es un término más conceptual y no una mera traducción literal. Así bien, la serpiente preciosa posee un plumaje de brillantes colores en donde predomina el verde turquesa, además de un gran tocado de plumas rodeando su cabeza a manera de melena. Y en una piramide esta representado que en el equinoccio baja una serpiente del cielo. Aparece representado en muchas culturas como ornamento en muchas partes, desde vasijas ornamentadas hasta templos y edificios. La serpiente preciosa es casi exclusivamente identificada con el dios tolteca Quetzalcóatl, el que fue reverenciado por múltiples culturas del Valle de México como los teotihuacanos, los propios toltecas y hasta los tenochcas, como podremos evidenciar en el arte de cualquiera de estos pueblos.
El dragon en Occidente
Los antiguos escandinavos – «Los vikingos», adornaban las proas de sus naves esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus que vigilaban las costas a las que llegaban.
La imágen de la izquierda es la fotografía de una pieza de madera perteneciente a la proa del barco de Gokstad expuesta en Museo de los Barcos Vikingos, en Oslo, Noruega.
Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón, que aparece en el Apocalipsis, del apóstol Juan, y en otras tradiciones posteriores. En el arte cristiano del Medievo simboliza el pecado y al aparecer bajo los pies de los santos y mártires representa el triunfo de la fe y los reinos cristianos sobre el diablo.
En las leyendas alemanas antiguas protegían tesoros y secretos. En el dragón se ven la serpiente y el ave, como la tierra y el aire, los cuernos representan virilidad y fuerza, tomando forma de cuernos de ciervo, cabra, antílope o toro. De la misma forma la cola es de cocodrilo o dinosaurio, de pez o anguila, y hasta de delfín o culebra, Siempre se resume en la combinación de Fuego y agua. Y algunos lo caracterizan como un rasgo de cada estación, una seca y otra húmeda.
Existen muchas coincidencias entre éstos dragones occidentales y los de América, sin mediar contacto alguno entre ambas civilizaciones. Se pueden leer más similitudes en algunos de éstos sitios:
Phyllis Bacon quedó sorprendida cuando al ver que en la fotografía que acababa de tomar de su jardín, aparecía claramente la imagen de un ser extraño revoloteando sus alas entre las ramas de un arbusto, al fondo del jardín de su casa en un poblado de Londres llamado New Addington.
A pesar de no haber encontrado ningún rastro de plata de lo que parece ser una hada igual que las que aparecen en los cuentos de niños, se conforma con exhibir la única prueba del mágico suceso ocurrido durante una tarde de verano de 2007.
Al principio, la señora Bacon se mostró reacia a mostrar la fotografía por temor a que la opinión pública la tildara de «loca» o de «fraude». Sin embargo, desde hace un tiempo, está dispuesta a buscar una explicación racional al fenómeno, motivo por el cual decidió finalmente hacer pública la imagen.
Las hadas de Cottingley (1917)
La fotografía desató una nueva polémica sobre la existencia de las Hadas y como es habitual, están quienes afirman que es posible que estos pequeños seres existan y aquellos que recuerdan el famoso caso de las hadas de Cottingley (1917). Una fotografía que Frances Griffiths le tomó a su prima; Elsie Wright de 16 años mientras jugaba en su jardín rodeada de pequeñas Hadas. La ilusión de las hadas de Cottingley, duró varias décadas hasta que por fin admitieron que se había tratado de un truco.