Engaños y criptidos : La sirena de Fiji

Uno de los mayores engaños en la historia de los críptidos fue sin duda la conocida sirena de Barnum o sirena de Fiji. Corría el año 1842 cuando este anunciaba a bombo y platillo el hallazgo científico más importante de la historia. Para ello se sirvió de una nota publicada en el Heraldo de Nueva York.

El Dr. J. Griffin (Levi Lyman), que se hacía pasar por un notable investigador y naturalista, y el cual era cómplice de Barnum, se hallaba en posesión de un ser mitológico, de un gran descubrimiento que procedía de las Islas Fiji: Una auténtica sirena.

La curiosidad atrajo a los periódicos y se convirtió en la comidilla de Nueva York. Barnum, cegado por la codicia y su espíritu emprendedor, no dejó pasar la oportunidad de hacerse rico a costa de todos aquellos incrédulos. A través de una serie de cartas, Barnum y el Dr J. Griffin mantenian regularmente su contacto, y estas eran mostradas a los medios por Barnum y consiguiendo así la atención necesaria para el gran debut. Barnum, para terminar de acallar los rumores de los incrédulos, cedió un grabado que decía haberle enviado Griffin de la sirena, donde se mostraba a una bella dama con cola de pez. Continuar leyendo «Engaños y criptidos : La sirena de Fiji»

El vuelo de las sirenas

Por Javier Navarrete (Enigmas num. 30)

Pocas imágenes resultan tan atractivas y sugerentes como la de la sirena. Su cuerpo híbrido, con rostro y torso de mujer y forma de pez de cintura para abajo, ha inspirado a poetas y narradores, ha poblado los sueños de pintores y navegantes y ha embellecido con su imagen bestiarios, emblemas y grabados. Entre todas ellas, ninguna más bella ni más misteriosa que la sirena de doble cola. Los canteros medievales tallaron la piedra con su forma para decorar numerosos templos románicos desde cuyos capiteles todavía contemplan, enigmáticas, al piadoso feligrés del siglo XX.

Al canto de las sirenas se atribuía tan poderoso hechizo que nadie podía sustraerse a su atracción y era la perdición de los navegantes que destrozaban sus barcos contra las escolleras por seguir su voz. Su imagen vive hoy en cuentos infantiles, películas de la factoría Disney, lienzos de pintores y objetos decorativos que van desde un pisapapeles hasta un alfiler de corbata. Su nombre se ha insertado en el lenguaje corriente para acuñar frases de sentido hecho, como «cuerpo de sirena», para referirse a la mujer de armoniosa figura, o «escuchar cantos de sirena» para aludir a quien oye algo bello aunque de tramposo fundamento.

Pero, ¿han existido realmente estos bellos seres acuáticos? Cristóbal Colón creyó ver alguno a lo largo de sus cuatro viajes transatlánticos. Crónicas más antiguas hablan de una sirena que recibió el bautismo y llegó a figurar como santa en algunos almanaques con el nombre de Murgen, capturada en el siglo VI al norte de Gales. Se cuenta de otra en 1403 que vivió en Harlem hasta su muerte y aprendió a hilar, aunque nadie logró entender su habla. Otros, por el contrario, niegan la existencia real de tales criaturas, como el renacentista Andrea Alciato, que habla de ellas en escéptico tono de burla: «Sin piernas, doncellas. Sin hocico, peces». Continuar leyendo «El vuelo de las sirenas»

La Sirena del lago de Maracaibo

Desde hace ya varios años y cada cierto tiempo, se suceden descubrimientos que tienen que ver con la criptozoología. Extrañas criaturas son descubiertas en algún lugar del planeta y la noticia trasciende rápidamente por los medios de comunicación. A lo largo de la historia hemos oido numerosos relatos de criaturas paranormales de dudosa reputación, algunas de ellas ha podido ser explicadas racionalmente; Otras, en cambio constituyen hasta nuestros días un verdadero misterio.

El fraude de la sirena de Maracaibo

En el año 2006, a la orilla del lago Maracaibo en los manglares de la zona de Los Olivitos al norte del estado de Zulia, un grupo de pescadores hallaron el cadaver de una sirena. Esta noticia, sorprendió, naturalmente a la comunidad científica y la novedad se exparció rápidamente por numerosos sitios de internet.

El extraño cuerpo poseía característias propias de los humanos y algunas similitudes con las míticas sirenas de los cuentos de hadas, como una larga cola de pez y extrañas facciones en el rostro, propias de un monstruo de alguna historia de terror. La información sobre el misterioso hallazgo era muy acotada y poco precisa, sin embargo tardaron apenas unas semanas en explicar que la sirena existía realmente, pero que se trataba de una obra de arte del escultor Juan Cabana.

Las imágenes habían sido tomadas del sitio web del artista y la increible historia del descubrimiento había sido inventada!