El castillo Colditz posee una rica y a la vez oscura historia. Construido a principios del siglo XI por el Rey Henry III del Sacro Imperio Romano, el mismo serviría de base a los Emperadores del Primer Reich, incluidos los legendarios Barbarosa y los Señores de la Guerra de Colditz. Posteriormente, y tras haber sufrido infinidad de asedios y ataques, sería reconstruido en el siglo XVI, y siglos después, tras otra refacción, serviría como asilo mental.