Irán registra máquina que predice el futuro con 98% de precisión

El futuro podría estar al alcance de las manos en cualquier momento.

Ali Razeghi, un emprendedor y científico iraní de 27 años, ha registrado en Tehrán lo que, sin más preámbulos, indica ser una máquina del tiempo. El Centro Iraní de Investigaciones Estratégicas guarda en sus registros (no es broma) «La Máquina del Tiempo Aryayek», una invención que permitiría, según su inventor, «predecir entre cinco y ocho años en la vida futura de cualquier individuo con precisión del 98%.»

El mecanismo no puede ser más sencillo: el usuario toca la máquina y recibe un informe impreso de su futuro. El visionario Razeghi afirmó también que un país con dicha tecnología sería capaz de predecir eventos desafortunados (como el terremoto de 7.8 grados Richter que esta mañana sacudió a la nación árabe, o bien las guerras futuras que el intervencionismo occidental planee para próximas fechas), dándoles tiempo de prepararse.

Todos estamos ansiosos por ver el prototipo –pero Razegui (que, recordemos, puede ver el futuro), anticipa que “la razón por la que no lanzamos nuestro prototipo en esta etapa es porque los chinos robarían la idea y lo producirían por millones de un día para otro.” Una declaración sensata, sin duda.

10.000 veces más veloz que la luz

El entrelazamiento cuántico entre partículas es una cosa fantástica, aunque realmente no sepamos ni cómo funciona ni para qué sirve. Por alguna razón cuando dos fotones interactúan, ambos se conectan íntimamente de tal modo, que incluso aunque les separen vastas distancias, su interconexión continuará.

Los físicos cuánticos hace mucho tiempo que conocen esta forma de entrelazamiento. Varios experimentos, repetidos muchas veces, han probado que cuando se envían dos fotones entrelazados a lugares distintos (digamos uno llamado ‘A’ a Boston y otro llamado ‘B’ a California, por aquello de la película) su polarización siempre será opuesta. Es decir, si el primero muestra polarización ‘arriba’ el otro mostrará indefectiblemente la polarización ‘abajo’.

Es más, (y aquí viene lo fascinante) si de algún modo cambiamos la polarización del fotón ‘A’ de su valor inicial ‘arriba’ al nuevo estado ‘abajo’, entonces, de forma instantánea, el fotón ‘B’ alterará su estado para mostrar el contrario al primero, pasando a polarizarse ‘arriba’. No es de extrañar que Einstein definiese a esta propiedad cuántica como «una acción fantasmal a distancia».

Lo que ha hecho ahora un equipo de físicos chinos, dirigidos por Juan Yin de la Universidad Científica Tecnológica de China en Shanghai, es un experimento que involucra a fotones entrelazados, separados entre sí 16 kilómetros, con los que se intentó medir la velocidad a la que se da esa interacción que antes llamábamos instantánea.

El resultado ha sido sorprendente. La interacción cuántica es 10.000 veces más rápida que la velocidad de la luz. (Su trabajo puede consultarse en Arxiv).

Aunque no es acertado pensar en usar esta propiedad de las partículas para comunicarnos a velocidades superiores a las de la luz, lo cual sería muy positivo en el futuro para hablar con nuestras bases espaciales repartidas por el sistema solar. El problema con estas partículas es que uno no conoce la polarización del par hasta que no la mide, de modo que no hay forma de hacer que los fotones del otro lado tomen el estado que se desea, para de este modo crear una especie de código morse.

Esto recuerda a otra de las peculiaridades de la mecánica cuántica, aquella que afirma que las partículas se encuentran en una superposición de estados que no puede conocerse hasta que alguien se detiene a observarlas. Es la base del famoso experimento mental propuesto por Schrondinger, en el que un gato encerrado en una caja está vivo-muerto, hasta que la abrimos para comprobar en cuál de los dos estados se encuentra.

Habrá que esperar antes de poder desarrollar el famoso ansible dibujado por Orson Scott Card en su célebre novela «El juego de Ender».

Científicos logran utilizar un haz de luz para atraer objetos

Como en la escena fantástica de muchas de las películas de extraterrestres: la nave se acerca a la Tierra, se abren las compuertas y surge un haz luminoso que atrae hacia el interior a las personas y objetos que se encuentren en su radio de acción. Y ya no hay vuelta atrás: esas personas han sido abducidas pos los extraterrestres.

Inventan un Rayo Abductor

Pues esta imagen podría estar más cerca de la realidad de lo que pensamos gracias al trabajo desarrollado por un equipo de la Universidad de St. Andrews basado en un rayo abductor que, por el momento, ha sido capaz de atraer hacia sí objetos microscópicos. La investigación ha sido publicada en la revista Nature Photonicsand, y en ella se señala que a pesar de la novedad de la técnica, sus aplicaciones podrían ser muy importantes.

Por ejemplo, en el campo de la medicina, como en las pruebas y tratamientos de muestras de sangre. Y es que este rayo tiene unas potencialidades enormes para seleccionar y actuar sobre determinadas partículas del objeto sobre el que actúan. Tomas Cizmar, el jefe del equipo, ha señalado en la BBC que «en algún momento podrían ser usados para separar células sanguíneas, por ejemplo».

La investigación está basada en el principio de la radiación, cuya fuerza fue identificada por primera vez en 1619 por el astrónomo alemán Kepler: cuando los objetos microscópicos son tocados por un rayo de luz, los fotones los direccionan a lo largo de ese haz de luz.

Los científicos, procedentes de Escocia y de la República Checa, han dado vida a este haz ‘tractor’ que, a imagen y semejanza del que aparece en Star Trek, permite por primera vez utilizar un rayo de luz para atraer objetos microscópicos. Estos se unen en forma de cadena en su viaje hasta el haz de luz.