La rabia, una infección por rabdovirus y la porfiria eritropoyética congénita, también llamada enfermedad de Günther.
Arqueologia : Descubren restos de un vampiro
Matteo Borrini de la Universidad de Florencia afirmó que él y su equipo descubrieron el esqueleto de una mujer de la Edad Media cuya calavera había sido empalada a través de la boca con un ladrillo, un método tradicional de asegurarse de que los vampiros no podrían volver a alimentarse de sangre.
El término “vampiro”, procedente de lenguas eslavas, empezó a usarse en Europa allá por el siglo XVIII, aunque el mito de los demonio humanoides chupadores de sangre existiese en tiempos medievales.
Hace referencia a seres voladores, chupadores o bebedores de sangre. También se refiere a ciertos animales, como el lobo o el murciélago.
Una de las formas, quizá la más conocida, de acabar con ellos, según la tradición, era clavarle una estaca en el corazón. En esta ocasión optaron por asegurarse que no volviese a morder, si es que alguna vez lo hizo, a nadie más.
Belek; El Vampiro de Buenos Aires.
Se trata de uno de los relatos más fascinantes del libro «Buenos Aires es leyenda». Tiene como protagonista a Belek, un enano que llegó a Buenos Aires con el Circo de los Zares a fines de los 70.
Belek, que procedía de la zona de los Cárpatos «como el conde Drácula», fue expulsado después de que el dueqo del circo, Boris Loff, el Hombre Bala y la Mujer Barbuda lo encontraran prendido al cuello de Vera, una mono tití. Pero el mito de Belek, el enano vampiro, apenas comienza aquí.
El verdadero horror se desató cuando se refugió en una casa semiabandondada del Bajo Flores y los gatos del barrio comenzaron a desaparecer misteriosamente.
La leyenda cuenta que la gente protegió sus casas con ristras de ajo y todos llevaban crucifijos por miedo a sus ataques.
Una noche de invierno, los hombres del barrio cazaron al enano vampiro con la red de un arco de fútbol, cerca de la estación Flores, pero se les escapó.
Aseguran que aún vive en el cementerio de Flores y sigue haciendo de las suyas.
Pues bien, parece ser que varias personas, en diferentes puntos de Buenos Aires, como Palermo y Puerto Madero, aseguran haber visto aterrorizadas la figura de un enano moverse increíblemente rápido entre las sombras, huyendo al ser sorprendido o advertir presencia alguna, dejando tras de sí el cadaver de algún animal callejero. Incluso en uno de los casos, viéndose acorralado llego a morder a uno de los testigos.
¿Continúa quizás Belek deambulando por las calles bulliciosas de la noche de Buenos Aires?