Las delicias de la carne de cerdo son, para quienes gustan de ella, un placer mayúsculo. Como también lo fue, al parecer, la sorpresa de un cineasta que, provisto de nuevos y polémicos equipos de alta tecnología, registró lo que fue, al mismo tiempo, una revelación, un escándalo y una decepción. Al menos para él y muchas otras personas preocupadas por la brutal forma en que se producen algunos de los alimentos que se consumen en las naciones desarrolladas.
Mark Devries es un cineasta peculiar, autor de documentales como ‘Speciesism’, que justamente documenta cómo se cría a los animales que se transforman en alimentos. Y sus hallazgos han sido sorprendentes para muchos: la idílica imagen de la granja donde el ganado pace, crece y al final es trasportado al lugar donde se convertirá en filetes se ha ido y su sucesor no tiene nada de inocencia pastoril y sí mucho de estridencia industrial. Entusiasta de la tecnología, Devries ha utilizado un avión no tripulado –de los conocidos como drones– provisto de cámaras para mostrar la realidad de lo que son, según los documentos de este cineasta, verdaderas ‘fábricas’ de producción de carne, deshumanizadas y contaminantes.
La inmensa laguna fecal de una granja industrial de cerdos. (YouTube/mark Devries)
El drone de Devries voló sobre varias de esas granjas industriales y descubrió que en ellas se encuentran enormes lagunas artificiales llenas de residuos fecales de los cerdos que, hacinados en grandes edificios, sobreviven casi sin moverse mientras son engordados, sus heces y orines colectados y drenados entre esas lagunas. Luego, de acuerdo al documental, cuando los residuos acumulados llegan a cierta cantidad, son simplemente ‘rociados’ a los alrededores y, con ello, afectan a los habitantes de poblados cercanos.
Devries señala en su video, publicado en YouTube, que desde 2012 ha estado planeando exponer esta realidad y decidió hacerlo en 2014 con drones equipados con cámaras de video. Sus hallazgos incluyen, por ejemplo, lagunas tóxicas de heces y orina del tamaño de cuatro campos de futbol, indicó Devries, colindantes con edificios similares a bodegas que albergan, según el cineasta, miles de cerdos. Tan solo en Carolina del Norte habría unas 2,000 de esas instalaciones para la producción de carne de cerdo. El video cuenta con testimonios de un experto en epidemiología y salud pública de la Universidad de Carolina del Norte que explica y comenta las características e implicaciones de esas instalaciones.
Enormes aspersores dispersan las aguas fecales de las granjas industriales de cerdo, y eso afecta a comunidades …
Lo más perturbador es que, como se ha señalado, cuando esas lagunas llegan a cierto límite, el líquido excesivo es simplemente rociado hacia afuera con aspersores de alta presión que lo convierten en una suerte de brisa o rocío contaminante. Mucho de ello cae en las cercanías pero otra porción es llevada por el viento más lejos y de ese modo los residuos fecales llegan a las comunidades cercanas. Cabe imaginar que esa práctica, repetida miles y miles de veces, produce una severa exposición de la población local a residuos tóxicos
Devries muestra testimonios de vecinos de lugares cercanos a esas plantas en Carolina del Norte.
El experto universitario, además, critica que son comunidades pobres y de minorías las que están expuestas y sufren de esa contaminación y de los daños a la salud y al medioambiente que ésta produce. Elsie Herring, una de las vecinas del área que fue entrevistada por Devries, señala que cuando una de las ‘fábricas’ de cerdos comienza a rociar los resiudos parece que comenzase a llover, pero en realidad se trata de orina y heces líquidas las que caen sobre sus casas y llegan al interior, afectando a la gente. Según el experto, casos de asma y otros males respiratorios se han registrado en las áreas cercanas a estas instalaciones agropecuarias en adultos y niños.
El cineasta Mark Devries y su drone con cámaras de video. (Youtube/Mark Devries)
Además, defensores de los derechos de los animales han criticado que en esas ‘fábricas’ los cerdos son mantenidos en condiciones de hacinamiento tan grandes que los animales en ocasiones ni siquiera pueden moverse por largos periodos de tiempo.
Devries señala que la responsable de esta situación es la empresa Smithfield Foods, la mayor productora de carne de cerdo del mundo, y la que según Devries controla todas las granjas industriales captadas en sus videos. Él aspira a que, exponiendo esta realidad, la sociedad tome conciencia y pueda comenzarse a corregir esta situación.
Por su parte, en su sitio web, SmithfieldCommitments.com, la empresa afirma que trabaja para reducir el impacto ambiental de sus operaciones y para asegurar el bienestar de los animales que cría. Videos donde la empresa documenta lo que considera la manera responsable y sostenible en que realiza sus actividades se ofrecen también en su sitio de internet.