La amenaza del virus zika, y de sus ominosos efectos potenciales, como la microcefalia en bebés nacidos de madres que contrajeron la enfermedad durante el embarazo, ha causado inquietud en amplias zonas de América Latina, y también en Estados Unidos.
Una larva del mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus zika. (AP)
Pero un reciente hallazgo podría expandir sustancialmente los riesgos de una difusión del virus zika en Estados Unidos, más amplia que lo que se había previsto y por ende con más personas potencialmente expuestas a sus efectos.
Según el relato del periódico The Washington Post, la Organización Panamericana de la Salud confirmó que el virus zika está presente en una variedad de mosquito diferente a la que originalmente se ha identificado como el vector de la enfermedad, la especie Aedes aegypti. Ahora, se ha detectado que el virus zika también es portado por mosquitos de otra especie, la Aedes albopictus, conocida como el ‘mosquito tigre asiático’ o ‘Asian Tiger’ en Estados Unidos.
Esto implica que el zika podría extenderse en un área geográfica mucho más amplia que la que se consideraba hasta ahora, pues el mosquito Aedes albopictus es común en Estados Unidos en áreas mucho más al norte de las que tienen presencia del mosquito Aedes aegypti.
Aunque no se han presentado casos de infecciones de zika a gran escala en el país, las posibilidades de que una persona se infecte existen por el hecho de que en su territorio abunda el mosquito transmisor. El Aedes aegypti, de acuerdo a los Centros de Control y Prevención de Enfermeades, está presente en todo el sur del país, tan al norte como San Francisco, en California, Kentucky o incluso en la ciudad de Nueva York y, desde luego, en toda la Florida, la mayoría de Texas y en todos los estados de la costa del Golfo de México.
Pero la revelación de que el zika también se puede transmitir por la picadura del ‘Tigre asiático’ implica que ese mapa se amplía para incluir áreas mucho más al norte, incluidos Chicago, Boston, todo el sur de los Grandes Lagos y hasta el sur de Minnesota.
Eso no quiere decir, en ambos casos, que en esas ciudades y estados exista ya presencia del virus zika en uno u otro tipo de mosquitos, pero sí que la posibilidad de que eso suceda existe.
En realidad, de acuerdo al CDC, no se han registrado aún infecciones de zika a través picadura de mosquito en territorio continental estadounidense y los cerca de mil casos que se han contabilizado son de personas que se contagiaron en otros países o están ubicadas en territorios como Puerto Rico, donde sí existen casos de transmisión del zika por medio de la picadura de mosquitos y se ha registrado ya la primera muerte de una persona por esa enfermedad.
Un bebé con microcefalia, un padecimiento que se ha identificado con la infección de virus zika durante el embarazo. (AP)
Pero la adición del mosquito Aedes albopictus a la ecuación (un fenómeno confirmado con especímenes de ese mosquito infectados de zika capturados en México) implica que más personas e instituciones deben estar alerta y tomar precauciones.
El zika por lo general no es una enfermedad virulenta y muchos podrían haberla padecido sin darse cuenta. Pero su vinculación con la microcefalia en bebés le ha dado a ese padecimiento y a su posible expansión epidémica un rostro perturbador. Y ahora, la posibilidad de que el virus sea transmitido por una variedad de mosquito adicional presente en zonas que se suponían libres de riesgo directo impondrá ajustes en las políticas de salud pública de numerosos estados y ciudades que son hogar de millones de personas.
Todo mientras, en contrapartida, el Congreso sigue sin autorizar una partida financiera especial para dedicar fondos (1,900 millones) al combate del zika que fue propuesta por la Casa Blanca. Al mosquito, por cierto, el cabildeo o los dimes y diretes partidistas le tienen sin cuidado.