Desde la invención del pararrayos por Benjamín Franklin la experimentación con los mismos y la averiguación de sus particularidades han ocupado tiempo y escritos por años. Su poder es de temer.
El primer proceso en la generación del rayo es la separación de cargas positivas y negativas dentro de una corriente aérea ascendente, fuerte en las nubes, acumulando así una carga de electricidad estática poderosa. Los cristales positivamente cargados tienden a ascender, lo que hace que la capa superior de la nube acumule una carga electroestática positiva.
Los cristales negativamente cargados y los granizos caen a las capas del centro y del fondo de la nube, acumula una carga electroestática negativa. El rayo es la manifestación del recorrido que hace la electricidad electroestática para equilibrar las cargas.
El rayo también puede producirse dentro de las nubes de cenizas de erupciones volcánicas, o puede ser causada por violentos incendios forestales que generan polvo capaz de crear carga estática.
Hoy se sabe que cerca de las ciudades, hay- aparte de rayos normales, que se desprenden de las nubes y caen al suelo, descargando su potencial-, existen otros que a favor de la altura de las torres y edificios que desde estos emiten descargas al revés: del suelo a las nubes, son cargas equilibrantes del campo, que normalmente no se ven como tales, pero si son visibles con cámara ultra rápida y se les nota este recorrido inverso.
Estos rayos son más energéticos que los normales y desencadenan muchos rayos normales que buscan crear un nuevo equilibrio en la diferencia de potencial.
Como continuamente las zonas urbanas son más grandes, la caída de rayos se incrementa por este último factor, lo que nos permite decir, que las zonas más cercanas a las ciudades, tiene más fertilidad en las tierras de su influencia, ya que los rayos son un factor importante en la captación del Nitrógeno del aire, que finalmente forman nitritos y nitratos con las lluvias y los minerales del suelo. (Ciclo del Nitrógeno).
Este es un motivo más que el solo económico para el desarrollo de zonas verdes fruto-hortícolas orgánicas en especial.
Los rayos ascendentes son mucho más energéticos y peligrosos por la formación de racimos de rayos normales.
Caen más rayos en las ciudades, es cierto.