Chactún, gran ciudad Maya, recién descubierta

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, de México, ha anunciado que un grupo de arqueólogos llevó a cabo un importante
descubrimiento en el sureste de Campeche: se trata de Chactún, una gran ciudad Maya que habría pertenecido al período clásico tardío, cuyo esplendor económico y cultural tuvo lugar entre los años 600 y 900 d.C.

El nombre Chactún puede ser traducido como Piedra Roja, o Piedra Grande. Esta ciudad recién descubierta habría abarcado una extensión de 22 hectáreas, por lo que sería una de las ciudades mayas más importantes de las tierras bajas centrales, en su época, comparable (tanto por sus dimensiones totales como por el tamaño de sus edificios) a las ciudades de Becán, Nadzcaan y El Palmar.

En Chactún se encontraron pirámides (la más alta tiene 23 metros de altura), edificios alargados, canchas de juego de pelota, plazas y monumentos. También se hallaron estelas y altares que conservan restos del original estuco Maya, en donde se combinan el estuco clásico pintado con inscripciones grabadas. En la estela 1, se menciona que allí “El gobernante K`inich B`ahlam clavó la Piedra Roja”, o piedra grande, según se prefiera traducir, en el año maya correspondiente a 751 de nuestra era. Se trata, sin lugar a dudas, de un nuevo gran descubrimiento que permitirá a la ciencia seguir profundizando el conocimiento acerca de la trascendente cultura Maya.

Un pueblo maya enterrado en cenizas

Arqueólogos estadounidenses excavaron el pueblo Joya de Cerén, descubierto en la década de 1970 en El Salvador, y descubrieron un antiguo pueblo maya sepultado en ceniza volcánica durante siglos: hace más de 1.400 años un volcán destruyó dicha aldea y las cenizas volcánicas conservaron las casas, cultivos agrícolas y jardines de manera excepcionalmente efectiva.

David Lentz, profesor de la Universidad de Cincinnati, y autor principal del estudio, expresó que “No sólo nos encontramos con estos restos bien conservados, sino que los encontramos donde la gente los dejó hace más de mil años, lo que es realmente extraordinario (…) esto es fabuloso porque la gente ha debatido durante mucho tiempo sobre cómo hicieron todo esto los mayas. Ahora tenemos un ejemplo real”.

Entre otras apariciones sorprendentes, los investigadores mencionan la malanga, una raíz que los científicos no sabían, hasta hoy, que los mayas cultivaran. También se encontraron hierbas que ya no existen en la zona y una casa con más de 70 vasijas de cerámica. Y, como en todo gran hallazgo, no solo se enfrentaron a un descubrimiento preciso, sino posiblemente a una serie de descubrimientos encadenados: también encontraron un camino llamado “sacbé”, que Lentz seguirá con la expectativa de ser conducido a nuevos descubrimientos.

El Descubrimiento revela la antigua agricultura

Los científicos consiguieron dar su primer vistazo a una cocina maya, la que incluyó un jardín cuidadosamente cultivado. Continuar leyendo «Un pueblo maya enterrado en cenizas»

Un secreto matemático de 2.300 años

Hace algo más de 50 años, en 1960, el geólogo de origen belga Jean de Heinzelin de Braucourt encontró un extraño objeto mientras se encontraba trabajando en una excavación, cerca del nacimiento de una de las fuentes del río Nilo. El lugar era un pequeño poblado llamado Ishango, dentro de las fronteras de lo que actualmente conocemos como República Democrática del Congo. Ya hemos escrito sobre ésto en el artículo titulado: El hueso de Ishango

El hallazgo era un pequeño hueso, concretamente el peroné de un babuino, que presentaba unas curiosas marcas, organizadas en tres columnas y realizadas mediante algún objeto punzante de cuarzo. En un principio se pensó que se trataba alguna clase de objeto decorativo pero cuando se analizó detenidamente el número y la disposición de estas marcas, los arqueólogos llegaron a una sorprendente pero definitiva conclusión: Quienquiera que fuese el autor de aquellas muescas, hace ya 20.000 años, claramente estaba contando.

En una de las partes talladas se pueden observar sesenta marcas, algo que podría parecer aleatorio si no fuese porque en la parte posterior, aparece otra columna con exactamente el mismo número de muescas, sesenta… Continuar leyendo «Un secreto matemático de 2.300 años»