El hombre de hierro : La estatua de un dios espacial

Una antigua estatua budista que fue extraída del Tíbet por una expedición nazi y llevada a Alemania poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial fue tallada en un meteorito que se cayo contra la Tierra hace miles de años.

Aunque suena a trama de una película de Indiana Jones, parece no ser fantasía, según expertos europeos que difundieron sus investigaciones en la edición de este mes de la revista Meteoritics and Planetary Science.

Elmar Buchner, de la Universidad de Stuttgart, dijo que la expedición Schaefer trajo la estatua a Alemania. La expedición, financiada por los nazis, había viajado en 1938 al Tíbet en parte para buscar pistas sobre el origen de la raza aria, base de la ideología racista de los nazis.

La existencia de la pieza se conoció apenas en 2007 debido al fallecimiento de su propietario y su venta en una subasta, dijo Buchner. La estatua pesa 10,6 kilogramos y se le conoce como «el hombre de hierro». Investigadores alemanes y austriacos consiguieron permiso del nuevo dueño, cuyo nombre es mantenido en secreto, para que efectuaran un análisis químico a la estatua que mostró que ésta proviene del meteorito Chinga que se estrelló hace unos 15.000 años en una zona que hoy es la frontera entre Rusia y Mongolia.

El meteorito fue descubierto oficialmente en 1913, aunque Buchner indicó que la estatua podría tener 1.000 años de antigüedad y representa a un dios budista llamado Vaisravana.

Los nazis quizá se sintieron atraídos por una cruz gamada orientada hacia la izquierda que la estatua tiene en el frente.

La cruz gamada ha sido utilizada por diversas culturas en distintas épocas, pero los nazis intentaron apropiársela como símbolo de su ideología aunque en su versión la cruz está orientada hacia la derecha.

Misterios arqueológicos : El Disco de Festos

Esta enigmática pieza fue descubierta el 15 de julio de 1908 por el arqueólogo italiano Luigi Pernier en una excavación del palacio minoico de Festos.

El disco es de arcilla cocida con inscripciones en ambas caras y fechado a finales de la edad de Bronce. El propósito de uso y su origen aún no han sido determinados, lo que ha convertido a este objeto en uno de los más famosos misterios arqueológicos. Sus símbolos podrían representar una forma desconocida de jeroglíficos y hay estudios que lo asocian a un tipo de escritura utilizada en la antigua Creta.

La pieza de quince centímetros de diámetro fue elaborada alrededor del año 1700 A.C. durante la edad de bronce de la civilización minoica,que se ubico en la isla griega de Creta.

No obstante sus 241 inscripciones hechas a partir de combinaciones de 45 signos distintos,no pertenecen al sistema de escritura de la época.

Los símbolos contenidos en el disco retratan figuras humanas,animales,armas y plantas,también se disponen en forma de espiral,con un patrón duodecimal,lo cual significa para distintos especialistas que se trata de versos pertenecientes a himnos o rezos rituales.

Igualmente se ha propuesto que la función de este aparato consistía en ser un registro administrativo donde la tableta era marcada como un comprobante o recibo cada vez que un bien ingresaba en algún almacén.

Así,cuando los artículos eran sustraídos por el dueño el disco se destruía para concluir el tramite entre ambas partes,motivo que explicaría la ausencia de objetos similares en Creta. Aunado al evadido de los métodos de criptoanálisis estadístico, alberga un texto muy breve.

La Piedra del fin del mundo de los Mayas

La enorme piedra tallada por los mayas alrededor del año 669 de nuestra era en el sureste de México, que tiene en vilo a media humanidad por una supuesta profecía del «fin del mundo» en diciembre próximo, relata en realidad la vida y las batallas de un gobernante.

«Los mayas tenían un concepto cíclico del tiempo, no se ocupaban del fin del mundo. Esa estela narra la vida y las batallas de un gobernante», dice a la AFP el arqueólogo mexicano José Romero sobre el significado de esta piedra, que inspiró la catastrofista cinta ‘2012’, de Roland Emmerich, y la novela ‘El testamento maya’, de Steve Alten.

Fragmentada en seis trozos, repartidos entre México y Estados Unidos, la estela (piedra tallada) es conocida como el Monumento 6 de El Tortuguero, en el sitio arqueológico de Macuspana, Tabasco (sureste), del que se tuvieron los primeros registros históricos en 1915.

«No hay un registro sobre el hallazgo del Monumento 6», explica Romero, experto en El Tortuguero y una de las voces autorizadas para hablar de la historia de esta y otras piezas que se exhiben en el Museo Regional de Antropología Carlos Pellicer Cámara, de Villahermosa, capital de Tabasco.

Esta piedra, que tenía una forma de ‘T’ pero que fue fragmentada y ahora está incompleta, fue rescatada en 1958 junto con otras piezas arqueológicas de El Tortuguero, localizado en una cantera y cuyas históricas piedras fueron utilizadas por décadas en la construcción de casas y carreteras. Continuar leyendo «La Piedra del fin del mundo de los Mayas»