El sensacional descubrimiento de un extraterrestre representado por los antiguos artistas egipcios no es único. Otros de estos descubrimientos han sido mencionadas por los investigadores por más de 120 años. Esta es la primera vez, sin embargo, que ha sido sacada de la división de archivo de investigación del departamento de Antigüedades Egipcias perteneciente a las autoridades gubernamentales en El Cairo.
Primer plano de la parte de muro de la tumba con el extraterrestre gris.
Cerca de la parte inferior del mural se puede apreciar un extraterrestre gris. (Museo Egipcio)
Un grupo de científicos canadienses informó haber descubierto las ruinas de una ciudad sumergida en nada menos que en el Triángulo de las Bermudas, el lugare en donde desaparecieron numerosas aeronaves y barcos entre 1700 y 1980. Esta noticia fue asociada inmediatamente con La Atlántida, el mítico continente desparecido hace 10 mil años.
Los investigadores, Paul Weinzweig y Pauline Zalitzki, encontraron mediante un robot los restos de una ciudad, ubicada a unos 700 metros de profundidad, hacia el norte de las costas orientales de Cuba.
Edificios sumergidos.
Las imágenes captadas muestran construcciones monumentales, entre ellas, cuatro pirámides gigantes, una de ellas de cristal, así como una esfinge y varios monolitos grabados. «Es asombroso. Lo que observamos en las imágenes en alta resolución del sonar son llanuras interminables de arena blanca y en el medio de esta bella arena se aprecian claramente diseños arquitectónicos hechos por el hombre. Es como cuando sobrevuelas un proyecto urbano en avión y ves las autopistas, túneles y edificios», afirmó Zalitzki a Russia Today.
En opinión del científico, el complejo pertenece a un período preclásico de la historia del Caribe y de América Central, poblado por «una civilización avanzada, similar a la cultura de Teotihuacán».
La Atlántida, mencionada y descrita por primera vez por el filósofo griego Platón, desapareció, según la leyenda, por una inundación, un gran terremoto o una erupción volcánica hace más de 10 mil años.
A lo largo de decenios, este mito ha servido de inspiración para numerosas obras literarias, musicales y cinematográficas, especialmente historias de ciencia-ficción.
Uno de los engaños más antiguos ocurrió en el pueblo de Aurora, Texas, Estados Unidos. En el cementerio principal de la localidad, supuestamente fue enterrado un marciano en 1897. De acuerdo con una noticia aparecida el 19 de abril de ese año en el diario de Dallas Morning News, una nave voladora se había estrellado contra el molino de viento de la granja del juez J.S Proctor y luego cayó en el lugar donde había un pozo. Después del choque la gente que acudió al sitio encontró los restos de la nave y el cadáver del piloto.
Posteriormente el cuerpo fue enterrado en una tumba en el cementerio local con una lápida anónima. El oficial del servicio de señales de Estados Unidos, T.J. Weems, considerado una autoridad en astronomía, aseguró que el piloto de la aeronave que sufrió el percance era un habitante del planeta Marte y no sólo eso, sino que el funeral se celebraría al día siguiente.
La localización exacta del recinto no se conoce, muy probablemente por que toda la leyenda, según afirmó la desaparecida historiadora local Etta Pegues, fue inventada por un grupo de hombres que trabajaban en un almacén. Hoy, una placa en el cementerio de este pueblo recuerda la existencia de aquella tumba perdida.
El caso de Shinichi Fujimura
Shinichi Fujimura un japonés que engaño a todos al encontrar sus «descubrimientos».
Parecía que este arqueólogo japonés tenía un don especial para encontrar hallazgos espectaculares, por que donde Fujimura cavana, allí encontraba algun resto, que además, según creían muchos adelantaba la aparición del ser humano en Japón en varios miles de años. Por su gran habilidad para encontrar las cosas sus compañeros le apodaban “la mano de dios”.
Todo iba bien… hasta que un día unos periodistas decidieron seguirlo y descubrieron su truco. Para ese tiempo Fujimura era un prestigioso arqueólogo, que había excavado en 180 yacimientos paleolíticos en la isla.
Sin embargo, el 22 de octubre de 2000 a las seis de la mañana unos reporteros del diario Mainichi Shimbun le grabaron mientras plantaba en su yacimiento los fósiles que horas después descubriría. Fujimura no tuvo otra que confesar que había falsificado, según dijo él, sólo parte de los hallazgos, pero pronto reveló su trabajo en 42 yacimientos.
Todo esto tuvo un final trágico, pues aunque exculpó a sus colaboradores, uno de ellos llamado Mitsuo Kagawa, de 78 años, se suicidó tras haber sido considerado cómplice por una revista.
Inmediatamente surgieron preguntas. ¿Cómo no se dio cuenta nadie del engaño? Fujimura llevaba dos décadas cultivando fósiles. Tras este caso, no sólo Fujimura –que ingresó en un hospital psiquiátrico– se ha desacreditado; la comunidad internacional duda ahora de toda la arqueología japonesa y sus métodos. Continuar leyendo «Engaños y Fraudes de la Historia»