Un asteroide del tamaño de una casa, pasó a unos 12 000 kilómetros de distancia de la tierra dejando un rastro similar al de una estrella fugaz.
El rastro del asteroide «2011 MD», que pasó cerca a la Tierra hoy, es muy similar al dejado por las estrellas fugaces. Así lo señala la web ABC, que muestra imágenes y animaciones del fenómeno que estuvo a 12 mil kilómetros de nuestro planeta.
La roca espacial pudo ser vista desde algunos puntos del hemisferio sur, especialmente desde Sudáfrica. Su máxima aproximación ocurrió sobre las 09.26 hora de Argentina.
Como se recuerda, el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, realizó un seguimiento de la órbita del asteroide, que puede seguirse en su web. Allí también pueden encontrarse los parámetros físicos de la roca.
Además, y como estaba previsto, cambió drásticamente su órbita por el efecto de la gravedad de nuestro planeta, por lo que no entró en la atmósfera.
«Antes era Némesis, luego fue Tyche, en unos años será un objeto espacial particular…»
Foto enviada por la sonda WISE del cometa Siding Sprint en su viaje hacia el Sol
Hace un tiempo me referí a la posible Némesis, una compañera del Sol, una avejentada pequeña estrella rojo-negra, cuya órbita externa a la nube de Oort, sería la responsable de las caídas abundantes de meteoritos y cometas sobre la Tierra con grandes desapariciones de vida. Como esa teoría apocalíptica cada vez tiene menos fuerza, ya no se busca al “malévolo “Némesis y ahora se busca a una benévola Tyche, hermana de aquel en la mitología griega.
Este sería un hipotético gran planeta: los astrofísicos John Matese y Daniel Whitmire, que en el 2010 proponían la existencia de un acompañante binario para nuestro sol, un planeta mayor que Júpiter, ya dentro de la “nube de Oort”.
Según la página de WISE, esta es una misión de la NASA, lanzada en diciembre de 2009, que escaneó la esfera celeste cerca de una vez y media en cuatro longitudes de ondas infrarrojas. Capturó más de 2,7 millones de imágenes de objetos en el espacio, desde lejanas galaxias a asteroides y cometas relativamente cercanos a la Tierra. Recientemente, WISE completó una misión extendida que le permitió finalizar el escaneo completo del cinturón de asteroides, y dos registros completos del universo más distante, en dos bandas infrarrojas. Hasta ahora, los descubrimientos en la misión de objetos previamente desconocidos incluyen una estrella súper fría o enana marrón, 20 cometas, 134 objetos cercanos a la Tierra (Near-Earth Objects; NEOs) y más de 33 000 asteroides en el cinturón principal entre Marte y Júpiter.
Tras su exitoso registro, WISE fue puesto en hibernación en febrero de 2011. El análisis de los datos recogidos continúa. Se espera un informe público preliminar de las primeras 14 semanas de datos en abril de 2011, y uno final con el análisis completo en marzo de 2012.
Por ahora, parece que nada se ha encontrado, pero no quiere decir que no exista algo, ya que como dije en el artículo de Némesis, está justo detrás de la elíptica del sistema solar, por lo que a nuestros telescopios, aunque sean espaciales, como están dentro de este virtual círculo, se les hace muy difícil poder detectar algo detrás de esta “enorme cortina”.
Pero a no desesperar, algo se encontrará en pocos años más y cambiará algunas cosas en nuestros conocimientos.
Hace un tiempo me referí a la posible Némesis, una compañera del Sol, una avejentada pequeña estrella rojo-negra, cuya órbita externa a la nube de Oort, sería la responsable de las caídas abundantes de meteoritos y cometas sobre la Tierra con grandes desapariciones de vida. Como esa teoría apocalíptica cada vez tiene menos fuerza, ya no se busca al “malévolo “Némesis y ahora se busca a una benévola Tyche, hermana de aquel en la mitología griega.
Este sería un hipotético gran planeta: los astrofísicos John Matese y Daniel Whitmire, que en el 2010 proponían la existencia de un acompañante binario para nuestro sol, un planeta mayor que Júpiter, ya dentro de la “nube de Oort”.
Según la página de WISE, esta es una misión de la NASA, lanzada en diciembre de 2009, que escaneó la esfera celeste cerca de una vez y media en cuatro longitudes de ondas infrarrojas. Capturó más de 2,7 millones de imágenes de objetos en el espacio, desde lejanas galaxias a asteroides y cometas relativamente cercanos a la Tierra. Recientemente, WISE completó una misión extendida que le permitió finalizar el escaneo completo del cinturón de asteroides, y dos registros completos del universo más distante, en dos bandas infrarrojas. Hasta ahora, los descubrimientos en la misión de objetos previamente desconocidos incluyen una estrella super fría o enana marrón, 20 cometas, 134 objetos cercanos a la Tierra (Near-Earth Objects; NEOs) y más de 33 000 asteroides en el cinturón principal entre Marte y Júpiter.
Tras su exitoso registro, WISE fue puesto en hibernación en febrero de 2011. El análisis de los datos recogidos continúa. Se espera un informe público preliminar de las primeras 14 semanas de datos en abril de 2011, y uno final con el análisis completo en marzo de 2012.
Por ahora, parece que nada se ha encontrado, pero no quiere decir que no exista algo, ya que como dije en el artículo de Némesis, está justo detrás de la eclíptica del sistema solar, por lo que a nuestros telescopios, aunque sean espaciales, como están dentro de este virtual círculo, se les hace muy difícil poder detectar algo detrás de esta “enorme cortina”.
Pero a no desesperar, algo se encontrará en pocos años más y cambiará algunas cosas en nuestros conocimientos.
Miren lo que encontraron en Rusia en un basural cercano a Moscú. El trasbordador que hicieron en URSS (Burán, “ventisca”) una copia de los norteamericanos y que al entrar la URSS en una crisis terminal, se abandonaron las misiones que ese prototipo y otras realizarían.
También es un contrasentido, que las cápsulas que la antecedieron se siguen usando, e incluso reemplazando a los transbordadores americanos que se desafectan.
Nos demuestra hasta que punto se ha retrocedido con los trabajos “oficiales” en el plano espacial.
Increíble además, que no haya un Museo que guarde la nave completa, como la que muestra la imagen siguiente:
Como se puede ver, el parecido es notable, aunque era más chico que el transbordar americano y con tanques suplementarios de menor capacidad.
Hizo un solo vuelo espacial en el año 1988, posterior a los vuelos de la Columbia a la que se copió en los detalles generales.
Pese a los cortos resultados, las pruebas, los rediseños constantes y las fallas, lo hicieron por lejos el más oneroso de todos los proyectos espaciales soviéticos, hasta la actualidad.