Asteroides : Peligro de colisión

Hemos visto hace muy poco, que en dos oportunidades , estos años, han aparecido casi de la nada, asteroides de tamaño respetable que pasaron, por suerte, no tan cerca de la Tierra, como para caer sobre ella y nosotros… solo miramos. Por ejemplo el llamado 2010 AL30, (Enero del 2010) fue descubierto gracias al programa Lincoln Near-Earth Asteroid financiado por la NASA y anunciado en el Centro de Planetas Menores del Observatorio Astrofísico Smithsonian. Pasó a cien mil kilómetros de nosotros. El corto período de tiempo entre la localización del objeto y su intersección con la Tierra es un buen recordatorio de que es muy difícil poder predecir con tiempo suficiente.

Desde Rusia nos alertan. Se han contabilizado casi 7000 cuerpos que podrían impactarnos en próximos años. Se trata, en concreto, de 6.960 asteroides que, según el informe, recogido por la agencia rusa de noticias Ria Novosti, resultan “potencialmente peligrosos” para nuestro planeta. El 87 % de ellos, es decir, un total de 6.070, ronda los cien metros de diámetro, más del doble del supuesto meteorito que en 1908 arrasó más de 2.000 km cuadrados de tundra en Siberia (Tunguska).( Posible ocurrencia de caída: Uno en 250 años.)

Otros 806 asteroides (el 11,6%) son mucho mayores, con diámetros que rondan los mil metros. (Posible ocurrencia de catástrofe: Una cada millón de años) También existe una exigua población de cometas (84, es decir, el 1,2% del total), que actualmente están en ruta hacia la Tierra. (Posible ocurrencia: Uno cada 200 millones de años).

Según dice el despacho de la agencia rusa, grupos de investigadores europeos, rusos y norteamericanos están preparando una batería de misiones espaciales para vigilar el avance de estos cuerpos celestes y evitar el peligro potencial que suponen para el ser humano. Entre esas misiones está la canadiense NEOSSat, que será lanzada pronto, en el 2011, y la alemana Asteroid Finder, que despegará cerca de un año más tarde. Además están combinando reuniones para cooperar y construir soluciones.

El informe presentado por el Dr. Shústov hace hincapié en un hecho del que ya había advertido la NASA hace apenas unos meses: carecemos de recursos suficientes para prevenir, evitar o destruir objetos espaciales en ruta de colisión contra nosotros. Hasta ahora solo son una serie de ideas más o menos interesantes. Llevarlas a la práctica es otra cosa.

Como vemos, las amenazas desde el cosmos son variadas en estos convulsos años (algunas no astronómicas) donde grandes cambios muchos esperamos, en todo sentido.

por Manlio E. Wydler

Velas solares: Grandes fracasos

La idea de impulsar económicamente una nave espacial interplanetaria con velas que captaran el viento solar parecía muy conveniente para algunos.

Pero llevar todo esto al espacio y desplegarlas, es algo engorroso. Mantener estas bien dirigidas hacia el Sol, es otro gran problema.

Pero el mayor engorro es la poca presión que el viento solar ejerce ya a la altura de la órbita de la Tierra, que había sido calculada en 10 gramos por una superficie de una hectárea. (Es mucho menor).

Si bien es un empuje contínuo, este cae al cuadrado de las distancias, ya a la altura de Júpiter sería despreciable, terminando en valor cero en la heliopausa.

No sería práctico para volver, pues al soplar en una única dirección, ni siquiera bordeando como hacen los veleros modernos, podríamos ir contra un impulso totalmente contrario. Los artificios empleados no han servido, como algunos previeron por ir contra la segunda ley de la termodinámica.

Cada tanto hemos sabido de intentos de poder impulsar naves con impulso solar.

El primero de ellos lo efectuó la Sociedad Planetaria, fundada por el recordado Carl Sagan, que terminó en un callado fracaso. Había partido desde un misil ruso, lanzado desde un submarino nuclear, cerca del polo norte. Su nombre: Cosmos. Era el 2006.

Este año (2011), una misión japonesa y otra de la NASA, fueron puestas en órbita. Los resultados son nulos.

Ninguno de estos intentos ha servido para constituir siquiera un hito de una nueva tecnología válida para el viaje espacial.

La antigravedad y el plegamiento espacio –temporal será el futuro, como sabemos todos los abducidos. Lo demás es fútil.

La fábrica de elementos

Hemos visto que en todo encontramos procesos cíclicos que derivan en producciones diversas.

En la Biología hay muchos ciclos que con ciertos intercambios de iones producen un número muy grande de sustancias, lejana o cercanamente emparentadas.

En la Climatología encontramos muchos ciclos de diversos elementos y moléculas.

En la Astronomía, hoy conocemos muchos procesos que se efectúan en las estrellas según sus masas y el estadio de su evolución.

Es así que en estrellas de masa más o menos como el Sol, habrá procesos, llamados protón-protón, donde primero los átomos de Hidrógeno se fusionan en átomos de Helio:

Un Hidrógeno común se fusiona con otro Hidrógeno común (a altísimas temperaturas) y forma un Deuterio (Hidrógeno con un neutrón) como uno de los protones pierde su carga (el que se vuelve neutrón) esta es liberada en forma de positrón (electrón con carga positiva, antipartícula del electrón), también liberan un neutrino, el positrón se aniquilará con un electrón y formarán rayos gamma. El Deuterio formando anteriormente se fusiona con otro Hidrógeno común y forman Helio 3 (dos protones un neutron) y liberan un fotón de rayos gamma. Dos Helios 3 ya formados, se fusionan, pero cada Helio 3 tiene 2 protones y 1 neutrón, así que cada uno libera un protón, así al final quedará un Helio 4 (2 protones y 2 neutrones) y 2 protones libres o sea dos Hidrógenos listos para comenzar de nuevo la reacción.

Luego de muchos millones de años se amontona Helio en el núcleo estelar por gravitación. El centro, aumenta la temperatura porque la estrella se contrae y en cierta temperatura, el Helio se fusiona, haciendo Carbono. (El Sol aquí es ya aquí una estrella gigante roja, que paulatinamente se enfriará). El Litio, es muy raro en las estrellas comunes ya que por encima del millón y medio de grados, tanto el seis como el siete se transmutan varias veces.

En estrellas mucho más masivas, el proceso en capas sigue (proceso CON). Por electrones, protones, neutrinos, etc. el carbono se fusiona en Neón, luego en Oxígeno, luego en Silicio, luego en Níquel y aquí, por degradación desintegrante aparecen los núcleos de Hierro, que son los más estables de todos, en la capa central, obedeciendo a la fuerza de la gravedad.

Para que el proceso siga se necesita ya un estado particular de estrella, que pueda dar una gran cantidad de energía, necesaria para actuar en estos núcleos de Hierro. Como vemos, hasta ahora, había una emisión de energía (entre ellas luminosidad), la integridad estelar estaba asegurada, pero ahora el esfuerzo deberá ser supremo.

Se necesita la energía de una nova o mejor de una supernova, para actuar sobre los núcleos del hierro y sobre los núcleos de otros elementos pesados formados para constituir por fusión los nuevos núcleos y luego por desintegración, hasta lograr núcleos estables, al menos en alguno de los isótopos formados.

Algunos por degradación serán formados nuevos elementos, por ejemplo el Plomo. “A grosso modo” vemos como esta notable fábrica trabaja.

La explosión consecuente distribuirá por el espacio de cada galáxia, los materiales para constituir la segunda, tercera o cuarta generación de estrellas con planetas y muchos con vida.