Podremos ver 2 soles en el 2012?

No quería arriesgarme a publicar ésta noticia que lleva ya varios días guardada entre mis artículos próximos a publicar, por la experiencia de lo ocurrido cuando redacté el artículo titulado: «El 27 de agosto del 2009 se verán dos lunas en el cielo.» Aquella vez, la sugestión provino de una cadena de correos, pero ésta vez y a diferencia de aquella, hoy muchos medios conocidos se han hecho eco de ésta noticia que involucra al Sol y a una nueva luz que se verá en el cielo durante varias semanas en el 2012.

Brad Carter, que es profesor de Física en la Universidad de Southern Queensland, Australia afirma abiertamente que en muy poco tiempo será visible para cualquier observador una especie de segundo Sol en el firmamento. Según las observaciones del equipo de trabajo de Carter, la supergigante roja Betelgeuse, localizada en la nebulosa de Orion ya entró en la fase de explosión, por lo que la onda expansiva de la supernova en su proceso máximo podría alcanzar la Tierra en algún momento antes de 2012, y cuando lo haga, veremos dos soles en el cielo como en las imágenes de la película Star Wars. Aunque aseguran que no será en absoluto catastrófico para la Humanidad.

La explicación científica

El proceso de pérdida de masa de la estrella es una indicación típica de que está ocurriendo un colapso gravitacional típico de las Supernovas de tipo II.

«Esta vieja estrella está expeliendo todo su núcleo interno», afirma el Dr. Carter. «Ese mismo combustible interno de la estrella es el que la mantiene brillante en el cielo. Cuando todo ese combustible sea expulsado hacia afuera, el proceso será muy rápido y podremos contemplarlo a simple vista ya que la explosión ocurrirá y será decenas de millones de veces más brillante que el Sol.»

Hasta ahora, nuestra civilización no ha tenido la oportunidad de contemplar un evento de estas características, aunque existen evidencias que indican que en el pasado esto ya sucedió, al detectarse Iridio y otros compuestos en las capas del subsuelo.

Afortunadamente la estrella se encuentra en el margen de seguridad por encima del cuál las emisiones no tendrán efectos catastróficos para nuestra civilización.

Se estima que el margen de seguridad está en 100 años luz de distancia, y recordemos que la gigante Betlegeuse se encuentra a una distancia aproximada de unos 500-600 años luz y en aproximación constante. (La distancia exacta de esta estrella es difícil de calcular debido al proceso de contracción.) Lo que significa que estamos contemplando ahora un evento que ya sucedió centenares de años atrás.

En conclusión, parece que esta vez, y en las proximidades delñ año 2012 desde la Tierra veremos dos Soles, uno nuestro conocido Sol, y el otro una explosión Supernova de una estrella llamada Betelgeuse que ocurrió hace cientos de años y que vamos a tener la dicha de ver ya que éste suceso sería único en la historia de la humanidad. O al menos no existen registros escritos de otro similar.

Científicos escépticos opinan

Por su parte, los astrónomos Phil Plait e Ian O’Neill, la probabilidad de que Betelgeuse explote en 2012 es extremadamente baja, aunque no descartan que podría hacerlo en cualquier momento. Lo que tratan de mostrar en un nuevo artículo publicado recientemente, es que no se puede vaticinar exactamente el momento de la exploción. Para éstos científicos se trata de un rumor relacionado con el furor que existe sobre el 2012 del Calendario Maya.

Phil Plait, sostuvo también, que el artículo original de Carter no dice nada acerca de ninguna fecha.

Lluvia de cometas en el Sol

La Nasa anunció que su nave Soho, que estudia al Sol, fotografió una gran caída de pequeños cometas, posiblemente trozos de un gran cometa que se partió hace siglos.

La tormenta comenzó el 13 de diciembre y terminó el 22, según Karl Battams, del Laboratorio de Investigaciones Navales, ubicado en Washington, D.C. Durante esos días, el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) detectó 25 cometas que se zambullían en el Sol.

Los cometas que se zambullen en el Sol (alias «raspadores solares», o «sungrazers») no son algo nuevo. Usualmente el SOHO detecta uno de ellos cada varios días, cuando se zambulle en el interior del Sol y se desintegra a medida que el calor solar sublima sus volátiles hielos. Pero 25 cometas en apenas diez días… eso es una observación sin precedentes.

Los cometas, se calcularon como objetos de 10 metros

El coronógrafo-dispositivo que estudia la corona solar- de la nave espacial utiliza un disco opaco con el fin de bloquear el resplandor del Sol, produciendo de este modo un eclipse solar artificial y revelando durante el proceso objetos tenues que ningún telescopio en la Tierra sería capaz de distinguir. Todos los días, astrónomos aficionados de todas partes del mundo examinan las imágenes en busca de nuevos cometas. Desde el momento en que el SOHO fue lanzado al espacio, en 1996, se han encontrado más de 2.000 cometas de esta forma, lo cual constituye un verdadero récord para cualquier misión espacial.

Estos raspadores solares están relacionados entre sí. Los astrónomos los llaman «la familia Kreutz» en honor al astrónomo Heinrich Kreutz, quien durante el siglo 19 fue el primero en estudiarlos como grupo. En la actualidad, la referencia que se hace a esta familia de cometas se le atribuye a Brian Marsden (1937-2010), del Centro para Planetas Menores, de Harvard. Fue él quien analizó las órbitas de los cometas Kreutz y observó que probablemente se originaron cuando un único cometa gigante, que fue avistado en el siglo 12, se dividió en varios pedazos; tal vez se trata del Gran Cometa del año 1106.

Es interesante el proceso que este “fogoso” encuentro les depara a estos helados cuerpos, a medida que se acercan a la atmósfera del Sol.

Al principio, al elevarse la temperatura pasarán rápidamente sus diversas moléculas por los estados de sólido a líquido y luego a gaseoso, disgregándose y estallando.

Al elevarse mucho más la temperatura aparecen como elementos, no moléculas y luego ya directamente son plasma.

Los plasmas son gases calientes e ionizados. Los plasmas se forman bajo condiciones de extremadamente alta energía, tan alta, en realidad, que las moléculas se separan violentamente y sólo existen átomos sueltos. Más sorprendente aún, los plasmas tienen tanta energía que los electrones exteriores son violentamente separados de los átomos individuales, formando así un gas de iones altamente cargados y energéticos. Debido a que los átomos en los plasma existen como iones cargados, los plasmas se comportan de manera diferente que los gases y forman el cuarto estado de la materia.

En este estado ya constituyen parte de la materia de nuestro Sol.

(Algo similar nos puede acontecer-al planeta todo-cuando el Sol se convierta en gigante rojo y posiblemente nos engulla.)

por Manlio E. Wydler

El largo viaje del Voyager I

Las últimas noticias que ha dado La NASA respecto a la nave robótica, es que esta ya ha dejado atrás la llamada heliopausa, zona en que los vientos solares parecerían que detienen su carrera, o al menos, los sensores ya no lo detectan.

Este límite aparentemente sobrepasa casi por el doble el límite de la nube de Oort, o sea que se estimaban un año luz de distancia para este último y casi dos años luz para el fin de la heliopausa.

Por las razones antedichas, es algo menor que lo deducido. De todas formas, el viaje de la Voyager I, ya avanza por el espacio interestelar.

La misión iba a durar solo 5 años, pero ya van muchos más. Actualmente se encuentra más allá de los límites del Sistema Solar cuando su misión original era sólo visitar Júpiter, Saturno y los satélites. Es una veterana de 33 años y funcionando.

El 5 de septiembre de 1977 fue lanzada desde Cabo Cañaveral en Florida, curiosamente después de la Voyager 2. Cuando completó algunas misiones en el Sistema Solar, en los años 79 y 80, descubrió atmósfera en Titán. En la NASA tomaron la decisión de que se desviara de su ruta para estudiar más este satélite, improvisación con la que sacrificaban el resto de sus misiones planetarias, encargadas desde allí al Voyager II.

A partir de entonces, su destino fue totalmente diferente. Al modificar su ruta se dirigió al borde de nuestro Sistema Solar para localizar y estudiar sus límites. Para poder mantenerse operativa durante tantos años contaba, además de los paneles solares-poco importantes ya en esa parte del camino-, con tres generadores nucleares que le permitieron seguir funcionando tan lejos del Sol.

Porta sobre el casco un disco con músicas e imágenes que retratan la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra. Se incorporó a la nave para dar a conocer la existencia de vida civilizada en nuestro planeta a cualquier posible forma de vida inteligente que se tope con él.

Debido a la obsolescencia, no ha podido mandar- al atravesar felizmente la nube de Oort- ninguna foto, ni hacer otro gran descubrimiento de objetos espaciales.