Muy cerca de la Cruz del Sur, que nos marca la dirección del Polo Sur, hay un punto de luz débil, en la constelación del Centauro.
Claudio Tolomeo en su catálogo de estrellas la nombró hace 2 mil años. Recordemos que el veía a todos los cuerpos celestes a “ojo desnudo”.Sin embargo su dimensión es mucho mayor que una estrella y en el 1830 el astrónomo inglés John William Herschel, con su telescopio descubrió por primera vez su verdadera naturaleza, siendo el primer cúmulo globular reconocido. Pese a ello, aun hoy persiste su nombre de estrella.
Con el Hubble y el Gémini (del sur de Chile), se ha descubierto que este cúmulo está constituido por unas diez millones de estrellas, de una uniformidad algo similar en antigüedad y un movimiento estelar en conjunto que las diferencia del resto de la vecindad.
Por descomposición de su luz, se sabe de una notable metalicidad, que denota su vejez. En realidad, se notan dos metalicidades, que presuponen que fueron originadas durante al menos dos brotaciones estelares distintas.
Como sabemos, se llama metalicidad de las estrellas a los elementos traza, distintos al Hidrógeno sean o no metales.
Al ver en detalle la velocidad de rotación de las estrellas de este cúmulo estelar se notó una aceleración cerca de su centro. Denota esto que posee un agujero negro medianamente grande (no es estelar), lo que se explica por su origen de galaxia pequeña.
En fin, esta constelación que sirve, entre otros para múltiples usos de cartografía estelar, de navegación, etc. muestra que lejanos son en realidad sus componentes, solo una virtual “unidad” ( pensemos que el trío estelar Centauro son las estrellas más próximas a nosotros, en tanto este cúmulo está a 17.000 años luz.)
Omega del Centauro es una pequeña galaxia fagocitada por la Vía Láctea, como en “poco tiempo” lo será la Nube de Magallanes.
El canibalismo estelar es norma entre galaxias vecinas, (la más grande incluye a la más chica) donde la gravedad se impone más allá de la inflación de nuestro Universo.