La NASA registra el rarísimo fenómeno del terremoto estelar

La NASA ha detectado, gracias al telescopio de rayos gamma Fermi, el rarísimo fenómeno cósmico espacial de ‘sismo estelar’ de una estrella de neurones llamada ‘magnetar’.

El magnetar es un tipo de estrella de neutrones con el campo magnético más fuerte del universo. Representa una estrella de neutrones con un campo magnético miles de millones de veces más potente que el campo magnético de la Tierra. Hasta el momento han sido catalogados tan solo 23 magnetares confirmados en el universo.

Un sismo de estrellas, o ‘starquake’, representa enormes fluctuaciones de una estrella de neutrones durante las cuales el astro, según el informe «suena como una campana».

Los científicos obtuvieron los datos al estudiar, mediante el telescopio Fermi, las más poderosas explosiones de rayos X del magnetar SGR J1550-5418, que se encuentra a una distancia de unos 15.000 años luz de la Tierra.

El SGR J1550-5418 atrajo la atención de los astrónomos el 22 de enero 2009, cuando se registraron las más poderosas explosiones de rayos gamma, varios destellos por minuto. Las explosiones más fuertes eran comparables con la energía total del Sol durante 20 años.

¿Tres días de oscuridad?

Se ha publicado en las redes sociales una noticia que dice que el próximo 21 de diciembre, el mundo estará tres días en oscuridad. Con tal de ganar credibilidad los autores de semejante disparate indican que lo anunció la NASA y hasta mencionan el nombre de su administrador, ponen los logotipos de la misma, etc.


El planeta Venus, cuando se interpone entre la Tierra y el Sol, apenas tapa una minúscula parte de la luz solar. (Foto: Rodrigo Roesch)

La Tierra gira en 24 horas sobre sí misma y cada 12 horas enfrenta al Sol. ¿Cómo podrían darse tres días de oscuridad? Si vamos a una interpretación literal, tres días de oscuridad no podrían ser causados por un eclipse de sol, ya que el que hubo en Guatemala el 11 de Julio de 1991, duró 6 minutos y se le considera de los más largos de la historia. Así que un eclipse solar es algo breve, no podría causar 3 días de oscuridad. Continuar leyendo «¿Tres días de oscuridad?»

Una científica estadounidense demuestra que los agujeros negros no existen

Una catedrática de física de la Universidad de Carolina del Norte asegura haber probado matemáticamente que los agujeros negros ni siquiera pueden formarse, ya que cuando una estrella emite radiación, su masa se reduce y carece densidad suficiente.

Durante décadas se pensaba que los agujeros negros nacían cuando una estrella se colapsaba bajo su propia gravedad, convirtiéndose en un único punto en el universo llamado singularidad, explica la Universidad de Carolina del Norte.

Según la teoría existente, la singularidad está rodeada por una membrana, llamada horizonte de sucesos, que demarca la zona en la que la atracción gravitacional de la singularidad es tan fuerte que al cruzar esta zona nada puede escapar de ella.

Para comprobar la inexistencia de los agujeros negros, Laura Mersini-Houghton, catedrática de física de la Universidad de Carolina del Norte, asegura haber unido dos teorías que, al parecer, son contradictorias, la Teoría de la Gravedad de Einstein y la ley fundamental de la teoría cuántica.

La teoría de Einstein predice la formación de los agujeros negros, pero la ley fundamental de la teoría cuántica sostiene que nada puede desaparecer en el universo. Los intentos de combinar estar dos teorías conducían al absurdo, y se conocían con el nombre de la paradoja de pérdida de información.

En 1974, Stephen Hawking utilizó la mecánica cuántica para demostrar que los agujeros negros emiten radiación. Pero ahora, Mersini-Houghton, que está de acuerdo con la idea de que el colapso de una estrella produce radiación, dice haber demostrado que cuando una estrella emite radiación, su masa se reduce y, en consecuencia, no tiene densidad suficiente para que se forme un agujero negro.

Muchos físicos y astrónomos creen que nuestro universo nació de una singularidad y empezó a expandirse con el Big Bang. No obstante, si las singularidades no existen, los físicos tendrían que reconsiderar sus ideas.