Un joven estudiante de séptimo curso de Long Island (EEUU) llamado Aidan Dwyer, de tan sólo 13 años, ha diseñado un nuevo prototipo de paneles solares que obtienen un rendimiento 50% superior al de los paneles actuales. Gracias a su revolucionaria idea Aidan ganó el concurso de jóvenes talentos del Museo Americano de Historia Natural y una patente a la que le pueda generar una suculenta explotación.
Todo empezó hace dos años en una caminata por las Montañas Catskill, en el estado de Nueva York. En el viaje, Aidan, entonces de 11 años, se interesó mucho por la estructura de las ramas de los árboles, y las comenzó a investigar: “Estaba en las montañas de Catskill cuando tuve un flash. De pronto me di cuenta de que la colocación de esas ramas respondía a un patrón seguido por el diseño de la naturaleza. No era una distribución casual”, relata Dwyer.
En su casa en Long Island, sus padres deseaban instalar paneles solares, pero su patio era demasiado pequeño y su techo no era adecuado. Sin embargo, había espacio suficiente para un árbol. Los árboles organizaban sus ramas de cierta forma para maximizar la captación de luz solar. Si imitaba el diseño de las ramas de los árboles, que siguen un concepto matemático conocido como la sucesión de Fibonacci, reemplazando las hojas con paneles solares, la estructura podría caber en el limitado espacio y abastecer la casa.
Al hacer el experimento con dos modelos un panel solar tradicional y otro receptor solar en forma de árbol descubrió que los números procedentes del emulador de árbol eran mayores.