Uno de los momentos que más asombro causó a los primeros exploradores del Polo Sur fue encontrarse de cara con colosales paredes verticales de hielo que se elevaban docenas y hasta cientos de metros por encima de sus cabezas. Aventureros como Larsen o Ross se toparon fascinados ante un impresionante espectáculo que convertía sus destartalados barcos en pequeñas motas de polvo ante la monumental tapia de hielo.
Y lo cierto es que bien podríamos imaginarnos la Antártida como una especie de castillo medieval que guarda celosamente sus secretos mediante titánicos muros helados. Son tan grandes que algunas, como la gran barrera de hielo de Ross, posee una superficie equivalente a toda España alzándose en algunos puntos hasta doscientos metros por encima del mar. Continuar leyendo «Las barreras de hielo de la Antártida se desmoronan»
Varios cientos de langostas aparecieron varadas en los últimos días en la arena de la playa de Tijuana, en el noroeste de México, la mayoría de las cuales fueron devueltas al mar para salvarles la vida.
Se trata de langostillas rojas, un crustáceo decápodo conocido en otros países como piojo de mar. Algunas fallecieron en su intento por volver al mar y otras fueron víctimas de aves depredadoras.
La aparición de las pequeñas langostas sucede una semana después de que algunas medusas de la especie velero fueron encontradas entre las ciudades de San Diego (EE.UU.) y Ensenada (México) y a pocos días de que tres ballenas quedaron varadas entre las localidades de Tijuana y Rosarito.
También han sido encontrados lobos marinos, todo como consecuencia de la marea alta causada por el cambio climático.
Desde fuera, parece una nave espacial enterrada en medio de la nieve. Una trozo de cemento armado, con una vidriera alienígena y con una puerta de aluminio. Por dentro, sus pasillos parecen el escenario de un videojuego de acción en primera persona. Lo que esconden sus gigantescas salas climatizadas, solo está al alcance de la vista de unos pocos científicos. Aunque en Internet se rumorea que en su interior se guardan auténticas aberraciones, en realidad albergan una de las grandes esperanzas para la humanidad en caso de catástrofe.
El Banco Mundial de Semillas de Svalbard es una enorme despensa subterránea de semillas. Allí se conservan cuatro millones de tipos de 800.000 variedades de plantas, lo que viene a ser un tercio de todas las que hay en el planeta. Se abrió hace diez años y, si el cambio climático o una guerra nuclear arrasan nuestro planeta, se convertiría en un auténtico salvavidas botánico.
El banco se encuentra entre las montañas de la isla noruega de Spitsbergen, al norte del país y a tan solo 1.300 kilómetros del Polo Norte. Uno de los hombres que puso dinero para su construcción fue Bill Gates. La Fundación Rockefeller también contribuyó. Este hecho, y el secretísimo que rodea al proyecto, han hecho que en la Red circulen historias de lo más rocambolescas sobre lo que realmente pasa entre sus muros: desde que es un proyecto ideado por los nazis, hasta que es una especie de laboratorio en el que se idean sistemas para controlar a la población.
Pero nada más lejos de la realidad ideada por la calenturienta mente de un fanático de las conspiraciones: el Banco de Semillas es solo un gran laboratorio en el que además de guardar las semillas, se experimenta con nuevas variedades para adaptarlas al nuevo mundo. Continuar leyendo «Svalbard, la gran esperanza botánica de la humanidad»