Herman Julius Oberth (1894-1989) nació en la ciudad transilvana de Sibiu actual Rumania, aunque entonces formaba parte del Imperio austrohúngaro y la ciudad se llamaba Hermannstadt en alemán o Nagyszeben en húngaro.
Según su propia cuenta y la de otros, alrededor de los 11 años Oberth empezó a fascinarse por el campo de la exploración espacial, marcándole principalmente los escritos de Julio Verne, en especial De la Tierra a la Luna, releyéndolo hasta llegar a memorizarlo. Influenciado por las ideas y libros de Verne, Oberth construyó su primer cohete en miniatura como estudiante escolar a los 14 años. En sus primeros experimentos, alcanzó independientemente la idea de un cohete de múltiples etapas, pero carecía, en ese momento, de los recursos necesarios para desarrollar este concepto más allá de la teoría.
En 1912, Oberth comenzó a estudiar medicina en Múnich, participando luego en la Primera Guerra Mundial como médico militar. Más tarde, Oberth comentaría que lo más importante que pudo aprender de esa experiencia es que no deseaba continuar como médico. Después de la guerra, permaneció en Alemania -su ciudad natal formaba parte de Rumania- y reanudó sus estudios universitarios, pero en ese momento estudiando física y trabajando de maestro de escuela. Continuar leyendo «Herman Oberth : Un Gran Inventor»
No solo las personas más viejas. También las jóvenes tienen la sensación de que todo se está acelerando excesivamente. Ayer fue carnaval, dentro de poco Semana Santa y más tarde navidad. Ese sentimiento ¿es ilusorio o tiene base real?.
Por la Resonancia Schumann se procura dar una explicación. El físico alemán W.O. Schumann constató en 1952 que la tierra está cercada por un campo electromagnético poderoso que se forma en la parte inferior de la ionosfera, cerca de 100 km por encima de nosotros. Ese campo posee una resonancia (llamada resonancia Schumann), más o menos constante de unas 7,83 pulsaciones por segundo.
Es como una especie de marcapasos, responsable del equilibrio de la biosfera, hábitat y condicionante común de todas las formas de vida. Se ha verificado que todos los vertebrados y nuestro cerebro tienen la misma frecuencia de 7,83 hertz.
Empíricamente se tiene la constatación de que no podemos estar sanos fuera de esa frecuencia biológica natural. Siempre que los astronautas hacían viajes espaciales se salían de la resonancia Schumann y enfermaban. Si se les sometía a la acción de un simulador Schumann, recuperaban el equilibrio y la salud. Desde hace millares de años los latidos del corazón de la tierra han tenido esa frecuencia de pulsaciones y la vida se desarrollaba en relativo equilibrio ecológico.
Ocurre que a partir de los años 80, y de forma mas acentuada a partir de los 90, la frecuencia pasó de 7,83 a 11 y 13 hertz. El corazón de la tierra se disparó. Coincidentemente, desequilibrios ecológicos se hicieron sentir: perturbaciones climáticas, actividad volcánica creciente, mayores tensiones en los conflictos del mundo, aumento general de comportamientos desviados en las personas, etc. Debido a la aceleración general, una jornada de 24 horas, en verdad es solamente de 16 horas.
Por tanto, la percepción de que todo está pasando demasiado rápido no es ilusoria. Tendría base real en ese transtorno de la resonancia Schumann.
Se puede enfatizar una tesis recurrente entre los grandes cosmólogos y biólogos de que la tierra es, efectivamente un superorganismo vivo. De que la Tierra y la humanidad formamos una única entidad. Los seres humanos, somos Tierra que siente, piensa, ama y venera. Porque somos eso, poseemos una misma natureza bioelétrica y estamos envueltos por las mismas ondas resonantes Schumann.
Gaia, ese superorganismo vivo que es la Madre Tierra, deberá estar buscando formas de retornar a su equilibrio natural… Como cualquier ser vivo, pero no se sabe a qué precio habrá que pagarlo por la biosfera y por los seres vivos.
Aquí se abre un espacio para los grupos esotéricos y otros futuristas que proyectarán escenarios, ora dramáticos con catástrofes terribles, ora esperanzadores, como la irrupción de la cuarta dimensión, por la cual todos seremos más intuitivos, más espirituales y más sintonizados con el biorritmo de la Tierra. El brasileño Leonardo Boff es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación.
La restricción calórica (RC) y la proteína sirtuina
Una preocupación universal es revertir o al menos disminuir las señales del envejecimiento.
Hoy una teoría al respecto tiene su contrapartida experimental y están por entrar a la fase de experimentación humana.
Se propone que la dieta impone un estrés biológico de baja intensidad al organismo, lo cual suscita una respuesta de defensa que ayuda a protegerla contra las causas del envejecimiento. La RC pone al organismo en un estado defensivo tal que le permite sobrevivir las condiciones adversas y esto produce una mejora de la salud y alarga la vida. Este cambio a un estado defensivo esta controlado por los genes de la longevidad.
Aunque la mitohormesis fue un concepto puramente hipotético hasta finales de 2007, un trabajo reciente llevado a cabo por el grupo de Michael Ristow en Caenorhabditis elegans (un gusano) ha mostrado que la restricción del metabolismo de la glucosa aumenta la longevidad aumentando en principio el estrés oxidativo hasta ejercer un aumento de la resistencia contra el estrés oxidativo. Este es probablemente la primera prueba experimental que demuestra que la hormesis es una causa primordial del aumento de la longevidad que resulta de la RC. Continuar leyendo «La buena longevidad»