La antigua medicina herbal ya recomendaba la hoja de Olivo para curar, entre otras enfermedades, las afecciones circulatorias y dérmicas. Actualmente la ciencia he demostrado que su extracto contiene sustancias cardioprotectoras y antivirales que confirman su eficacia.
Aplicaciones medicinales de la hoja de Olivo:
El extracto de la hoja de olivo posee numerosos efectos terapéuticos, ya que funciona como un potente antibiótico contra virus, bacterias, hongos y levaduras. Se emplea para:
Bajar la presión arterial.
Mejorar la circulación.
Aliviar molestias musculares.
Luchar contra los radicales libres.
Cicatrizar quemaduras solares y heridas en la piel.
Desintoxicar el organismo.
Potenciar el sistema inmune.
Aliviar la gripe y los resfriados.
Combatir distintas variedades de herpes.
Investigaciones sobre los efectos curativos del Olivo.
En la década del ’50 el doctor Oliveira Feijao afirmaba en su obra Medicina de las Plantas, que una decocción bastante concentrada de las hojas de Olivo, combatía la presión arterial demasiado elevada, la gota y el reumatismo. El doctor Bernard Friedlander, de San Mateo – California, EEUU, utiliza éste extracto como tratamiento preventivo de hongos, bacterias, virus y parásitos. Los investigadores R. de A. Ribero y M. M. R. Fiuza, publicaron numerosas pruebas de las propiedades del olivo, en el “Journal of Ethnopharmacology”.
La alquimia se practicó desde el siglo IV a. C. y hasta el surgimiento de la química y las ciencias naturales, a comienzos del XVII y tuvo su mayor explendor en la Europa medieval.
A partir de la etapa final de la Edad Media se escribieron numerosos libros sobre el «Arte Hermético». La palabra alquimia, deriva del árabe «al-kimiya», cuyo significado es similar al de química actual, aunque con referencias a lo trascendental y espiritual.
Que es la piedra filosofal?
La piedra filosofal es una sustancia que según la alquimia tendría propiedades extraordinarias, como la capacidad de transmutar los metales vulgares en oro. Existen dos tipos de piedra: la roja, capaz de transmutar metales innobles en oro, y la blanca, cuyo uso transforma dichos metales innobles en plata. La roja se obtiene empleando la Vía Seca; la blanca a través de la Vía Húmeda; en ambos casos el elemento de partida es la pirita de hierro. Otra de las cualidades de ése singular elemento sería la propiedad de sanar enfermedades e incluso prolongar eternamente la vida.
La piedra filosofal y el elixir de la juventud eterna.
Entre los objetivos perseguidos por los alquimístas, se encontraban dos importantes cuestiones. La necesidad imperiosa del hombre por descubrir la fuente de la vida eterna, «el Elixir de la eterna juventud» y el de transformar los metales innobles, como el plomo y el cobre, en metales preciosos, como la Plata y el Oro.
Para lograr el primer objetivo, los alquimistas invirtieron en el proceso, algo más que tiempo. Sus propias vidas. Tal es así que una leyenda urbana, cuenta que el reconocido físico Isaac Newton, intentando obtener el elixir de la vida eterna, bebió un brebaje preparado por el mismo y encontró su propia muerte en vez de la inmortalidad.
En busca de la vida eterna.
En la Antigua China, intentaron encontrar el elixir con diversos resultados. En la Dinastía Qin, Qin Shi Huang, envió a un alquimista con 1000 personas, entre hombres y mujeres, a los mares del este para encontrar el elixir de la vida eterna, y ninguno regresó jamás.
En la Edad Moderna aparecieron un conjunto de personajes que probaron una serie de técnicas según ellos infalibles para regenerar el cuerpo y poder vivir más.
Así, el conde de Cagliostro, noble nacido en Palermo en 1743, ideó un sistema similar al de los capullos de seda: la persona que quería regenerarse debía desnudarse, tumbarse en una cama, envolverse en una manta y durante un mes alimentarse solamente de caldo de pollo. Cagliostro afirmaba que pasados unos días el individuo perdería el pelo y los dientes hasta debilitarse al máximo, pero a partir de ahí comenzaría un proceso regenerativo que le devolvería los dientes, el pelo y la juventud. Obviamente, la persona que se sometiese a este “tratamiento” cumpliría la primera parte por la acción del escorbuto al no tomar nada de vitamina C, pero jamás recuperaría los dientes, el pelo y aún menos la juventud.
La creencia de la vida eterna en la actualidad.
Actualmente en la India, existe la creencia de que los «orejones», mejor conocidos como albaricoques, ayudan a prolongar la vida y a combatir ciertas enfermedades. Es por ello que son considerados como un alimento sagrado y son consumidos a todas horas del día. Uno de los grupos más convencidos de ello son los monjes budistas.
Pero no hace falta acudir a las culturas orientales, para comprender que en pleno siglo XXI, la búsqueda del elixir de la juventud sigue siendo un tesoro preciado por muchos. Solo basta con observar los avances en cosmética y medicina, orientados a mejorar la calidad de vida e incluso, en cierta medida, prolongarla.
El Alga chlorella pyrenoidosa apareció hace 2.000 millones de años y fue una de las primeras formas vegetales con un núcleo bien definido, según muestran fósiles datados del período precámbrico. Es considerada una microalga, ya que mide entre 2 y 8 micras de diámetro y fue descubierta a finales del siglo XIX. La chlorella vive en el agua corriente y en condiciones favorables de crecimiento se multiplica con gran rapidez en cualquier parte del mundo.
Esta especie de alga ha sido utilizada en la medicina tradicional china durante siglos. Aunque naturalmente crece en el agua dulce, la chlorella pyrenoidosa destinada al consumo humano suele cultivarse en grandes estanques de agua mineral bajo la luz del sol.
Según numerosos estudios, el alga chlorella contiene ricos nutrientes esenciales que la convierten en una excelente aliada de la salud, sobre todo por su capacidad para eliminar del organismo metales pesados.
Propiedades naturales del Alga chlorella pyrenoidosa:
Entre las propiedades más destacadas de ésta especie de algas, se encuentran:
Agente desintoxicante: Moviliza y elimina metales pesados y radiactivos, dioxinas, pesticidas, herbicidas y disolventes.
Agente antiviral.
Regulador del sistema digestivo.
Reparador de los daños provocados por la radioterapia.
Cicatrizante de heridas cutáneas y regenerador celular.
Disminuye la tasa de colesterol en sangre y compensa la hipertensión.