Cada cinco o diez años un asteroide del tamaño de un autobús escolar se acerca a la Tierra, y cada 50 años uno de éstos impacta en ella.
Un ejemplo de ésto es que la Agencia Espacial de Rusia mantiene en su página web el resumen de un documental llamado Ataque asteroide, del astrofísico Vladimir Lipunov. En éste video pueden verse imágenes del gigantesco estallido producido por el impacto de un meteoro }que cayó sobre Rusia en el año 2013 y que por fortuna, no causó desastres de mayor envergadura por haber caído en una zona ampliamente desierta de Siberia.
No es una novedad que desde hace muchos años, la ciencia está empeñada en investigar los asteroides, especialmente aquellos cuya trayectoria podría ser tal que al aproximarse a la Tierra y de acuerdo a la masa del cuerpo celeste, pudiera ser atraído por nuetsra gravedad provocando un impacto de grandes consecuencias para la humanidad. Tal es el casod el asteroide Bennu, estudiado desde el año 2016 cuyo cuerpo rocoso 500 metros de diámetro se aproximaría tanto a nuestro planeta en el año 2035, que de ser atraído por la órbita terrestre podría chocar con la Tierra causando sin dudas un enorme desastre sin precedentes.
Los asteroides están en el espacio exterior y nada impide que alguno se acerque demasiado a nuestro Planeta. El último asteroide que pasó rozando la Tierra fue bautizado como el asteroide 2011 MD. Este asteroide rozó la superficie de la Tierra a una distancia de apenas 12.000 kilómetros, aproximadamente 30 veces más cerca que la luna.
Didynos, el asteroide que la NASA intentará desviar en el año 2022
Recientemente, se ha descubierto un gran asteroide denominado «Didymos» que pasará muy cerca de la Tierra en octubre del año 2022 y la NASA prepara una histórica misión que intentará desviar su recorrido cósmico.
Didymos está compuesto por dos cuerpos, una primera pieza de 780 metros de ancho y una segunda de 160. Por este motivo la agencia espacial quiere lanzar el proyecto DART, que impactará contra Didymos el año en que tiene previsto pasar cerca del planeta.
El choque tiene que ser lo suficientemente fuerte para desviar su trayectoria unos 0,4 milímetros y de esta forma sacarlo de su órbita, pero sin que llegue a destruirlo y genere una lluvia de pequeñas pierdas.
Después del impacto, la misión Hera de la Agencia Espacial Europea (ESA) estudiará los asteroides Didymos en 2026 para recopilar información clave de cara al futuro.
«Esto nos dará una buena estimación de la transferencia de impulso del impacto, y por lo tanto su eficiencia como técnica de desviación», explica el científico del proyecto Hera, Michael Küppers.