Una sanguijuela indestructible desconcierta a los biólogos

Biólogos japoneses han publicado esta semana un estudio en PLoS ONE un estudio sobre una especie que ha batido todos los records de supervivencia.

Su nombre científico es Ozobranchus jantseanus, una pequeña sanguijuela que vive como parásito de algunas clases de tortugas y, ante la desconcertada mirada de los autores de la investigación, ha resultado ser la campeona mundial de resistencia al frío.

En el experimento de estos investigadores de la University of Marine Science and Technology de Tokyo estas duras sanguijuelas han soportado hasta 24 horas con vida sumergidas en nitrógeno líquido a -196ºC… Y aún más, porque han sido capaces de sobrevivir hasta 32 meses a temperaturas de -90ºC

Y todo esto sin preparación o aclimatación previa ya que han salido indemnes de casi cualquier prueba de frío a las que han sido sometidas, incluyendo repetidas inmersiones en nitrógeno líquido de hasta doce veces seguidas…

Los científicos también están perplejos porque se trata de una sanguijuela que vive en aguas templadas y tropicales por lo que no se han enfrentado nunca a temperaturas tan bajas en su entorno natural.

Los investigadores deberán ahora estudiar para qué necesitan estas sanguijuelas de aguas cálidas una resistencia tan notable a las bajas temperaturas y, sobre todo, cómo lo consiguen y qué mecanismos celulares emplean para soportarlas.

Tras la publicación del estudio han surgido numerosas cuestiones que afectan a otras disciplinas y muchos otros científicos se han interesado por ellas para buscar respuestas y ayuda extra en campos tan apasionantes como el de la criogenia.

Un secreto matemático de 2.300 años

Hace algo más de 50 años, en 1960, el geólogo de origen belga Jean de Heinzelin de Braucourt encontró un extraño objeto mientras se encontraba trabajando en una excavación, cerca del nacimiento de una de las fuentes del río Nilo. El lugar era un pequeño poblado llamado Ishango, dentro de las fronteras de lo que actualmente conocemos como República Democrática del Congo. Ya hemos escrito sobre ésto en el artículo titulado: El hueso de Ishango

El hallazgo era un pequeño hueso, concretamente el peroné de un babuino, que presentaba unas curiosas marcas, organizadas en tres columnas y realizadas mediante algún objeto punzante de cuarzo. En un principio se pensó que se trataba alguna clase de objeto decorativo pero cuando se analizó detenidamente el número y la disposición de estas marcas, los arqueólogos llegaron a una sorprendente pero definitiva conclusión: Quienquiera que fuese el autor de aquellas muescas, hace ya 20.000 años, claramente estaba contando.

En una de las partes talladas se pueden observar sesenta marcas, algo que podría parecer aleatorio si no fuese porque en la parte posterior, aparece otra columna con exactamente el mismo número de muescas, sesenta… Continuar leyendo «Un secreto matemático de 2.300 años»

Enterrados vivos por error. Historias reales

Un libro muestra horribles historias reales de enterrados vivos. Relatos espeluznantes basados en personas que años depués fueron descubiertas con evidencias de haber sido sepultados en vida…

La Historia de Mary Best

La joven Mary Best es un caso terrorífico de enterrados vivos, tenía 17 años cuando contrajo el cólera en la India. Siempre sola desde que su adoptiva madre salió del país unos meses antes, Mary sufrió horas de agonizante dolor de estómago y enfermedad, su pulso era cada vez más débil, hasta que, por fin, el médico la declaró muerta.

Fue enterrada en el panteón de su familia adoptiva unas horas más tarde, en el cementerio francés de Calcuta.

Era el año 1871, y las víctimas del cólera eran enterradas en general muy poco después de la muerte para evitar que los gérmenes pudieran expandirse. Además, con el calor tropical de la India, un entierro rápido era más necesario. Nadie cuestionó el entierro apresurado de Mary.

Pero diez años más tarde, cuando se abrió la tumba para enterrar el cuerpo del recién fallecido tío adoptivo de Mary, el enterrador y su ayudante presenciaron un espectáculo horrible.

La tapa del ataúd de Mary, que había sido clavado, estaba en el suelo. El esqueleto de la niña estaba mitad dentro, mitad fuera del ataúd, y el lado derecho de su cráneo tenía una gran fractura. Los dedos de su mano derecha se inclinaban como si se aferraran a algo, tal vez su garganta, y sus ropas estaban rotas. Continuar leyendo «Enterrados vivos por error. Historias reales»