El tesoro pirata de Orbucan

Howard Pyle – (1853-1911) – fue un importante artista americano, considerado el padre de la era de oro de la ilustración en Estados Unidos, y famoso particularmente por escribir e ilustrar «El libro de los Piratas».

Durante años, Pyle recopiló un cuantioso material relacionado con los corsarios y los piratas, con el objeto de escribir un agran obra sobre ellos. Su documentación representa un exhaustivo archivo histórico sobre el tema en cuestión.

Del conocimiento adquirido por todo este material y especialmente de su talento artístico nació el mítico libro mencionado anteriormente

Esta Obra, la cual no carece en absoluto de dibujos llenos de realismo y detalle y en cuya existencia radica seguramente la imágen romántica e idealizada que hoy en día se posee sobre los piratas, fue la precursora del auge de la época dorada de la ilustración americana.

Entre los seguidores de éste maestro se encuentra Edgar J. Howles y sobre éste personaje versa el misterio de un tesoro pirata. «El tesoro del Orbucán».

Es precisamente éste libro, escrito posiblemente por Howles,el que ha despertado el espíritu explorador de cientos de lectores. Aunque el libro, artísticamente no puede considerarse muy valioso, en realidad encierra un apasionante y enigmático misterio que ha permanecido oculto durante mucho tiempo. Ahora, casi un siglo después, el enigma de “El Tesoro del Orbucán” sale a la luz.

“El Tesoro del Orbucán”, relata las aventuras del pirata Roberto Cofresí (1791-1825). Este personaje, considerado poco menos que un héroe en Puerto Rico, su tierra natal, fue el terror de las naves y las autoridades españolas durante los inicios del siglo XVIII.

Lo más increíble del libro es que se cree que oculta en sus ilustraciones, en forma de pistas y mensajes cifrados, el punto exacto donde Cofresí escondió uno de sus tesoros. Continuar leyendo «El tesoro pirata de Orbucan»

El lago Vostok : El último misterio de la Tierra

Durante años, un lago bloqueado por el hielo ha permanecido sellado bajo la capa helada de la Antártida, posiblemente escondiendo formas de vida desconocidas. Científicos rusos están a punto de llegar.

El lago Vostok es un lago subglacial localizado en la Antártida. Más precisamente por debajo de la base Vostok rusa, a una profundidad de 3.748 m bajo la superficie de la placa de hielo antártica central, totalmente aislado del exterior y protegido de la atmósfera.

Posee un tamaño similar al del lago Ontario, con una dimensiones de 250 km de largo por 50 km de ancho, y está dividido en dos profundas fosas por una cordillera. El agua líquida sobre la cordillera tiene una altura de 200 m, unos 400 m en la fosa norte y 800 m en la sur. El lago Vostok cubre un área de 15.690 km2 y tiene un volumen estimado de 5.400 km3 de agua dulce. En mayo de 2005 se halló una isla en el centro del lago.

Este lago permaneció desconocido hasta hace poco tiempo debido a su ubicación geográfica, y se cree que es una de la últimas zonas por explorar de nuestro planeta Tierra.

Científicos rusos y británicos descubrieron la existencia del lago en 1996 mediante la combinación de datos de diversas fuentes, incluyendo observaciones aéreas de radar y altimetría de radar desde el espacio. La existencia de agua líquida bajo la capa de hielo de varios kilómetros se ha confirmado y constituye el lago sin contaminar científicamente más prometedor de la Tierra. El agua que contiene es muy antigua, con un tiempo de residencia medio de 1 millón de años que contrasta con los 6 años del lago Ontario, lo típico para lagos de este tamaño.

MOSCÚ (Reuters) – «Sólo queda un poco más», dijo Alexei Turkeyev, jefe de la estación polar rusa Vostok, a Reuters vía teléfono satelital.

Base Rusa Vostok – Antártida

Su equipo ha realizado perforaciones durante semanas, en una carrera contrarreloj para llegar al lago, situado a 3.750 metros bajo la capa de hielo polar, antes del fin del breve verano antártico. Continuar leyendo «El lago Vostok : El último misterio de la Tierra»

La misteriosa desaparicion de Percy H. Fawcett

Es el año de 1925.  Los rotativos del mundo entero, con grandes titulares, anuncian la desaparición de la expedición organizada por el Coronel Percy Harrison Fawcett en la misteriosa región de Matto Grosso, en el corazón del Brasil en busca de «LA CIUDAD PERDIDA».

El Coronel Fawcett, oficial retirado del Ejército Británico, antiguo luchador de la India, explorador de las fronteras de Bolivia y Brasil, experto en recorrer toda clase de selvas y terrenos, había escrito su última carta a su esposa desde el lugar llamado «Puerto del Caballo Muerto». En ella decía: «Si no volvemos, no deseo que organicen partidas de salvamento…Es demasiado arriesgado. Si yo, con toda mi experiencia, fracaso, no queda mucha esperanza en el triunfo de los otros. Esa es una de las razones de por qué no digo exactamente hacia donde vamos… Ya sea que pasemos y que volvamos a salir de la selva, que dejemos nuestros huesos para pudrirse en ella, una cosa es indudable: la respuesta al enigma a la antigua Suramérica… y quizás el del mundo prehistórico… será encontrada cuando se hayan localizado esas antiguas ciudades y queden abiertas a la investigación científica. PORQUE LAS CIUDADES EXISTEN…DE ESO ESTOY SEGURO!…»

Estas fueron sus últimas palabras. Desde entonces no se supo más de él ni de su hijo Jack ni de Raleigh Rimmel, el amigo de éste que era el tercer miembro de la expedición.

Después de luchar con muchas dificultades para organizar su partida, un buen día, con todo el equipo listo, salen de Río de Janeiro en febrero de 1925 persiguiendo una quimera que para él era una realidad…LA CIUDAD ZETA, llamada así por la última letra del alfabeto, la ciudad perdida en la selva, donde estaba «el fuego que nunca se apaga». Fawcett buscaba una especie de «Ciudad Perdida», que estaba seguro que existía. Lo curioso es que nunca se encontraron sus restos y el misterio de lo ocurrido llega hasta nuestros días sin que nadie pueda tener el menor indicio de lo que ocurrió, y ello a pesar de que se hicieron varias expediciones en su búsqueda.

La ciudad que él buscaba existía, pero en otra dimensión. ¿Habra Fawcett también encontrado una abertura por azar? él dejó dicho que no lo buscaran porque sabía que al pasar por la abertura dimensional su búsqueda iba a ser inútil. Él no quiso involucrar a los porteadores en esa aventura. Además, no los necesitaba para pasar por la abertura dimensional. Continuar leyendo «La misteriosa desaparicion de Percy H. Fawcett»