Lugares sorprendentes – Misterios del Hombre y del Planeta Tierra.

El Planeta Tierra guarda lugares a los que el hombre todavía no ha llegado. En tiempos en los que los medios de comunicación nos acercan hasta los lugares más remotos, y la velocidad de la información nos mantiene ocupados de los acontecimientos más trascendentales de todo el mundo, existen lugares inóspitos que el hombre no ha visitado jamás, y que tal vez nunca lleguen a ser vistos por nuestros ojos. Para hallar éstos lugares, New Scientist se propuso descubrir: «los últimos lugares en la Tierra». Según varios estudios de relevancia, existen muchos lugares en éstas condiciones para elegir: montañas aún no escaladas, cuevas sin explorar, desiertos no cartografiados, tribus sin contacto con el mundo exterior e islas deshabitadas. A continuación expondremos algunos de los que se detallan en el informe:

El último sitio que resta cartografiar.

De pie sobre la rambla de Muynak, en Uzbekistán, que fue uno de los más selectos sitios de vacaciones de la Unión Soviética, ya no se ven las olas romper. Todo lo que se ve es arena extendiéndose hasta el horizonte y más allá.
Bienvenidos a lo que queda del Mar de Aral, que 40 años atrás cubría 68.000 kilómetros cuadrados. Ahora, la mayor parte ha desaparecido, como resultado del uso del agua de sus afluentes para el cultivo del algodón, que dejó 50.000 kilómetros de un desierto que aún no figura en los mapas.
Los satélites lo han fotografiado, pero pocos han explorado su suelo para confirmar esas imágenes satelitales. El resto es tierra incognita.

El lugar más remoto del mundo.

Uno de los lugares más remotos es la isla Bouvet. Desde su descubrimiento, en 1739, pocas personas han pisado su suelo, cubierto en gran parte por hielo, y desde 1971 es una reserva natural. El único vestigio humano es una estación de meteorología automática.

Las últimas tribus en hacer contacto con la civilización.

El 3 de marzo de 2004, un grupo de 17 aborígenes ayoreos que jamás había tenido contacto con la civilización abandonó la selva en Paraguay. Este es el más reciente ejemplo de lo que los antropólogos llaman «primer contacto», pero seguramente no será el último. Según la organización Survival International, que se dedica a la protección de tribus aborígenes, existen todavía cientos de tribus -que sumarían unas 40.000 personas- que no han tenido contacto sostenido con la civilización. Para algunas de ellas, ese contacto no es algo deseable. Uno de los casos más conocidos es el de los sentineleses, una tribu de entre 50 y 200 personas que viven en la pequeña isla Sentinel del Norte, en las islas Andamán. Se han resistido al contacto, a veces incluso recurriendo a la violencia. En enero de 2006 mataron a dos pescadores que se habían acercaron demasiado a la costa de su isla y cuando en 2004 el gobierno de la India envió un helicóptero para evaluar el impacto del tsunami fueron recibidos con flechas.

El último en ser descubierto.

Todavía existe tierra por descubrir, si uno sabe dónde buscar. A medida que los hielos polares se derriten por efecto del calentamiento terrestre, aparecen islas hasta entonces escondidas debajo de los hielos llamados eternos. La última en ser descubierta es Uunartoq Qeqertoq, cerca de la costa oriental de Groenlandia, así bautizada por el explorador Denis Schmitt en 2005.

El último lugar donde ningún explorador ha pisado.

Desde las islas polares hasta ciertos remotos desiertos, existen incontables áreas que aún hoy siguen siendo vírgenes. Que muchos de estos lugares no hayan sido visitados responde a una razón; Nadie quiere hacerlo. En el mundo de los exploradores, lo que interesa es conquistar sitios a los que los demás desearían haber llegado primero. En éste contexto, existen numerosas montañas que todavía no han sido escaladas y que muchos quisieran escalar. En el tope de la lista está Gangkhar Puensum, la montaña más alta de Bután, con 7541 metros. Los tres intentos de alcanzar su cima han fracasado y, desde 1994, Bután prohíbe escalar montañas de más de 6000 m por respeto a creencias religiosas.

Las profundidades marinas son sin duda alguna el mayor desafío.

Existen profundidades por ser exploradas. La cueva Take Voronya en Abjasia, Georgia, es, con 2170 metros, la más profunda del mundo. En enero de 2007, una expedición descubrió la entrada a un nuevo pasaje que agrega 30 metros que se encuentran bajo el agua.

El último lugar donde oír hablar la lengua más extraña.

La muerte de toda lengua es una tragedia, pero algunas son más graves que otras. Un puñado de lenguas en peligro son los últimos refugios de raras formas de lenguaje que, una vez desaparecidas, se habrán ido para siempre. Una es el tofa, hablado por unos pocos nómadas de las montañas de Sayan en Siberia. En la década del 50, el gobierno soviético los obligó a aprender ruso y a abandonar su forma de vida tradicional. Hoy, sólo 25 personas hablan tofa, lengua que posee un sufijo – sig – que significa «huele a» , al que se le pueden adjuntar palabras como ivi «reno», para describir a alguien que huele a reno. Ninguna otra lengua posee sufijos de este tipo.

El último lugar sin vida.

Cuando los biólogos buscan vida, suelen encontrarla. Hay dos notables excepciones: ciertas extensiones de la Antártida y Groenlandia, lo que no resulta para nada sorprendente. Pero existe otro más misterioso: una zona llamada Yungay, en el corazón del desierto de Atacama, Chile: la única extensión de tierra seca que parece no albergar vida en su superficie.

El último sitio por donde se pasearon los dinosaurios.

Sabemos que los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años, como resultado del impacto de un meteorito de 10 kilómetros de ancho, sin embargo, unos pocos paleontólogos insisten en que un puñado de especies sobrevivieron al desastre por unos pocos millones de años. En Montana, Estados Unidos, se han desenterrado restos de dentadura de dinosaurio medio millón de años después de la extinción. Pero la última prueba de estos dinosaurios Lázaro son pisadas de reptiles herbívoros que se pasearon por Ludlow, Colorado (EE.UU.).

El último lugar en donde la gente escribe con pictogramas.

Hace 8500 años, los habitantes de lo que hoy es China comenzaron a escribir con símbolos. Primero usaron dibujos para representar palabras e ideas. Ese tipo de escritura ha caído en desuso y fue suplantada por sistemas de escritura más abstractos como el que usted está leyendo, con sólo una excepción. En unas montañas del sudoeste de China, un cada vez menor número de monjes que practican una religión animista todavía escribe y lee pictogramas. El sistema de escritura se llama dongba y ha sido usado durante 1000 años para registrar y guiar la tradición religiosa de los naxi. Contienen unos 2000 pictogramas, y el que representa la palabra «robo» es un ave que cae en las garras de un águila.
Durante la revolución cultural china, el dongba fue prohibido y miles de manuscritos fueron destruidos. Hoy, menos de 60 monjes saben escribir y leer el dongba, aunque actualmente hay esfuerzos gubernamentales por rescatarlo.

El último lugar en emerger de las aguas.

El 9 de agosto de 2006, unos veleros que navegaban alrededor de Tonga fueron testigos de una erupción volcánica submarina del Home Reef, al sur de la isla Late. Tres días después, la tripulación del velero noruego Maikenm pudo observar una isla que no figuraba en las cartas náuticas.

New Scientist Magazine © 2007. Distribuido por Tribune Media Services

Misterios del Universo: Agua en el sistema solar.

Hasta hace muy poco tiempo se desconocía la existencia de agua en otros planetas del sistema solar. Incluso, se creía que el único lugar posible para la existencia del líquido vital era solamente el planeta Tierra. Hoy, gracias al aporte de las ciencias espaciales, podemos asegurar que existe agua casi en todos los planetas del sistema solar, desde la Mercurio hasta Marte pasando por las lunas, Europa, Ganímedes, Calisto y Encelado. A continuación, una breve recopilación de datos extraídos de Internet.

Agua en Marte: Los Montes Centauri.

En el cráter de los Montes Centauro que se ven en la fotografía, se muestran los cambios que delatan la posibilidad de que en el período de tiempo considerado en la imagen haya fluido agua en estado líquido del interior del planeta rojo. Durante los seis años transcurridos entre estas dos fotos tomadas por la sonda Mars Global Surveyor algo ha ocurrido. Un nuevo depósito de sedimentos ha aparecido, indicando que hace poco tiempo e impulsado por la presión interior, un chorro de agua ha conseguido emerger y ha dejado una marca visible.

Líquido en el Satélite Europa.

La superficie de la luna Europa es una cáscara de hielo colosal. Las líneas que se aprecian en la imagen  sugiere que se han producido grietas por las que se ha filtrado el agua líquida debajo, que después se hay vuelto a congelar creando de nuevo las grietas. Bajo la corteza podría ocultarse un inmenso océano de agua en estado líquido de más de 100 km. de profundidad, que se mantendría en ese estado por  las fuerzas de la marea creadas por la gravedad de Júpiter.

El Tempel 1

El Tempel 1 es un cometa atípico. La NASA, envió una sonda llamada Deep Impact (Impacto Profundo), con el objetivo de lanzar sobre él un proyectil para crear un cráter y así poder estudiar su interior. Los cometas son conglomerados de hielo y roca, más o menos densos, que al acercarse al sol pierden una parte de su material por sublimación. Transportan tanta agua, que podría ser el origen de los reservorios de éste elemento, que adorna nuestro sistema solar.

La Luna: Atención sobre Aitken.

El polo sur de la luna cuenta con varios cráteres, como la depresión Aitken, permanentemente alejados de la luz solar (parte azul). Si en algún momento de la historia del cosmos cayó un cometa con agua en nuestro satélite natural, lo cual es muy probable, el agua habría desaparecido por completo, salvo que pudiese haber caído en zonas como éstas, en donde los rayos del sol nunca llegan. Las sondas han detectado rastros de hidrógeno (uno de los componentes del agua) en Aitken.

Cazadores de Tesoros: En busca del salon de Ambar.

En el verano de 1944, en plena guerra mundial, las tropas alemanas de la wehrmacht irrumpieron en el palacio de Catalina la Grande y se llevaron uno de los tesoros artísticos más valiosos de la vieja Europa. La pista del botin, se perdió en la mitad de los bombardeos de la guerra y desde entonces, los países implicados y los “cazadores de tesoros” iniciaron una carrera por encontrar el Salón de Ambar.

La sala, que guardaba las reliquias que el rey de Prusia, Federico Guillermo I le había regalado al zar Pedro I el Grande en 1.716, recibía el nombre de Ambar, debido a que sus paredes estaban recubiertas de ámbar, una valiosa resina fósil del color de la miel.

Como todas las pesquisias llevadas a cabo por el gobierno ruso resultaron en vano, decidieron realizar una réplica idéntica del Salón de Ambar original, basándose en fotografías en blanco y negro. Los trabajos comenzaron en 1979 y finalizaron en 2003 y en el proceso de reconstrucción, se emplearon al menos seis toneladas de ambar. Hoy, el legendario Salón se encuentra en el Palacio de Catalina en la ciudad de San Petesburgo.

Fotos de la réplica del Salón de Ambar.

 

Objetos encontrados del Salón de Ambar.

De la vasta cantidad de objetos sustraídos de la cámara, se encontraron solamente una cómoda y un mosaico florentino. Este último, fue recuperado un año después del saqueo, cuando el hijo de uno de los soldados alemanes de apellido Achtermann, se disponía a venderlo por cinco millones de marcos. La cómoda fue hallada por casualidad en el año 1997 en el museo berlinés de artes aplicadas. En cuanto al resto del botín, aun sigue siendo un misterio.

En busca del tesoro de la Cámara de Ambar.

El diputado alemán y alcalde de la localidad de Deutschneudorf, Heinz-Peter Haustein, es un gran aficionado a la arqueología y desde hace más de diez años está obsecionado con encontrar el tesoro de Ambar. Desde su lugar en el parlamento, consiguió hace muy poco tiempo, la autorización para realizar una gran excavación en las proximidades del pueblo que precide, en la frontera entre Alemania y la República Checa. Se cree que en ese lugar, los nazis habrían enterrado un gran tesoro a finales de la segunda guerra mundial. Los análisis realizados en el sitio a través de aparatos electromagnéticos, han confirmado que el metal hallado no es hierr, por lo que se espera que sea oro o tal vez plata.