El irónico Sr. Clarke

Después de tanto leer, pensar y escribir, sobre nuestro sistema solar y con el agregado de haber sido abducido y conocer algunas de mis reencarnaciones, pienso que las instituciones han hecho uso y abuso de todas las formas posibles del lavado cerebral, reconozco muchas veces necesario para poder dirigir las hordas humanas pretéritas (algunas también actuales).

En el plano planetario y sobre todo lo extraterrestre, el oscurantismo impuesto es enorme. No por nada Arthur C. Clarke, cercano a lo espacial en la primera década de grandes proyectos norteamericanos, terminó recluyéndose en Madagascar, donde escribió ciencia ficción, inventó ciertas cosas importantes y sucumbió a los malos instintos de nuestra especie, vaya a saberse por que causas secretas…..

Sin embargo su genio, no pasó por alto lo que le resultaba evidente en la década de los ’60. Rescato de sus cosas este relato sarcástico del pensamiento de la NASA, en especial y de muchos cientificoides en general:

Informe sobre el Planeta Tres

Por Arthur C. Clarke

El siguiente documento, que la comisión Arqueológica Interplanetaria acaba de descifrar, es uno de los más importantes descubiertos en Marte, y arroja mucha luz sobre el conocimiento científico y los procesos mentales de nuestros vecinos desaparecidos. Data de la última Era de Uranio (la Era final) de la civilización marciana, habiendo sido escrito poco más de mil años antes de Cristo.

La traducción puede considerarse bastante exacta, aunque se señalan fragmentos como simples conjeturas. Donde ha sido necesario, los términos y las unidades Marcianas se han sustituido por sus equivalentes terrestres para facilitar la comprensión.

El reciente acercamiento del planeta Tierra ha hecho revivir las especulaciones acerca de la posibilidad de que exista vida sobre el astro que es nuestro vecino más próximo en el espacio. Esta cuestión ha sido debatida durante siglos sin resultados concluyentes. En los últimos años, no obstante, el desarrollo de nuevos instrumentos astrológicos nos ha proporcionado una información mucho más precisa acerca de los otros planetas. Aunque todavía no podemos confirmar o negar la existencia de vida terrestre, hoy día poseemos un conocimiento mucho más exacto de las condiciones existentes en la Tierra, y podemos apoyar nuestra discusión sobre firmes fundamentos científicos.

Una de las cosas que más nos atormentan de la Tierra es que no podemos verla cuando más cerca la tenemos, porque entonces se encuentra entre nosotros y el Sol nos presenta su cara oscura. Hasta que no abandona esa posición y se encuentra a millones de kilómetros de nosotros, nos resulta totalmente imposible ver algo de su superficie iluminada. Entonces aparece sobre el telescopio en su luminoso cuarto creciente, con su singular luna gigante colgando junto a ella. El contraste entre el color de los dos astros es sorprendente: la Luna es de un color plateado puro y la Tierra es de un verde azulado enfermizo. (La fuerza exacta del adjetivo es incierta; en realidad ese adjetivo, es insatisfactorio. Como alternativa se han sugerido los términos ‘horrible’ y ‘virulento’.) Continuar leyendo «El irónico Sr. Clarke»

La Abducción de Claudia

Hace un tiempo, oí por radio que en Golgney, localidad cercana a Gowland, un matrimonio tuvo una experiencia de abducción muy parecida a la que sufrimos nosotros (mi mujer y yo).

He recibido este mail, ayer, donde para esas fechas, también una familia vió un Ovni, cerca de Jáuregui, otra localidad cercana y por lo que comenta, pudo ser también abducida. Continuar leyendo «La Abducción de Claudia»

El auto maldito de James Dean

James Byron Dean fue un conocido actor norteamericano que alcanzó la fama con un papel protagónico en la película «Al este del Eden» en el año 1954. Mientras rodaba la memorable película «Rebelde sin causa», adquirió su primer Porsche, un Spedster 356 y comenzaría a competir en carreras atraído por la adrenalina de las pistas.

Un año más tarde, compró un modelo exclusivo y limitado de Porsche: El 550 Spyder, de 110 caballos de fuerza y capaz de alcanzar 225 km/h. Dean lo bautizó como “Little Bastard”, en español: Pequeño bastardo. El número de bastidor del coche era 2Z77767, un número que según algunos expertos en numerología, traería mala suerte.

En efecto, en septiembre del mismo año, Dean murió en un trágico accidente mientras se dirigía a una carrera de autos en California.

Algún tiempo después, comenzó a trascender el rumor de que el auto estaba maldito. Nadie sabe con exactitud el motivo de semejante afirmación, lo cierto es que una serie de extraños acontecimientos comenzaron a sucederce inmediatamente después del accidente.

Una de las primeras historias sobre el «auto maldito» versa en que la ex novia de Dean, habría realizado magia negra luego de que el actor la hubiera dejado tras alcanzar la fama mundial. El dinero con el que había comprado su primer porsche, habría sido para la casa que ambos habían soñado. El mismo actor había reconocido en una entrevista algun tiempo atrás, que la joven se sentía atraída por las artes ocultas.

Cuando los restos del coche fueron llevados a un garaje, el motor se desprendió y cayó sobre las piernas del mecánico provocándole quebraduras.

El motor fue comprado luego por un médico llamado Troy McHenry y la caja de cambios del Litle Bastard fue adquirida por un corredor llamado William Eschrid. En una carrera en la que ambos competían McHenry chocaría contra un árbol pereciendo al instante y Eschrid perder´çia el control de su vehículo por fallos mecánicos y resultaría herido de gravedad.

Una tarde, un joven que pretendía robar una parte del coche para tener un objeto de la estrella, perdió el brazo en el intento de robar el volante, y el resto de la carrocería fue usada por la policía como ejemplo de los peligros de la carretera. El Porsche se guardaba en un garaje privado, que una noche ardió, y todos coches quedaros carbonizados, todos excepto extrañamente uno

Después, el automóvil del actor fue reconstruido.., y el garaje se incendió. Fue exhibido en Sacramento y cayó del pedestal, rompiendo la cadera a un adolescente. Más tarde, en Oregon, el camión que transportaba el coche patinó y se estrelló contra la fachada de una tienda. Finalmente, en 1959, se partió en 11 pedazos mientras estaba apoyado en una sólida base de acero.