Los misterios de Belchite

El pueblo de Belchite alberga las historias más misteriosas originadas por las terribles secuelas de la Guerra Civil Española del siglo XX. Todo comienza un verano del año 1937 cuando el ejército al mando del General Pozas invade las localidades cercanas a Zaragoza, como Quinto y Codo. Fue la época de la Guerra Civil Española, cuando los nacionales y republicanos se enfrentaban sin cuartel por la hegemonía del estado.

Los republicanos, asentados en Aragón, en las cercanías del río Ebro esperaba el envite de los “nacionales”. La gente de Belchite la contaba con un pueblo firme, unidos y poderosos. Todos dispuestos a luchar por lo que le pertenecían. Como consecuencia de esto, el pueblo se devastó y murieron más de seis mil personas. Hoy en día es un patrimonio histórico arrasado por guerreros que dejaron edificaciones en ruina. Casas, iglesias, cantinas y bares… todo. Así como lo destruyeron, así quedo… conviven la parte vieja, la nueva, construida de la nada, al lado de viejo y demolido Belchite.

Aquí lo misterioso de la historia es que esta ciudad en ruinas, se hace escuchar por su propia fuerza. Las psicofonías son conocidas mundialmente: voces, gritos, balas, ruido de cañones que retumban en las paredes de las ruinas, un pueblo fantasma con una atmósfera de vida paranormal. Dicen que la unión hace la fuerza y este pueblo no se quedó atrás, logro mantenerla desde sus principios y durante años y así lo hará por el resto del tiempo, reviviendo sus historias, susurrando recuerdos y reviviendo fenómenos inexplicables en un ambiente misterioso y aún muerto…lleno de vida.

Muchos expertos en fenómenos analizaron las voces. Unánimemente catalogaron la voz de una niña pequeña del pueblo. Así como gritos del soldados nacionales: “Rojo al suelo”. Una visita al pueblo estremece aún en la actualidad: coches abandonados, ruinas, moles de ladrillo, etc.

Pero lo que puede dar explicación a las voces es la vida de los habitantes durante los bombardeos. Se escondían en refugios subterráneos; construidas mediante túneles que comunicaban con las bodegas de las viviendas. Allí han perdurado no sólo el legado de una desgracia colectiva, sino su alma.

El fantasma que vive en el cuartel de bomberos de Pilar

Las sirenas suenan solas. Se cambian los canales del televisor sin que nadie agarre el control remoto. La historia no es nueva. El terror se apodera del cuartel de bomberos de Pilar desde hace ya varios años. Pero una foto confirmó lo que nadie se animaba a decir. El fantasma de una niña habita el sector en el que se guardan los autobomba.

«Se me apareció una noche en la guardia, hace unos diez años, alrededor de las 2 de la mañana. Estaba más o menos en el mismo sector que se ve en la foto, hasta en el mismo horario, pero del lado de adentro», contó uno de los bomberos al diario local.

En el lugar de la foto, explicaron los efectivos, se trasladaban los cuerpos de víctimas de accidentes de tránsito en los años 70′. Después de aquel episodio, los bomberos no ingresan solos al recinto donde se encuentran los vehículos.

«Una noche me tiraron con un zapato. Pensé que había sido un compañero que estaba durmiendo, pero sus zapatos estaban lejos», contó otro bombero. Ellos sostienen que la aparición del fantasma es la confirmación y el motivo de los extraños sucesos que ocurren en el cuartel.

Ahora, reclaman la asistencia de algun especialista. «Algún medium nos podría ayudar a saber por qué aparece la nena», dicen los bomberos.

Visto en Creer o Reventar

El monstruo alado de Van Meter

En 1903 cientos de ciudadanos de Van Meter dijeron haber visto a un monstruo gigante alado. Más de un siglo después, el misterio sigue sin resolverse.

La historia comienza durante una noche de otoño de 1903 cuando varios hombres respetados de Van Meter reportaron una criatura medio humana, medio animal con enormes alas de murciélago volando a baja altura por el pueblo. Este misterioso animal habría dejado el aire impregnado de un poderoso hedor y asustó a numerosos habitantes moviéndose a velocidades nunca antes vistas. De su cabeza con cuernos destellaba una luz cegadora.

Los lugareños solo atinaron a dispararle con sus armas, pero los disparos no parecían lastimar o herir a la criatura. La noche siguiente al primer avistamiento el médico del pueblo y la cajera del banco vieron por separado a la criatura. La joven incluso, consiguió obtener un molde de yeso de la huella del supuesto pterodáctilo de tres enormes garras.

Esa misma noche, otro vecino se despertó asustado escuchando un extraño sonido que provenía de afuera, y al asomarse por la ventana vio a la criatura posada en un poste de teléfono, de inmediato tomó su rifle y efectuó infructuosos disparos contra el objetivo. Los disparos desperataron a Sidney Gregg, que había estado durmiendo en su tienda cercana. Gregg dijo que el monstruo saltó como un canguro. Incluso el maestro de la preparatoria local vió el suceso y consideró que se trataba de una especie de monstruo antediluviano.

Los ciudadanos se reunieron en una multitud armada para dar cacería al ser demoníaco. LA última noche que apareció, lo hizo en la mina de carbón abandonada, cerca de una antigua fábrica de ladrillos. Los disparos no fueron suficientes para dar fin con el monstruo que en muy pocos minutos desapareció sin dejar rastros, dejando en el aire su olor catacterístico. Desde aquella noche, la criatura voladora no volvió a aparecer.

El diario «Des Moines Daily News» publicó la historia el 3 de octubre de 1903. Desde ese entonces, la historia se ha transmitido como si se tratara de una leyenda urbana entre la gente, aunque la historia pareciera ser verdadera, nunca más se investigó sobre éste asunto y hasta nuestros días nada se sabe del misterioso monstruo alado de Van Meter.