Viajar a Marte equivaldría a 50.000 radiografías

Viajar a Marte y la estancia en este planeta inhóspito será igual a hacerse 50.000 radiografías.

El rover Curiosidad mide la cantidad de radiación que soportaría un astronauta durante una misión de 500 días al Planeta rojo, unos niveles que aumentan en un 5 % el riesgo de sufrir un cáncer mortal.

Los valientes seres humanos que viajen a Marte en el futuro tendrán que enfrentarse a múltiples impedimentos, pero uno de los más peligrosos será la radiación que recibirán durante el viaje y la estancia en el Planeta rojo, que podría aumentar seriamente sus posibilidades de padecer cáncer. La radiación en Marte es mucho más dura que en la Tierra porque no hay un campo magnético global y su atmósfera es mucho más delgada que la nuestra, lo que proporciona una escasa protección ante los rayos cósmicos y las partículas solares. El rover Curiosity de la NASA ha medido estos niveles de radiación en el cráter Gale, donde se encuentra desde su aterrizaje , desde agosto de 2012 hasta junio de 2013, y muestra una tasa de radiación diaria de 0,67 mil· lisievert ( mSv ) en ausencia de tormentas solares ni eyecciones de masa coronal. Si un astronauta pasara en esta zona y en las mismas condiciones 500 dias, recibiría una dosis de radiación equivalente a hacer- 15.000 radiografías ( una radiografía de tórax, la más suave , equival a 0,02 mSv ).

Pero esto no acaba aquí. Como es lógico, esta dosis habría que sumar la del viaje de ida de 180 días y otro de vuelta de 180 dias, trayectos en los que la exposición sería considerablemente peor, ya que supondría recibir como promedio 1,8 mSv al día provenientes de la radiación ambiental del espacio interplanetario con la única protección de la nave espacial. Y de nuevo teniendo en cuenta una actividad solar similar y con los sistemas de propulsión actuales . En los desplazamientos , Él SOFERT acumulación astronauta 0,66 Sievert ( Sv ) i en total de , teniendo en cuenta la misión completa , volvería a casa con 1 Sv en su cuerpo , como si se hubiera hecho unas 50.000 radiografías.

Riesgo de cáncer mortal

Estudios de población a largo plazo han demostrado que la exposición a la radiación aumenta el riesgo de cáncer en el curso de la vida de una persona . La exposición a una dosis de 1 Sv asocia a náuseas, pérdida de apetito, pérdida de médula·ósea, etc … Todo ello supone un aumento del 5% en el riesgo de sufrir un cáncer mortal . Aunque la NASA ha establecido el aumento del riesgo de cáncer mortal en un 3% como límite aceptable en la carrera de los astronautas que viajan a la órbita baja de la Tierra, como las estancias en la Estación Espacial Internacional ( ISS ), aún no ha establecido un límite para las misiones en el espacio profundo . Según explica NASA, está trabajando con médicos para determinar los límites adecuados para este tipo de viajes . Una misión a Marte se proyecta a partir de 2030 .

«Nuestras medidas proporcionan información crucial para las misiones humanas a Marte», afirma Don Hassler, investigador principal del’ instrumento del Curiosity que mide la radiación y autor principal de un estudio sobre este asunto publicado en la revista Science. Sus mediciones también son importantes para conocer si el Planeta rojo pudo haber sido alguna vez habitable, ya que las fuentes de radiación que son de interés para la salud humana también afectan la supervivencia microbiana, así como la preservación de los productos químicos orgánicos que podrían ser fundamentales para la vida .

Una sanguijuela indestructible desconcierta a los biólogos

Biólogos japoneses han publicado esta semana un estudio en PLoS ONE un estudio sobre una especie que ha batido todos los records de supervivencia.

Su nombre científico es Ozobranchus jantseanus, una pequeña sanguijuela que vive como parásito de algunas clases de tortugas y, ante la desconcertada mirada de los autores de la investigación, ha resultado ser la campeona mundial de resistencia al frío.

En el experimento de estos investigadores de la University of Marine Science and Technology de Tokyo estas duras sanguijuelas han soportado hasta 24 horas con vida sumergidas en nitrógeno líquido a -196ºC… Y aún más, porque han sido capaces de sobrevivir hasta 32 meses a temperaturas de -90ºC

Y todo esto sin preparación o aclimatación previa ya que han salido indemnes de casi cualquier prueba de frío a las que han sido sometidas, incluyendo repetidas inmersiones en nitrógeno líquido de hasta doce veces seguidas…

Los científicos también están perplejos porque se trata de una sanguijuela que vive en aguas templadas y tropicales por lo que no se han enfrentado nunca a temperaturas tan bajas en su entorno natural.

Los investigadores deberán ahora estudiar para qué necesitan estas sanguijuelas de aguas cálidas una resistencia tan notable a las bajas temperaturas y, sobre todo, cómo lo consiguen y qué mecanismos celulares emplean para soportarlas.

Tras la publicación del estudio han surgido numerosas cuestiones que afectan a otras disciplinas y muchos otros científicos se han interesado por ellas para buscar respuestas y ayuda extra en campos tan apasionantes como el de la criogenia.

Un secreto matemático de 2.300 años

Hace algo más de 50 años, en 1960, el geólogo de origen belga Jean de Heinzelin de Braucourt encontró un extraño objeto mientras se encontraba trabajando en una excavación, cerca del nacimiento de una de las fuentes del río Nilo. El lugar era un pequeño poblado llamado Ishango, dentro de las fronteras de lo que actualmente conocemos como República Democrática del Congo. Ya hemos escrito sobre ésto en el artículo titulado: El hueso de Ishango

El hallazgo era un pequeño hueso, concretamente el peroné de un babuino, que presentaba unas curiosas marcas, organizadas en tres columnas y realizadas mediante algún objeto punzante de cuarzo. En un principio se pensó que se trataba alguna clase de objeto decorativo pero cuando se analizó detenidamente el número y la disposición de estas marcas, los arqueólogos llegaron a una sorprendente pero definitiva conclusión: Quienquiera que fuese el autor de aquellas muescas, hace ya 20.000 años, claramente estaba contando.

En una de las partes talladas se pueden observar sesenta marcas, algo que podría parecer aleatorio si no fuese porque en la parte posterior, aparece otra columna con exactamente el mismo número de muescas, sesenta… Continuar leyendo «Un secreto matemático de 2.300 años»