Increible : Una sirena real se dejó ver en costas de Kiryat Yam

La existencia de las sirenas ha sido una incógnita para muchos y quizá sea una de las leyendas más antigüas de la humanidad, ¿pero su realidad ha sido demostrada? el canal de TV Animal Planet lanzó un documental con el que pretende argumentar que estos seres “humano-anfibios” sí existen y ha provocado tremenda reacción con un video en el que se observa a una supuesta ¡sirena viva!

La sirena que se volvió viral

Desde el pasado 26 de mayo, circula en las redes sociales un video que ‘muestra’ al ser, mitad humano, mitad pez, en acción en las costas de la localidad israelí Kiryat Yam.

Recordemos que desde el 2009, esta ciudad ofrecía un millón de dólares a quien lograra demostrar lo que se rumoraba y es que de acuerdo al ABC.es, el portavoz municipal israelí, Natti Ziberman, aseguraba que los habitantes describían a este ser como: “mitad chica, mitad pez, y que salta sobre el agua como un delfín. Realiza toda clase de trucos y acrobacias y después desaparece”.

Así, luego de casi cuatro años, la supuesta evidencia gráfica se ha hecho viral y fue presentada en exclusiva por el canal estadounidense, el la cual de la mano de científicos, testimonios, fotos y videos nunca antes revelados, “construye un mundo donde las sirenas realmente nadan bajo el agua, cazan junto a los delfines y pueden continuar sobreviviendo”.

En el video se puede observar a dos jóvenes conversando sobre lo que sus ojos miran: una sirena en acción, la cual voltea y luego se arroja al agua. Este material visual se esparció como pólvora en Internet y la reacción de los usuarios es muy diversa: unos lo creen, otros lo niegan y hasta se ríen.

La clonación de un animal prehistórico cada vez más cerca

Científicos rusos descubren un mamut con su sangre preservada

Científicos rusos anunciaron este miércoles que encontraron sangre en la carcasa de un mamut recuperada del suelo congelado de una isla en el Ártico, lo que según ellos aumentará significativamente las posibilidades de clonar este animal prehistórico.

Si algo se puede encontrar en una isla en el Ártico, son los restos de un mamut. Y no son unos restos cualquiera. Pertenecen a una hembra y, por primera vez, contienen tejidos musculares y sangre. Los científicos creen que la mamut paseaba hace quince mil años por estas tierras cuando pudo caerse en un pantano. La mitad de su cuerpo se congeló en el agua y esto ha permitido la conservación de los restos. Con ellos sería posible encontrar células vivas y clonar al mamut en el útero de una elefanta. Un cruce de historias.

Una expedición llevada a cabo a principio de mes por la Sociedad Geográfica rusa y especialistas de la Universidad Federal del Noreste (Iakutsk, Siberia oriental) pudo examinar la carcasa bien conservada de una hembra mamut lanudo, localizada en agosto pasado en el islote de Maly Liajovski, en el Océano Ártico ruso.

El jefe de la expedición, Semen Grigoriev, dijo a la AFP que el animal había muerto a la edad de unos 60 años hace 10.000 0 15.000 años. Continuar leyendo «La clonación de un animal prehistórico cada vez más cerca»

Una planta resucita despues de 400 años

Investigadores descubren por primera vez musgos capaces de revivir en la naturaleza y el laboratorio tras cuatro siglos sepultados bajo un glaciar. La capacidad de regeneración de la planta sorprende a los científicos

Desde el siglo XX, el fenómeno del retroceso de los glaciares se ha multiplicado y cada vez son más los científicos que se acercan a ver qué dejan sobre la tierra cuando el hielo desaparece. Desde 1960, son muchos los estudios que han dado cuenta de la aparición de plantas tras el paso del glaciar, pero siempre resultaba que el material biológico exhumado estaba muerto. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá) ha dado con un tipo de musgo capaz de pasar cuatro siglos sepultado bajo una gruesa capa de hielo y resucitar tras saludar de nuevo al Sol.

Este equipo de científicos acudió a inventariar los restos biológicos que había dejado el glaciar Lágrima de la isla Ellesmere, en el archipiélago ártico canadiense. Allí descubrieron estas plantas oscurecidas, que parecían muertas, salvo porque en algunos extremos mostraban brotes verdes: tallos que volvían a reverdecer y ramitas que daban testimonio de la regeneración. Tras analizar su composición, concluyeron que esos musgos habían estado cubiertos por el glaciar unos 400 años, casi desde los comienzos de la Pequeña Edad de Hielo que enfrió el hemisferio norte entre 1550 y 1850.

Según explican los investigadores en su estudio, publicado hoy en la revista PNAS, dieron con cuatro especies distintas de briofitas —el grupo de plantas que abarca a los musgos— de las que fueron capaces de generar hasta 11 cultivos in vitro en el laboratorio, demostrando que se trata de una capacidad de regeneración propia de este tipo de plantas. Las células de estos musgos tienen la capacidad de diferenciarse y desarrollar una nueva planta en un proceso análogo al de las células madre. “Por lo tanto”, escriben, “las células se pueden apagarse fisiológicamente durante la desecación y revivir cuando las condiciones son favorables”. De este modo, estas plantas “son candidatos ideales para experimentos biológicos, especialmente en ambientes extremos”.

Este descubrimiento no sólo evidencia la gigantesca capacidad de adaptación de estas plantas a condiciones extremas, sino también la concepción que tenemos de la biodiversidad en zonas colonizadas por el hielo. “En los ecosistemas polares, la regeneración de tejidos sepultados por el hielo durante 400 años amplía significativamente nuestro conocimiento sobre su papel en la recolonización de los paisajes polares (pasados o presentes)”, aseguran.

A la luz de estos resultados, aquellos paisajes que vuelven a estar expuestos tras el retroceso del hielo “ya no deberían ser asumidos como estériles”. “En un mundo en plena disminución de la diversidad biológica, nuestro estudio muestra que la conservación de briofitas subglaciales sirve como un reservorio genético desconocido que manifiesta la capacidad de resistencia de las plantas terrestres y la riqueza emergente de ecosistemas como los glaciares polares que retroceden”, apuntan.