La Historia del Hombre más afortunado del mundo

Algunas personas tienen más o menos suerte, pero Bill Morgan es un caso singularmente llamativo!. Sucede que éste camionero australiano tiene en su haber la historia de haber muerto y vuelto a la vida, y como si eso fuera poco, de haber ganado la lotería dos veces en un corto período de tiempo.

En la década de los 90, cuando Bill tenía 37 años, sufrió un accidente de tráfico que estuvo a punto de costarle la vida, pero fue estabilizado en el hospital. Días más tarde, cuando estaba fuera de peligro, una potente medicación le provocó una reacción alérgica que paró su corazón. Clínicamente muerto, los médicos lograron recuperar su pulso tras 14 agónicos minutos de reanimación. Morgan estaba vivo, pero había caído en coma profundo.

Después de doce días en coma, el protagonista de e´sta increible historia comenzó a mejorar sin ningun tipo de secuelas ni daños cerebrales por el accidente, o por la falta de riego sanguíneo durante los 14 minutos de muerte súbita. Milagrosamente, la suerte de Bill se había empezado a manifestar, y no sería la única vez que lo haría.

Esta experiencia cambió a Morgan para siempre. Había logrado burlar a la muerte en el accidente, morir más tarde en el hospital por una reacción alérgica y volver a la vida. Esta oportunidad no debía desaprovecharla y, por ello, fue directo a pedirle matrimonio a su novia de toda la vida, Lisa Wells, quien aceptó de inmediato.

Cualquiera se sentiría en racha tras esta cadena de acontecimientos, y quizás por eso Morgan decidió rematar la jugada comprando un rasca de la lotería.

¡Acertaron! Morgan rascó el billete y ganó un coche valorado en 25 mil dólares de la época (1999). Inmediatamente su buena suerte se hizo famosa, corriendo de boca en boca por los barrios de Melbourne. Tanto fue así, que una televisión local se puso en contacto con él para contar su historia.

Así pues, los periodistas acudieron a entrevistarlo y grabar unas imágenes para conformar la noticia, entre ellas la simulación de la compra del billete de lotería.

Y allí estaba Morgan, comprando un nuevo billete de lotería ante las cámaras. Agarró una moneda, rascó el billete y lo observó con atención. Tras unos breves instantes de silencio, se dirigió a la cámara y dijo:

“Acabo de ganar 250.000 dólares. ¡No estoy bromeando! Acabo de ganar… Por favor, no me graben… No puedo creer que esto esté pasado. Creo que voy a tener un ataque al corazón. ¡Oh Dios mío!”

Y así, en directo ante los espectadores del noticiario, Morgan ganó el gordo de la lotería, confirmándose como el hombre con más suerte de mundo. Pueden ver el momento en el siguiente video.

Encuentran una Anaconda Gigante en Brasil

Una serpiente de 400 Kg y 10 metros de longitud fue encontrada en un construcción en Belo Monte, Brasil. Varios trabajadores se vieron sorprendidos por el gigantesco animal durante una jornada laboral en una construcción en Brasil. El enorme reptil es tan grande que puede tragarse a un hombre de un solo bocado.

El tamaño del animal es tan grande como la recordada película que lleva su nombre: Anaconda!

Los trabajadores, sin embargo, aseguraron que la anaconda estaba muerta cuando la encontraron enroscada en la excavadora. El animal fue controlado con la ayuda de maquinas especiales.

Foo Fighters, el batallón de ovnis nazi que jamás entró en combate

Durante la Segunda Guerra Mundial existieron muchos mitos e historias para no dormir sobre los nazis. De entre ellas, hoy vamos a hablar de los Foo Fighter, no la banda de rock, sino los misteriosos aviones, un fenómeno que trajo de cabeza a los aliados. El batallón ovni de Hitler que no acertaban a definir.

El nombre «foo fighter» deriva una mala pronunciación de «feu» (fuego en francés), unido a «fighter» (caza en ingles), queriendo significar el caza de fuego. Este termino fue utilizado por aviadores de la Segunda Guerra Mundial para referirse a ciertos fenómenos aéreos que avistaban regularmente durante sus misiones de combate. Estos eran descritos como esferas de apariencia metálica o bolas luminosas, que aparecían individualmente o en grupos. Aunque muchas veces perseguían o acompañaban a los aviones militares, no existe constancia de que algún foo fighter haya intentado algún tipo de ataque o interacción. Se caracterizaban por su alta velocidad y maniobrabilidad más allá de las posibilidades desarrolladas en la época; los relatos indican que podían acelerar o decelerar instantáneamente, o flotar estacionarios.

Los «foo fighters» fueron observados por pilotos militares británicos, norteamericanos, alemanes y japoneses. Los pilotos aliados inicialmente pensaron que podía tratarse de algún arma secreta de los Nazis, sin embargo los dirigentes nazis pensaban que era un arma secreta de los aliados. Se dice que ambos bandos investigaron el fenómeno, y abandonaron las investigaciones al comprobar que no eran una amenaza.

Los primeros informes surgieron en 1941, por parte de pilotos británicos; los norteamericanos, luego de varios avistamientos ocasionales, empezaron a reportarlos regularmente a partir de la entrada en servicio de los cazas nocturnos P-61 “Black Widow”. Se cree que los pilotos de estos aviones fueron quienes les dieron el apodo definitivo de “foo fighters”.

TEORIAS DE SU ORIGEN

Hay varias teorías que intentaron explicar los foo fighters; la más aceptada es que las luces eran descargas de rayos globulares, un fenómeno que la ciencia aún no ha explicado adecuadamente. Después de la Guerra, diversas observaciones de este tipo pasaron a describirse con términos más neutros como OVNI.

  • El fenómeno podría estar basado en la mala interpretación del procedimiento estándar de la Luftwaffe según el cual ciertas baterías antiaéreas cercanas a los aeródromos alemanes disparaban por las noches proyectiles luminosos a intervalos regulares, para facilitar la navegación visual.
  • Los defensores de la hipótesis extraterrestre han sugerido que los foo fighters son pruebas de extraterrestres que visitan la Tierra.
  • También se ha sugerido que el foo fighter era un avión secreto de la Luftwaffe en forma de disco, apodado el «feuerfighter» por los alemanes, pero como este nombre hipotético es una mezcla de alemán e inglés, y como no se ha encontrado evidencia de un avión semejante, esta explicación es probablemente una leyenda urbana.
  • De la misma manera, la sugerencia de que algunas observaciones nocturnas de foo fighters hayan sido en realidad observaciones del avión cohete alemán Messerschmitt Me 163 Komet no tiene sentido: el Me 163 era completamente inadecuado para operaciones nocturnas ya que sólo tenía combustible para pocos minutos (totalmente insuficiente para entrar en contacto con un enemigo de noche), no llevaba ningún radar de interceptación aerotransportado, y carecía de todo el equipo de vuelo nocturno que habría sido vital para hacer sus característicos aterrizajes nocturnos.
  • Se ha sugerido como explicación que pudiera tratarse de un tipo de descarga eléctrica de las alas de los aeroplanos (semejante al Fuego de San Telmo).
  • Objetos brillantes en el suelo pueden producir múltiples reflexiones internas en el plástico curvo de la carlinga de un avión, y percibirse por lo tanto como imágenes sobre el horizonte, un fenómeno que ha sido identificado como la explicación de ciertos avistamientos de ovnis desde los aviones.
  • Un piloto de un avión de guerra aliado estaba muy nervioso. Navegaba a 10.000 pies de altura en territorio enemigo. El sabía que en alguna parte oculto en el negro cielo se encontraba un avión de guerra alemán. Él, ansioso, escudriñaba la oscuridad en busca de su enemigo. Repentinamente vio que dos grandes bolas anaranjadas que brillaban intensamente se le acercaban. Su operador de radio las vio también. No parecían aviones de guerra enemigos, pero tampoco se parecían a nada que el haya visto.

Las bolas se nivelaron con el avión de guerra y comenzaron a seguirlo. El piloto, desesperado, decidió perder a las bolas con maniobras evasivas. Impulso su avión a una pronunciada picada. Los objetos lo siguieron inmediatamente. Intentó después un giro muy agudo.

 

 

Las bolas permanecían con él. Durante varios minutos más el piloto utilizó sus mejores trucos para perder sus perseguidores y falló. Su último intento era lanzar a su avión violentamente hacia arriba y dar un giro agudo, pero antes de que lo pudiera intentar las bolas se alejaron sorpresivamente, desapareciendo repentinamente en la noche. Durante todo el incidente no se disparó un solo tiro.

La narración anterior es un ejemplo típico de un encuentro con un «foo fighter.»