La compañía estadounidense Bioquark ha recibido autorización del gobierno de Estados Unidos y La India para poner en marcha un experimento pionero y un poco inquietante. Durante los próximos meses someterán a 20 pacientes a una serie de pruebas para intentar resucitar el cerebro de 20 pacientes en estado de muerte cerebral.
El concepto de muerte cerebral es relativamente nuevo para la ciencia. De hecho no se formuló hasta 1968. Generalmente, el cerebro muere porque antes fallan otros órganos. Sin embargo, en algunos casos, el cerebro sufre daños tan masivos que su actividad cesa completamente, pero el resto del cuerpo permanece vivo gracias a que la actividad cardíaca y respiratoria recibe soporte artificial externo.
Generalmente, cuando se produce una muerte cerebral los medicos lo comunican a los familiares y proceden a desconectar el resto del cuerpo de las máquinas que lo mantienen en funcionamiento. La muerte cerebral es irreversible pero en Bioquark creen que no tiene por qué ser así. Algunas especies de peces y anfibios como las salamandras son capaces de regenerar partes del cerebro después de sufrir daño cerebral crítico. Los seres humanos no tenemos esa capacidad, pero en los pacientes con daño cerebral sí se ha llegado a registrar actividad eléctrica residual. El experimento, apropiadamente bautizado como The ReAnima Project, trata de averiguar si esa actividad podría elevarse mediante un combinado de fármacos y terapias de neuroestimulación.