Técnicas para realizar Viajes Astrales

¿Qué es el viaje astral y cómo hacer viajes astrales?

El viaje astral (Viajes Astrales) consiste en sacar el alma de nuestro cuerpo físico para acceder al plano astral con el cuerpo astral, lugar al que accedemos durante el viaje astral. Podríamos decir que es la capacidad natural del ser humano para proyectarse energéticamente fuera de su cuerpo y así hacer un viaje astral. En otras palabras, hacer un viaje astral es eliminar toda barrera física. Puede sonar confuso a las personas que no estén informadas acerca del viaje astral, como todos sabemos existen los fenómenos paranormales y el viaje astral es uno de ellos. También podemos llamarle desdoblamiento astral o proyección astral.

Cuando dormimos en realidad estamos haciendo un viaje astral, solo que no nos damos cuenta. Cuando hablamos de viajes astrales o de desdoblamiento astral hay que tener en cuenta que al dormir nuestra mente trabaja a muy bajas frecuencias, es entonces cuando podemos hacer el viaje astral. Para hacer un viaje astral necesitamos conoces las técnicas del viaje astral. Los resultados pueden darse la misma noche, pero esto no es habitual, lo normal es tener el primer viaje astral a los pocos días, semanas, o meses.

A medida que realicemos las técnicas del viaje astral o desdoblamiento iremos teniendo los típicos síntomas del viaje astral. Esto significa que ya falta poco para lograrlo. Los síntomas del viaje astral raramente los sentiremos si no utilizamos las técnicas de viaje astral. Después de las primeras dos semanas es posible que tengamos nuestro primer viaje astral. Es común verse dormido en la cama desde otro punto de la habitación una vez se accede al plano astral. En otros viajes astrales quizá apareceremos de golpe en otro lugar. Continuar leyendo «Técnicas para realizar Viajes Astrales»

El circo que cambió leones por dinosaurios

Dinosaurios, réplicas de robots «transformers» y otros números han sido diseñados por el equipo circense para reemplazar a los leones.

Los leones quedaron a un lado. Bostezan en el fondo del lote cercado, en un rincón, enjaulados en las sombras, mientras Matías y su abuelo ríen como dos niños en la última fila del ruedo. Una palangana de manzanas acarameladas les pasa frente a las narices, pero ni las miran. Tres dinosaurios con piel de espuma y esqueleto de humano acalorado bailan un reguetón postapocalíptico en escena. Neones los iluminan. Hacen que ni ellos ni nadie parezca extrañar las estrellas extintas del Circo Americano.

Un cerrado aplauso en las gradas semivacías, se apagan las luces y ya está. Casi todo estuvo igual a los viejos espectáculos para el abuelo de Matías, a quien le brillan los ojos. Y el niño de cinco años aplaude acelerado en la silla. Ni sospecha que en otra época no muy lejana, hace apenas unos seis meses, una serie de rugidos y colmillos que han estremecido el alma de la humanidad desde sus inicios habrían sido el pináculo de la noche, en lugar de la safety-dance jurásica de hoy. Continuar leyendo «El circo que cambió leones por dinosaurios»