Todo en el Estado de Florida es asombroso, desde su clima casi todo el año paradisíaco hasta las cosas que el hombre moderno puede hacer con su trabajo y esfuerzo.
No me refiero a la hermosa ciudad de Miami, ni a Disneyword, ni a Cabo Cañaveral, de por si importantes pero muy conocidos, sino a la cantera de piedra de coral puro y lo que alguien pudo hacer con esos.
Hoy la vieja cantera de piedra caliza que proporcionó los materiales de construcción de la ciudad fue convertida en una piscina al estilo veneciano: Venetian Pool. La cantera era parte de una granja donde campesinos de la isla de Bermudas cultivaban naranjas.
Con su parcelación y la posterior edificación de la localidad de Coral Gables, su dueño se hizo multimillonario y benefactor: fundó la Universidad de Florida. No todos los bloques se usaron para edificar a esta primera ciudad.
La historia de personajes como Shackleton, un explorador que sobrevivió milagrosamente a una gran expedición a la Antártida, o Francisco de Orellana, que perdió la vida en su famosa búsqueda de El Dorado, llenan las páginas de este recopilatorio lleno de misterios.
Tras haber viajado a los lugares más inhóspitos de la geografía, Lorenzo Fernández Bueno cuenta la historia de diez grandes exploradores que nunca llegaron a su destino. Muchos murieron en el intento. Otros, simplemente, cayeron en el olvido.
¿Qué encontró el coronel Percy H. Fawcett en la sección de Obras Raras de la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro, para que desde ese instante dedicara su vida a la búsqueda de una enigmática ciudad perdida en las entrañas de la selva amazónica?
¿Por qué el arqueólogo nazi Otto Rahn recorrió durante años los enclaves cátaros convencido de que el Grial se ocultaba en alguna de las cuevas
repartidas por la montañosa región?
¿Cuáles fueron los motivos que llevaron a Shackleton a emprender la mayor aventura jamás imaginada, en la que sólo le aguardaba la muerte?
Éstos son algunos de los misterios que presenta Lorenzo Fernández Bueno en su nuevo libro, La maldición de los Exploradores (Cúpula, 2011). Un libro escrito tras recorrer un largo camino en el que Lorenzo Fernández ha viajado a los lugares donde diez grandes exploradores intentaron llegar y en los que muchos perdieron la vida y cayeron en el olvido.
Datos del Autor
Lorenzo Fernández Bueno es periodista y escritor. Es autor de obras como Las claves de «El código da Vinci», Los guardianes del secreto, Crónicas del misterio, Gótica: secretos, simbología oculta y leyendas de las catedrales (coord.), Rex Mundi, La guía del terror: lugares de España en los que pasar miedo y otras rutas con misterio y Terrores nocturnos, un libro de cuentos. También ha participado en la antología 20 historias inquietantes (Minotauro, 2009). Ha sido locutor y guionista de las series «América Mítica» (I y II) e «Indonesia Mítica», ambas emitidas en La 2 de TVE. Actualmente colabora en el programa «Espacio en Blanco», de RNE, dirige la revista Enigmas del Hombre y del Universo y trabaja en dos nuevos libros en los que se dan la mano viajes, aventuras y mucho misterio.
En mis tiempos de niñez, pasábamos alguna hora escuchando aventuras por radio, antes de ponernos a realizar los “deberes” escolares.
Recuerdo las aventuras de Tarzán y las de Sandokán, el tigre de Malasia. En las escenas de mayor lucha, se incluían partes de música clásica donde el “tutti” orquestal marcaba una intensidad culminante y producía en nosotros un estado mental de exaltación muy de acuerdo con el relato radial.
Esto era también muy usado en el cine, donde la música era ambientadora de efectos psicológicos a remarcar.
Por años traté de averiguar cual era el tema más usado para estos menesteres. Por casualidad logré ese dato: Eran movimientos de la Sinfonía “Manfredo” del extraordinario compositor ruso Piotr Ilia Tchaikovsky.
Esta fue escrita en la tonalidad de Si Menor, número 58 de opus; en el año 1885. Se inspiró en el poema Manfredo de Lord Byron. No fue numerada por el autor, pero por cronología estaría entre la cuarta y la quinta.
No es muy ejecutada, porque requiere una gran orquesta, una sala con importante órgano, de grandes profesores ya que su escritura y ejecución es en extremo dificultosa y es algo larga, razones por las cuales muchos directores han rehuido ejecutarla. Sin embargo me quedo con la opinión del gran director Arturo Toscanini que decía que no solo Manfredo era la mejor composición de Tchaikosky, sino que era una de las cumbres de la composición universal.
Ya desde chico valoré esta música, que tan bien acompañó las aventuras relatadas que llenaron una linda parte de mi niñez