Vímanas: Los OVNIS de la antigua India.

Vímana es, según la creencia hindú, una mítica máquina voladora que aparece en la literatura de la India. Las referencias sobre éste increible artefacto se hace presente en numerosos textos antiguos. Las vímanas podían volar por el aire, por debajo del agua e incluso viajar a otros planetas.

Existe la creencia instaurada de desde tiempos remotos nuestro Planeta Tierra ha sido visitado por por extraterrestres, sin embargo, pocas pruebas existen para demostrar ésta teoría.

Las descripciones en los Vedas (la antigua literatura india), especialmente en el Majábharata y el Bhágavat Puraná muestran vímanas de diferentes tamaños y formas, como un carro o carroza de los dioses, como un mítico automóvil aéreo, a veces funcionando como un mero asiento o trono fijo, otras veces moviéndose por sí mismo y cargando a su ocupante a través del aire. Otras descripciones hacen del vímana más como una casa o palacio (se cuenta de uno que tenía siete pisos de altura).

Relatos en textos antiguos

La cultura de la India es particularmente rica en antiguos textos que describen naves voladoras de las más variadas formas, colores y tamaños a las cuales llaman vímanas o pushpaka, nombrados en antiguos textos, algunos difíciles de datar, tales como el Majábharata, el Ramaiana, el Kirataryuníia, y el Samarangana Subtrahara.

Las vímanas del Ramaiana

En las páginas del Ramaiana, un gran poema épico hindú atribuido el poeta Valmiki, se encuentran alusiones a carros voladores que habrían sido utilizados en el curso de las guerras entre los dioses del panteón hindú.

Mientras se iban desarrollando estas cosas, Rama, el Kakutsida, le dijo a Vibhishana: «Ocúpate de procurarme un pronto regreso a mi ciudad. El camino a Ayodhyá es muy difícil de recorrer». A lo que respondió Vibhishana: «Hijo de monarca de la Tierra, yo cuidaré que te conduzcan a tu ciudad. Hay un carro llamado pushpaka, carro incomparable, resplandeciente como el Sol y que marcha por sí mismo. Montado sobre ese carro, él te conducirá sin inquietud hasta Aiodhiá».

Tras estas palabras Vibhishana llamó urgentemente al carro parecido al Sol, acompañado por su hermano y por la ilustre videhana, encendida de rubor. El raghuida, ya montado, le dijo a Sugriva: «Apresúrate a subir en el carro con tus generales, Sugriva. Sube también con tus ministros, Vibhishana, monarca de los rakshasas». Al instante, Sugriva con los reyes de los simios, y Vibhishana con sus ministros, llenos de alegría, montaron en el gran carro pushpaka. Cuando todos estuvieron embarcados, Rama ordenó al vehículo que partiese y el incomparable carro de Kuvera se elevó hacia el mismo seno de los cielos. El carro volaba como una gran nube empujada por los vientos. Desde allí paseando su mirada por doquier, el guerrero descendiente de Raghú, dijo a Sita la mithiliana, la del rostro bello como el astro de la noche: «Mira, ya veo el palacio de mi madre… ¡Ayodhyá! ¡Inclínate ante ella, Sita, mi videhana, hete aquí de regreso»!

Apenas la muchedumbre, presurosa, les vio llegar como un segundo sol y con tan rápida marcha, el aire fue rasgado con potentes gritos de alegría, lanzados por ancianos, mujeres y niños. Todos gritaban: «¡Aquí está Rama!». Bharata, pasando de la tristeza a la alegría, se acercó, con las manos juntas y honró a Rama: «Sé bienvenido», pronunció, con el respeto que le merecía su hermano. Pero éste se apresuró a alzarlo, lo apretó contra su pecho y lo estrechó entre sus brazos con alegría. Continuar leyendo «Vímanas: Los OVNIS de la antigua India.»

Los temores infantiles de Joshua Hoffine

Joshua Hoffine es un artista en cuyas escalofriantes obras es capaz de plasmar los temores infantiles más grandes. Con un uso excesivo de maquillaje y una sorprendente imaginación, el artista da vida a los miedos más comunes y rebuscados que pudiéramos imaginar. Debajo una muestra de imágenes de su trabajo.

El Precursor

El famoso Juan Sebastián Bach, no solo anticipó muchas innovaciones en la música, logrando cúspides de composición renacentistas y clásicas, sino que era un eximio intérprete de la flauta primero, luego del violín, de la espineta y por fin del rey de los instrumentos: el órgano.

Invito a los lectores que escuchen los Conciertos transcriptos para piano y orquesta (que incluso algunos se encuentran escritos para ser ejecutados con los instrumentos solistas del violín o de la flauta).

En ellos traspasa el contrapunto del barroco y se adentra en innovaciones clásicas. Estos conciertos constan-todos- de tres movimientos. Si no tomamos en cuenta a los movimientos lentos, comprobaremos algo muy interesante.

El Concierto en A mayor, B. W. V. 1055 (movimiento primero :Allegro moderato y el tercero: Allegro ma non tanto, el Concierto en F Minor, B. W. V.1056; el primero: Presto y el tercero: Allegro moderatto; el Concierto en F Mayor, B. W. V. 1057, el primero: Allegro y el tercero: Allegro assai y el Concierto en G Minor, B. W. V. 1058, Allegro assai y Allegro moderatto ( primero y tercero respectivamente), encontramos extensos compases con variaciones que los compositores de tango y milonga han desperdigado, luego de re -elaborarlas en muchísimas composiciones y que muestran el virtuosismo de ejecutantes de bandoneón o de piano, ….y a veces de grandes cantantes.

La cúspide de la influencia «bachniana» en las variaciones tangueras y en la composición, la encontramos en el célebre Ástor Piazzola, pero ya venía dándose en muchos compositores que no podría enumerar-debido a la emoción que me embarga-por temor a olvidarme de muchos.

Pero no podría dejar de mencionar a mi «profe» de música, Eugenio García,-tanguero de ley- que me hizo notar con sus enseñanzas las conclusiones que hoy menciono.

por Manlio E. Wydler