La verdad sobre las sirenas de Animal Planet

El video que se hizo tan popular en las redes sociales no era verdadero. Las imágenes registran a una supuesta extraña criatura posada sobre una roca al fondo de un acantilado que parecen sirenas reales. Luego de algunos gritos de impresión y asombro de los testigos, el extraño ser se voltea por una fracción de segundo antes de lanzarse al agua. En ese momento puede observarse que tiene rostro, brazos y una larga cola parecida a la de un pez, como la de las mitológicas sirenas.

Sin embargo, se trata en realidad de imágenes que son parte de un falso documental puesto al aire el pasado fin de semana en Estados Unidos por el canal Animal Planet. La producción era la segunda parte de un especial de televisión emitido en 2012 que se llamó «Sirena: el cuerpo hallado» (Mermaid: the body found).

Dicho programa, de dos horas de duración, fue descrito por sus realizadores como «ciencia ficción basada en hechos reales y teoría científica». Sin embargo, su narración audiovisual resultó tan convincente para los telespectadores que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica recibió una avalancha de llamadas de personas exigiendo saber la verdad sobre la existencia de esas míticas criaturas marinas. La presión fue tal que debieron emitir una declaración pública para señalar que las sirenas no existen.

Ahora, la segunda parte tuvo en estos pocos días el mismo efecto. Miles de personas creyeron que su información era real, pese a que fue presentado como una producción enteramente de ficción y de corte de «entretenimiento».

Antes de la emisión, los productores explicaron que esta vez quisieron usar teorías basadas en la evolución y varios ejemplos reales de la naturaleza como un trampolín para tejer «una historia imaginaria» sobre un mito contemporáneo.

Sin embargo, y pese a esas aclaraciones, los cuestionamientos cayeron sobre Animal Planet por poner este documental falso en una programación tradicionalmente centrada en la naturaleza y la ciencia, y no en el mito y la fantasía. Así que no eran sirenas reales.

Una obra literaria sitúa a la Alántida en el Mar Egeo

Con más de quince años de investigación, Paulino Zamarro Sanz, explica su elaborada teoría en el libro: De Gibraltar a la Atlántida, en cuyas páginas tratará de convencernos que el legendario continente perdido; La Atlántida, se encuentra localizado en el Mar Egeo.

De las investigaciones realizadas, se deduce que la Atlántida estaba situada en torno a las actuales islas Cícladas, tenía una extensión de unos 5300 km2 y desapareció bajo las aguas hacia el año 5500 a.C.

La tarea ha sido ardua y ha requerido más de 15 años de intensa investigación, apoyándose, muchas veces, en hallazgos realizados por especialistas que no supieron interpretarlos, siendo el mérito fundamental de esta obra el haber logrado establecer dichas correlaciones, es decir, darse cuenta e interpretar el por qué de las cosas y como se relacionan entre sí, aunque a veces estuvieran tan distantes como lo están el estrecho de Gibraltar del mar Negro, o fuera necesario que transcurrieran miles de años, para que la tecnología aportara datos irrefutables. Continuar leyendo «Una obra literaria sitúa a la Alántida en el Mar Egeo»

Un alien se cuela entre las gárgolas de una abadía escocesa

La abadía de Paisley Abbey, en Escocia, fue fundada en 1245 y restaurada hacia 1300. Pero el reciente descubrimiento de un alien en el lugar que ocupaba una vieja gárgola ha despertado el interés de los habitantes del lugar y de los visitantes que se acercan hasta allí. El reverendo dela abadía, Alan Birss, sospecha que uno de los obreros que participó en la última reparación, que tuvo lugar en los años 90, podría haber querido divertirse un poco e incluyó esta extraña imagen entre las demás.


Este es el alien. Como puede observarse, no tiene nada que ver con la iconografía del resto del templo. (Foto: Colin / Wikimedia Commons)

Las gárgolas cumplían una función práctica (ayudar a evacuar el agua de la cubierta de los templos) y otra simbólica, ya que suelen representar los males del infierno de los que todo creyente debe alejarse. Hay que tener también en cuenta que no es infrecuente que los canteros dejen su impronta en las obras. Un ejemplo es el astronauta que puede verse en el pórtico de la Catedral Nueva de Salamanca.