La teoría más aceptada es que los chimpancés son los más cercanos genéticamente al hombre, pero hace poco se ha establecido una nueva teoría que modifica en mucho este concepto.
La Biología de estas especies nos comunica lo siguiente:
El grupo de los grandes monos antropoides apareció en el Oligoceno, período durante el cual vivían en África los géneros Propliopithecus y Oligopithecus. A partir del primero se diferenció un género que hizo su aparición en Europa durante el Mioceno medio, hace unos 12 millones de años: Pliopithecus, que suele considerarse como un hilobátido, es decir, perteneciente a un linaje que se separó hace unos 15 millones de años del tronco de los grandes antropoides y que dio lugar a los actuales gibones. Antes de esta separación, pero también en el Mioceno inferior, apareció en África de género Dryopithecus, representante de un grupo –los driopitecinos- que reúne formas estrechamente emparentadas con los póngidos y orangutanes y con los homínidos actuales. A lo largo del Mioceno, este género fue invadiendo Eurasia, donde se diversificó en múltiples especies, subgéneros e incluso géneros. .
A partir de Dryopithecus, el registro fósil es más fragmentario. Sabemos que el linaje de los orangutanes, iniciado según parece con Sivapithecus, se diferenció del tronco común hace unos 12 millones de años. También sabemos que los gorilas se diferenciaron del tronco general de nuestros antepasados hace unos 8 a 10 millones de años. Pero no sabemos con certeza si el linaje de los chimpancés se separó del nuestro hace 5 ó 6 millones de años, entre otras cosas porque no se han encontrado los fósiles que permitan afirmarlo. Entretanto, el fósil más antiguo en nuestro propio linaje es Ardipithecus ramidus, que apareció hace unos 4,5 millones de años. A partir de este último se diferenciaron los australopitecos, en particular Australopithecus afarensis, A. anamensis y A. africanus, que han sido sucesivamente invocados como nuestros ancestros más directos. Continuar leyendo «Evolución: De donde venimos?»
Hace décadas, los mejores alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, nos nucleamos en una «sociedad», que llamamos «Los Sabiondos».
Debo reconocer que yo era uno de los últimos, por problemas posiblemente sociales, de muchas otras índoles e inclusos genéticas, en fin era el más lento de todos ellos. No podía leer muy rápido, más, necesitaba digerir todo hasta lo minúsculo. Por lo tanto, concepto no probado y asentado, no era válido en nuestra «enciclopedia».
Como el más nulo, terminaba dando la nota salvadora o apocalíptica. Es así que realicé muchos artículos biológicos y políticos; pero al comprobar lo malo de nuestra política vernácula-con contadas excepciones desde el virreinato-, pasé a escribir solo temas científicos, que en realidad, eran lo que me interesaba.
Hay por Internet muchos temas míos, pero creo que el que más se destaca es mi «Cosmología», que el que le interese podrá facilmente encontrar tipeando mis nombres y apellido, en muchas publicaciones.
Este trabajo de hace décadas, me valió críticas en varios lugares; no estaba «a la altura» de la «ciencia» oficialmente aceptada. Los energúmenos me «defenestraron». Sin embargo, el pensamiento sin trabas, ayudado por el campo akáshico, dieron sus frutos.
Cada teoría nueva se ha ido acercando a mis universos simétricos, pero adversos, el tiempo retrocediente, Los takiones como partículas de estos efectos, en fin, ya casi llegamos a lo que he podido encontrar en el Libro Akáshico:
Para muestra les envío esto que ha sido impreso en «La Flecha»: La idea de múltiples universos es más que una fantástica invención mía. Aparece de manera natural en diversas teorías y merece ser tomada en serio, recién por estas fechas. Nuestro universo podría ser únicamente un islote aislado en el seno de un inmenso «multiverso». Muchos modelos actuales, ya sean admitidos (como la relatividad general) o especulativos (como la teoría de cuerdas), conducen naturalmente a multiversos. Estos universos múltiples no son teorías, sino consecuencias de teorías elaboradas para responder a cuestiones específicas de la física de partículas o de la gravitación. Muchos problemas centrales de la física teórica –complejidad y naturalidad- encuentran así una explicación natural. Esta propuesta revolucionaria no está sin embargo exenta de peligros conceptuales y exige una profunda reflexión epistemológica. (Siempre los derivados filosóficas se niegan a morir).Por Aurélien Barrau (*).
Multiversos
Por Clifford Pickover de la NASA
¿Es nuestro universo en su conjunto una pequeña isla contenida dentro de un meta-mundo infinitamente vasto y diversificado Este hecho podría ser una de las más importantes revoluciones en la historia de las cosmogonías o, por el contrario, solamente una engañosa declaración que refleja nuestra incapacidad de comprensión de la mayoría de las leyes fundamentales de la física. .
La idea en sí misma no es nueva: desde Anaximandro-pasando por M. E. Wydler- hasta David Lewis, los filósofos han considerado a fondo este hecho incierto. Lo que resulta especialmente interesante hoy día es que emerge, casi de manera natural, a partir de algunas de nuestras mejores –aunque a menuda más especulativas- teorías físicas. El multiverso no es un modelo, sino una consecuencia de nuestros modelos. Ofrece una comprensión obvia de la peculiaridad del estado físico de nuestro propio universo. La propuesta es atractiva y creíble, pero requiere de una profunda reconsideración de la física actual . .
A primera vista, el multiverso parece descansar fuera de la ciencia porque no puede ser observado. ¿Cómo –siguiendo la prescripción de Karl Popper- puede una teoría ser refutada si no podemos comprobar sus predicciones? Esta manera de pensar no es en realidad correcta en el caso del multiverso por varias razones. En primer lugar, las predicciones pueden realizarse en el multiverso: éste nos conduce sólo a resultados estadísticos, pero también es cierto que cualquier teoría física de nuestro propio universo se debe tanto a las fluctuaciones cuánticas fundamentales como a la medición de incertidumbres. .
En segundo lugar, nunca ha sido necesario comprobar todas las predicciones de una teoría para considerarla científicamente legítima. La relatividad general, por ejemplo, ha sido verificada con el tiempo en el mundo visible y esto nos permite aplicarla a los agujeros de gusano- nunca vistos-, incluso a pesar de que resulta imposible entrar en ellos para probarla. Por último, el racionalismo crítico de Popper no representa la última palabra en la filosofía de la ciencia; creemos. .
Sociólogos, estudiosos de la estética y epistemólogos han demostrado que existe otro criterio de definición que considerar. La historia nos recuerda que la definición de ciencia sólo puede proceder de la praxis: ningún área en actividad de la creación intelectual puede ser estrictamente delimitada desde fuera- cosa imposible de imaginar, siquiera-. Si los científicos necesitan modificar las fronteras de su propio campo de investigación, sería difícil justificar una fórmula filosófica que los prevenga de hacerlo. Ocurre lo mismo en arte: casi todas las innovaciones artísticas del siglo XX han transgredido la propia definición de arte legada por la estética del siglo XIX. Al igual que la ciencia y los científicos, el arte viene definido desde el interior, por los propios artistas, o los que creen serlo. .
Una posibilidad real.
Por todas estas razones, se debe considerar seriamente la posibilidad de que vivamos en un multiverso- noción necesaria-. Esto podría ayudar a comprender los problemas de la complejidad y de la sencillez. El hecho de que las leyes y consensos de la física parezcan tan afinados como para permitir la existencia de la vida en ingentes cantidades procedentes de valores extremadamente “improbables”- desde nuestro punto de vista-, resulta obvio a partir de la suposición de que nuestro universo es sólo una pequeña parte de un vasto multiverso, en el que las diferentes regiones presentan leyes distintas. Desde esta perspectiva, vivimos en una de las áreas “antrópicamente favorables”. (En cosmología el principio antrópico establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano.( N. de la R.) Continuar leyendo «Teoría de los Universos múltiples»
He ya publicado más de una docena de investigaciones que tienen su inicio en la Ingeniería Inversa.
Este tema sobre del descifrado de los sueños, es un correlato del que llamé, métodos no invasivos. Sabemos que los grises, tienen un jefe(a), con una «corona» sobre su cabeza que actúa como interfase para manejar la totalidad de la nave «colmena» con sus pensamientos. El resto del personal solo atiende las tareas particulares (la sintonía fina de todos los emprendimientos posibles y que son innumerables).
Cada una de las particiones innovativas encontradas en sus naves respecto al funcionamiento particular,- como hemos visto-, éstas generaron amplísimos estudios para encontrar nuevas tecnologías y nuevas explicaciones a muy variados temas. Hoy, directamente o indirectamente han ocasionado estudios que terminarán catapultando al saber terráqueo a instancias comparables a las viejas civilizaciones homínidas y humanas aliens.
Un equipo de científicos de USA estaría trabajando en un dispositivo electrónico diseñado para grabar e interpretar los sueños. Los investigadores, liderados por el doctor Moran Cerf, dicen haber desarrollado un sistema capaz de registrar la actividad cerebral en un alto nivel y su siguiente paso es perfeccionar el invento para leer los sueños de la gente.
En realidad, lo de los sueños es solo para desviar la atención de posibles implicancias con la privacidad, que sería un delito. Pero lo que se está estudiando es la formación bioquímica del pensamiento, la memoria y los sueños, íntimamente emparentados.
Hasta ahora, la única manera de interpretar los sueños era pedirle a la gente que los describiese luego de despertar y esto muchas veces no lograba captar todos los detalles de la experiencia, perdiendo información valiosa en el proceso y llegando generalmente a verdaderos «callejones sin salida».
El objetivo final del proyecto iniciado por el equipo del doctor Cerf es desarrollar un sistema que permita a los psicólogos visualizar de forma electrónica la actividad cerebral y corroborar los recuerdos de los sueños con las mediciones obtenidas por este proceso.
Cerf sostiene que no hay una explicación clara de por qué el ser humano sueña. Una de las preguntas que científicos del todo el mundo le gustaría responder es cuándo se crea realmente un sueño. Existen estudios que sugieren que la actividad de neuronas individuales esta vinculada con conceptos u objetos específicos.
Un ejemplo de esto es que durante el estudio cuando un voluntario pensaba en Marilyn Monroe, unas neuronas particulares se activaban. Actualmente se puede detectar que neuronas se activan cuando el sujeto esta consciente pero llevar esto a una máquina que pueda actuar mientras duerme y proporcionar información precisa aún está a años de distancia.
Pero podemos decir que los estudios se realizan desde el punto de vista bioquímico. Un trabajo fenomenal para ir marcando grupos de prótidos, correspondientes a ideas, a asociaciones, a comunicaciones entre sectores orgánicos cerebrales, lectura y elaboración, etc., en fin decodificar el «idioma» cerebral, de impulsos y combinaciones a razón de una velocidad de «entrelazo» de 50 por segundo en cada uno de sus conexiones.
Luego estará la transcripción al sistema binario, generando todo un programa de trasvasamiento de este idioma bioquímico cerebral al sistema binario de la electrónica y finalmente, nuestro mundo secreto y particular podrá, primero comprenderse en su totalidad y luego emplearse en las más diversas maneras-socialización mediante-.