La Cripta Mágica Medieval de las Siete Momias

La Vieja Dongola está localizada en el actual Sudan, y fue la capital de Makuria, un reino cristiano que vivió en paz con sus vecinos islámicos del norte. Una de las momias de la cripta (los científicos no están seguros de cual) se cree fue el Arzobispo Georgios, probablemente el líder religioso más poderoso del reino. Su epitafio fue encontado en las cercanías y decía que murió en el 1113 d.C. a los 82 años.

Inscripciones mágicas

Las inscripciones en los muros de la cripta, escritas con tinta negra sobre una fina capa de pintura, están en griego y en cóptico (sahídico). Incluyen extractos de los evangelios de Lucas, Juan, Marcos y Mateo; nombres mágicos y signos; y, al final, una plegaria dada por la Virgen María en donde aparece la muerte “en forma de gallo”. De acuerdo a este texto, cuando María muere, asciende a los cielos con Jesús. El autor de estas inscripciones sería un tal “Ioannes”, quien dejó su firma sobre los cuatro muros de la cripta. Según los investigadores, estos textos servían como protección para los difuntos contra los poderes malignos. Fueron puestos allí para “intentar salvaguardar no solo la tumba, sino a aquellos que fueron enterrados en ella durante el periodo de transición entre el momento de la muerte y la aparición ante el trono de Dios”, escribe Adam Lajtar, de la Universidad de Warsaw, y Jacques van der Vliet, de la Universidad de Leiden, en la edición más reciente de la revista de Arqueología Polaca en el Mediterráneo. La cripta contenía los cuerpos de siete adultos mayores, no más jóvenes de 40 años. Seguramente fue sellada luego que el último entierro tuvo lugar. “La entrada a la cámara estaba cerrada con ladrillos rojos unidos con argamasa”, escribe Wlodzimierz Godlewski, el actual director de la misión polaca a Dongola, en el mismo artículo.

Las ropas de las momias estaban muy deterioradas, sin embargo la especialista textil Barbara Czaja-Szewczak logró determinar que los hombres estaban vestidos con trajes de lino. La ropa “consistía de túnicas caracterizadas por un diseño simple, mayormente de lino”, aclara la especialista. Asimismo, algunos de los individuos tenían cruces en algún lado de su cuerpo. Si bien la cripta fue encontrada en 1993 por la misión polaca, las excavaciones no comenzaron hasta el año 2009. Durante las excavaciones fueron retiradas las momias y estudiadas; las paredes fueron limpiadas y las inscripciones grabadas y fotografiadas para tener un mayor detalle. Los esfuerzos para terminar de registrar los textos por completo aún continúan hoy en día y se espera que pronto estén listos y publicados en un libro sobre este hallazgo.

Nos estamos quedando sin antibióticos eficaces

Un acontecimiento fortuito, ocurrido en los sótanos del Hospital St. Mary de Londres en la mañana del 28 de septiembre de 1928 iba a pasar a la Historia de la Ciencia y se iba a convertir en uno de los descubrimientos más importantes de la Humanidad.

En aquellos bajos de lo que hoy es el Imperial College, la curiosidad de Alexander Fleming le hizo no desechar una placa de estudio con bacterias del género Staphylococcus aureus consiguiendo así el primer antibiótico: la penicilina. Este hecho le llevó a ganar el Premio Nobel en 1945 y ha salvado cientos de millones de vidas a lo largo de todos estos años.

Esta es la historia que casi todos sabemos y hemos aprendido en los libros de texto, sin embargo existe un dato mucho más desconocido sobre aquel descubrimiento y es que, aquella primera bacteria de Fleming (el estafilococo dorado) apenas tardó unos años en desarrollar resistencia a la penicilina. En 1947, tan solo cuatro años después de que comenzase su producción al público, comenzaron a encontrarse los primeros ejemplos de Staphylococcus aureus inmunes a los antibióticos. Hoy en día, se ha convertido en una “superbacteria” resistente a todo lo que hemos ido innovando.

La evolución mediante selección natural actúa en todos los seres vivos y por supuesto en todas las escalas. Las bacterias también se adaptan a las nuevas amenazas a las que son expuestas, y su resistencia a los antibióticos (cada vez más potentes) se está convirtiendo en un problema global que nos afectará en menos tiempo del que creemos.

Y es un problema de mayor alcance del que podamos suponer y con implicaciones que seguramente no habríais considerado: un elevadísimo número de lo que en la actualidad consideramos grandes avances de la ciencia, como los trasplantes de órganos, el tratamiento de bebés prematuros, la quimioterapia o la gran mayoría de operaciones quirúrgicas que hoy utilizamos serían prácticamente imposibles sin antibióticos eficaces.

Hace unos días las instituciones estadounidenses encargadas del control y prevención de enfermedades (CDC) han desarrollado un demoledor informe con los datos actualizados de 2013. Este estudio ha sido portada de medios especializados como The Lancet o New Scientist con titulares tan potentes como “¿Estarán ahí los antibióticos cuando los necesites?”.

El problema no es solo de Estados Unidos. La resistencia a los antibióticos se ha convertido en uno de los asuntos más preocupantes a los que se enfrenta la Medicina del futuro: actualmente y solamente en Europa se estima que hay 400.000 infecciones al año causadas por bacterias multirresistentes y el número no ha parado de crecer en las últimas décadas. Los países del sur, como España, consumen más antibióticos que los del norte y en muchas ocasiones se utilizan de manera inadecuada. En Grecia por ejemplo las infecciones causadas por la bacteria K. pneumoniae resistente a los antibióticos pasó del 49% al 68% en tan solo un año.

El mal uso de los medicamentos hace menos eficaces a los antibioticos Continuar leyendo «Nos estamos quedando sin antibióticos eficaces»

El carnicero de Kampala

Uno de los más crueles dictadores del siglo XX, gobernó Uganda con mano de hierro de 1971 a 1979. Medio millón de ugandeses fueron asesinados durante su régimen. Fue caníbal confeso, admirador de Hitler e impuso la «sharía» (ley jurídica musulmana) obligatoria a toda la nación.

Idi Amin Dada, también conocido como «Big Daddy», es el hombre que impuso un régimen de terror en Uganda durante la década de los 70. Todos los que osaron mostrarse en su contra murieron asesinados. Su legado fue un país sumido en el caos y la miseria.

Ni siquiera está clara en sus biografías la fecha de su nacimiento, entre 1925 y 1928. La leyenda habla de una no muy feliz infancia, del abandono del padre, un campesino, y de una madre estrechamente relacionada con la brujería. Su nacimiento en el seno de una familia sin recursos de una región pobre, cerca de Sudán, le condenaba a un destino poco deseable. A menos que optara por la vida militar. Al principio, su historia no se diferenciaba mucho de la de otros soldados africanos: corpulento, prácticamente analfabeto, maleducado, siempre dispuesto a obedecer órdenes de sus superiores.

Dentro del Ejército consiguió suscitar admiración, proclamándose en diez ocasiones campeón nacional de boxeo en la categoría de pesos pesados. Cuando Uganda consiguió, en 1962, la independencia de Gran Bretaña, era un oficial de las Fuerzas Armadas, que había servido en el Ejército británico, en el Cuarto Regimiento de Fusileros Reales de África, a finales de la II Guerra Mundial. Y ya había demostrado que los métodos que utilizaba para conseguir sus fines eran brutales.

Amin llegó al poder en 1971 con un rápido y sangriento golpe contra el presidente Milton Obote, de cuyo Gobierno fue jefe del Ejército. Aprovechó la ausencia del mandatario, en una reunión de la Commonwealth que se celebraba en Singapur, para derrocar a aquel que nueve años antes había hecho lo mismo con el Rey Mutesa. El cambio de Gobierno fue visto en los primeros días con alivio y causó una sensación de liberación. El nuevo Gabinete recibió incluso el reconocimiento de Londres, deseoso de ver instaurada una democracia. Pero el engaño no fue duradero y las promesas no se cumplieron. «Big Daddy» se erigió en verdugo de su propio pueblo hasta abril de 1979, imitando a su predecesor, que había asumido todos los poderes y derogado la Constitución para construir una a su medida. Continuar leyendo «El carnicero de Kampala»